Papa: la unidad de los cristianos para responder a las persecuciones, fundamentalismos y secularismo exasperado

Recibiendo a los participantes al convenio ecuménico de los obispos amigos del Movimiento de los focolares, Francisco vuelve a enfrentar la necesidad de "responder a la globalización de la indiferencia con una globalización de la solidaridad y de la fraternidad". La Eucaristía como misterio de comunión, "camino maestro" en la búsqueda de la unidad.

Ciudad del Vaticano (Asianews)- La falta de libertad religiosa, las persecuciones contra los cristianos y las minorías religiosas, el terrorismo, el drama de los prófugos y el secularismo exasperado son desafíos que "interrogan nuestra conciencia de cristianos y de pastores" y "un pedido a buscar con un compromiso renovado, con constancia y paciencia los caminos que conducen hacia la unidad".

El encuentro de esta mañana con los participantes al convenio ecuménico de los obispos amigos del Movimiento de los focolares, sobre el tema: "La Eucaristía, misterio de comunión", dio ocasión al Papa para volver a afirmar la necesidad de "responder a la globalización de la indiferencia con una globalización de la solidaridad y de la fraternidad".

El Papa inició su reflexión partiendo de la "aguda conciencia del valor, de nuestro mundo atormentado, de un claro testimonio de unidad entre los cristianos y de una explícita testificación de estima, de respeto, y más precisamente, de una fraternidad entre nosotros. Esta fraternidad es un signo luminoso y atrayente de nuestra fe en Cristo resucitado. Si de hecho, tratamos de buscar, como cristianos, de responder en modo incisivo a las tantas problemáticas y a los dramas de nuestro tiempo, se necesita hablar y obrar como hermanos, y de modo tal que todos lo puedan fácilmente reconocer. También esto es un modo-quizás para nosotros el primero- de responder a la globalización de la indiferencia con una globalización de la solidaridad y de la fraternidad, que entre los bautizados deberá resplandecer en modo aún más nítido"

"El hecho que en diversos países falte la libertad de manifestar públicamente la religión y de vivir abiertamente según las exigencias de la ética cristiana; las persecuciones contra los cristianos y de otras minorías; el triste fenómeno del terrorismo; el drama de los prófugos causado por las guerras u otras razones; los desafíos del fundamentalismo y, por el otro extremo, del secularismo; yodas estas realidades interrogan a nuestra conciencia de cristianos y de pastores. Tales desafíos son un pedido a buscar con un compromiso renovado, con paciencia y constancia los caminos que conducen hacia la unidad, "para que el mundo crea" (Jn. 17,21), y para que nosotros por primeros podamos estar colmos de confianza y coraje. Y entre estos caminos hay uno camino maestro, y es justamente el de la Eucaristía, como misterio de comunión. Ya de sus primer carta a los Corintios- en el cual el tema de la división, es prioritario- el apóstol pablo indica claramente la cena del señor, como momento central en la vida de la comunidad, "momento de la verdad": allí se verifica en la medida máxima el encuentro entre la gracia de Cristo y nuestra responsabilidad; allí, en la Eucaristía, nosotros sentimos claramente que la unidad es un don y al mismo tiempo es responsabilidad".