La familiaridad con Dios y Jesús “que es algo más respecto al ser “discípulos” o “amigos”, no es una actitud “formal”, ni “educado” ni mucho menos “diplomático”. Es “estar con Él, mirarlo, escuchar su Palabra, tratar de practicarla, hablar con Él”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La “familiaridad” con Jesús es algo en más respecto al ser “discípulos”, es vivir en su casa, ser libres, escucharlo, permanecer con Él, compartiendo nuestros problemas. Lo dijo el Papa Francisco durante la misa celebrada esta mañana en la casa S. Marta, comentando el pasaje del Evangelio de Lucas, en el cual es justamente el Señor en llamar “madre”, “hermanos” y “familia” a aquellos que lo rodean y lo escuchan en la predicación.

Esto, observó el Papa, “hace pensar al concepto de familiaridad con Dios y con Jesús”, que es algo más respecto al ser “discípulos” o amigos”; no es una actitud “formal”, ni “educado” ni mucho menos “diplomático”. Y entonces, ¿qué significa esta palabra que los padres espirituales en la Iglesia han tanto usado y nos han enseñado?”. Significa, ante todo, explicó Francisco, “entrar en la casa de Jesús. Vivir allí, contemplar, vivir aquella atmósfera, que hay en la casa de Jesús. Vivir allí, contemplar, ser libres, allí. Porque los hijos son libres, aquellos que viven en la casa del seños son libres, aquellos que tienen la familiaridad con Él son libres. Los otros, usando una palabra de la Biblia, son ‘los hijos de la esclava’, digamos así, son cristianos pero no osan acercarse, no osan tener esta familiaridad con el Señor y siempre hay una distancia que los separa del Señor”.

Pero, familiaridad con Jesús, como nos enseñan los grandes santos, agregó el Papa, significa también “estar con Él, mirarlo, escuchar su Palabra, tratar de practicarla, hablar con Él. Y la palabra, es oración, “aquella oración que se hace también caminando por la calle: ¿Pero, Señor ¿qué piensas? ¿Esta es la familiaridad, no? Siempre. Los santos lo tenían. Santa Teresa, es bellos, porque dice que encontraba al señor por todos lados, era familiar con el Señor, también entre las ollas en la cocina, era así”.

Familiaridad, es “permanecer” en presencia de Jesús como Él mismo nos aconseja en la Última cena o como nos recuerda el inicio del Evangelio de Juan: “Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Y Andrea y Juan irán detrás de Jesús y como está escrito. “..se quedaron con Él toda la tarde…”.

Es esto, por lo tanto, la actitud de familiaridad, no el “bueno” de aquellos cristianos que pero si se quedan a cierta distancia de Jesús, “tú allí y yo aquí”. Y entonces, concluyó Francisco, “damos un paso en esta actitud de familiaridad con el Señor. Aquel cristiano, con los problemas que va en el autobús, en el subterráneo e interiormente habla con el Señor o al menos sabe que el Señor lo mira, le está al lado: esta es la familiaridad, es cercanía, es entirse como parte de la familia de Jesús. Pidamos esta gracia para todos nosotros, entender qué significa familiaridad con el Señor. Que el señor nos dé esta gracia”.

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