Papa: la miseria más peligrosa es "la presunción de poder prescindir de Dios"
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "La miseria más peligrosa, causa de todas las otrs" es la lejanía de Dios, "la presunción de poder prescindir de Él. Esta es la miseria ciega de considerar finalidad de la propia existencia la riqueza material, la búsqueda del poder y del placer y se servirse de la vida del prójimo para conseguir estos objetivos". Lo dijo el Papa Francisco en el saludo dirigido a la Comunidad Juan XXIII, una asociación italiana presente en 34 países, que se ocupa de liberar a mujeres esclavizadas en la prostitución.
El encuentro, además de un saludo al responsable Giovanni Paolo Ramonda, escuchó también algunos testimonios. "Vuestros testimonios- comentó el Papa- hablan de esclavitud y de liberación, hablan del egoísmo de cuántos piensan en construirse la existencia explotando a los otros y de la generosidad de aquellos que ayudan al prójimo a levantarse de la degradación material y moral. Son experiencias que ponen en lux tantas formas de pobreza de las cuales lamentablemente está herido nuestro mundo; y revelan la miseria más peligrosa, causa de todas las otras: la lejanía de Dios, la presunción de poder prescindir de Él. Esta es la miseria ciega de considerar finalidad de la propia existencia material, la búsqueda del poder y del placer y se servirse de la vida del prójimo para conseguir estos objetivos".
"Si, amigos, es la presencia del Señor que marca la diferencia entre la libertad del bien y la esclavitud del mal, que puede ponernos en grado de hacer obras buenas y de sacar de allí una alegría íntima, capaz de irradiarse también en aquellos que están cerca nuestro. La presencia del Señor ensancha los horizontes, resana los pensamientos y las emociones, nos da la fuerza necesaria para superar dificultades y pruebas. Allá donde está el Señor Jesús, está la resurrección, está la vida, porque Él es la resurrección y la vida. La fe mueve realmente las montañas de la indiferencia y de la apatía, del desinterés y del estéril repliegue sobre sí mismo. La fe abre la puerta de la caridad haciéndonos desear imitar a Jesús, nos incita al bien, dándonos el coraje para obrar siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano".
"Lo sabía muy bien el p. Oreste Benzi, el fundador de vuestra Asociación. Su amor por los niños y pobres, por los excluidos y los abandonados, estaba radicado en el amor a Jesús crucificado, que se hizo pobre y último por nosotros. Su determinación llena de coraje en el dar vida a tantas iniciativas del compartir en diversos países nacía de su confiado abandono en la Providencia; nacía de la fe en Cristo resucitado, vico y operante, capaz de multiplicar las pocas fuerzas y las reservas disponibles, como un tiempo multiplicó los panes y los pescados para dar de comer a la multitud".
