Papa: la persecución es siempre la misma, quien no ama al cristianismo, mata

En la audiencia general Francisco dice que quien es “fuerte en la alianza” con el Espíritu Santo no tiene miedo de anunciar al Evangelio. “Piensen en los imperios de hoy: se derrumbarán, si Dios no está con ellos, porque la fuerza que los hombres tienen en sí mismos no es duradera, solamente la fuerza de Dios dura”. Pedido por la Jornada mundial del Alzheimer.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “La persecución de los cristianos es siempre la misma: las personas que no aman al cristianismo se sienten amenazadas y así llevan a la muerte a los cristianos”. Pero, desde los Apóstoles en adelante, “fuertes en la alianza” con el Espíritu Santo”, aquellos que anuncian no tienen miedo. “No retroceden en su marcha de testimonios intrépidos del Resucitado, como los mártires de todos los tiempos, comprendidos los nuestros”, como los coptos egipcios degollados, “Su última palabra fue Jesús”.

La fidelidad a la palabra de Dios y el discernimiento que hace entender que “los tiempos de Dios” no son los nuestros, estuvieron en el centro del discurso del Papa Francisco en la audiencia general de hoy. Reiniciando el ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles, Francisco dijo a las 30 mil personas presentes en la plaza de S. Pedro que “sólo lo que viene de Dios dura en el tiempo”. “Los proyectos humanos fracasan siempre, tienen un tiempo como nosotros”. Piensen en tantos proyectos políticos, como cambian de una parte a la otra, en todos los países. Piensen en los grandes imperios de hoy: se derrumbarán, si Dios no está con ellos, porque la fuerza que los hombres tienen en sí mismos no es duradera, sólo la fuerza de Dios dura”.

Al finalizar el encuentro, Francisco recordó que “el próximo 21 de septiembre, se hará la Jornada mundial del Alzheimer, una enfermedad que afecta a tantos hombres y mujeres, los cuales, a causa de esta enfermedad, son a menudo víctimas de violencia, malos tratos y abusos que aplastan la dignidad. Recemos por la conversiones de los corazones y para cuantos están afectados por el Alzheimer, por sus familias y por aquellos que se ocupan amorosamente de ellos. Asocio también a la oración, el recuerdo de cuantos están afectados por patologías tumorales, para que sean también ellos sean siempre más soportados, ya sea en la prevención como en la curación de esta enfermedad”.

Precedentemente, el Papa, siguiendo los Hechos de los Apóstoles, había dicho que “delante de la prohibición de los Judíos de enseñar en el nombre de Cristo, Pedro y los Apóstoles responden con valentía que no pueden obedecer a quien quiere detener al Evangelio. Los Doce muestran así poseer aquella “obediencia de la fe” que querrán luego suscitar en todos los hombres (cfr Rm 1,5). A partir de Pentecostés, de hecho, no son más hombres ‘solos’. Experimentan aquella especial sinergia que los hace descentrar de sí y les hace decir. “nosotros y el Espíritu Santo” (Hech 15,28). Fuertes de esta alianza, los Apóstoles no se dejan atemorizar por nadie”. Sin embargo, eran “cobardes”, se escaparon cuando vinieron a arrestar a Jesús.

Pero “no retroceden en su marcha de testigos intrépidos del Resucitado, como los mártires de todos los tiempos, comprendidos los nuestros”. “La Pascua de muerte y resurrección de Cristo va narrada y hecha conocer por quien fue testigo directo, junto al Espíritu de Dios. Por esto la Palabra de Evangelio no puede ser encadenada (cfr 2Tm 2,9), ni se la debe callar. Los Apóstoles son los ‘megáfonos’ del Espíritu Santo, enviados por el Resucitado a difundir con rapidez y sin vacilar la Palabra que da salvación”.

“Pidamos al Espíritu Santo - concluyó- que obre en nosotros para que, ya sea personalmente como comunitariamente, podamos adquirir el habitus del discernimiento. Pidámosle saber ver siempre la unidad de la historia de la salvación a través de los signos de paso de Dios en este nuestro tiempo y en los rostros de quien nos está al lado, para que aprendamos que el tiempo y los rostros humanos son mensajeros del Dios viviente”.