Papa: la fortaleza ayuda a tanto que todavía sufren la persecución y a "los santos escondidos" que viven en la prueba
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La fortaleza, don del espíritu Santo, es aquella que tienen "tantos hermanos y hermanas que no han dudado en dar la propia vida, contal de permanecer fieles al Señor y a su Evangelio", pero que tienen también a "tantos santos desconocidos" que están alrededor de nosotros, "hombres y mujeres que luchan para llevar adelante a la familia, a los hijos".
Continuando en ilustrar los dones del Espíritu Santo, el Papa Francisco dedicó hoy a la "fortaleza" la catequesis para las 60 mil personas presentes en la plaza de S. Pedro para la audiencia general, entre las cuales, como de costumbre, pasó bastante tiempo con la jeep blanca bendiciendo, saludando y besando a los niños, en una jornada soleada, pero con un fuerte viento que dejó al Papa con la cabeza descubierta, pues el viento se llevó su solideo.
El encuentro fue también ocasión, para que el Papa pudiese invitar a rezar "por los mineros que ayer murieron en Turquía en la mina de Soma y por cuántos se encuentran atrapados en las galerías" y "por las personas que en estos días han perdido la vida en el Mediterráneo". "se pongan en el primer lugar- agregó- a los derechos humanos y se unan las fuerzas para prevenir estos estragos vergonzosos"
Precedentemente, en el saludo en árabe el Papa Francisco había ilustrado el don de la fortaleza, diciendo: La fortaleza asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien. Es la virtud de aquellos que reponen su confianza en Dios y no temen la tribulación, el hambre, el peligro o la espada; de aquellos que derrotan a la pereza con el entusiasmo, el mal con el bien, el odio con el amor"
Con el don de la fortaleza-había explicado en el discurso para la audiencia- el Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera del entumecimiento, de las incertidumbres y de todos los temores que puedan frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, en modo auténtico y alegre. Es una verdadera ayuda este don de la fortaleza, no da la fuerza, también nos libra de tantos obstáculos".
"Hay también momentos difíciles y situaciones extremas en los cuales el don de la fortaleza se manifiesta en modo extraordinario, ejemplar. Es el caso de aquellos que se encuentran enfrentando experiencias particulares duras y dolorosas, que trastornan sus vidas y la de sus queridos. La Iglesia resplandece por el testimonio de tantos hermanos y hermanas que no han dudado en dar la vida, con tal de permanecer fieles al Señor y a su Evangelio. Tampoco hoy faltan cristianos que en tantas partes el mundo continúan celebrando y testimoniando su fe, con profunda convicción y serenidad y resisten también cuando saben que esto puede exigir un precio más alto"
"También nosotros, todos nosotros, conocemos gente que ha vivido situaciones difíciles, tantos dolores. Pero pensemos en aquellos hombres, en aquellas mujeres, que llevan una vida difícil, luchan para llevar adelante la familia, educar a los hijos, pero esto lo hacen porque está el don de la fortaleza que los ayuda. Pero, cuántos, cuántos hombres y mujeres, de los cuales ni sabemos los nombres, pero que hinran a nuestro pueblo, honran a nuestra Iglesia, porque son fuertes: fuertes en el llevar adelante sus vidas, sus familias, sus trabajos, su fe. Pero, estos hermanos y hermanas nuestros son santos, santos cotidianos, santos escondidos en medio de nosotros: tienen justamente el don de la fortaleza para llevar adelante el deber de ellos de personas, de padres, de madres, de hermanos, de hermanas, de ciudadanos. ¡Tenemos tantos, tantos! Agradezcamos a Dios por estos cristianos que son de una santidad escondida, ¡pero es el Espíritu que está adentro, que los lleva adelante! Y nos hará bien pensar en esta gente: si ellos hacen esto, si ellos pueden hacerlo, ¿por qué yo no? Y pedir al Señor que nos dé el don de la fortaleza"
"No es necesario pensar que el don de la fortaleza sea necesario solamente en algunas ocasiones particulares. Este don debe constituir la nota de fondo de nuestro ser cristianos, en la ordinariez de nuestra vida cotidiana. Como dije, en todos los días de la vida cotidiana debemos ser fuertes, necesitamos de esta fortaleza, para llevar adelante nuestra vida, nuestra familia, nuestra fe. El apóstol Pablo dijo una frase que nos haría bien escuchar: "Todo lo puedo en Aquel que me da la fuerza" (Fl. 4,13). Pero, cuando viene la vida cotidiana, cuando llegan las dificultades, recordemos esto: "Todo puedo en Aquel que me da la fuerza". El Señor da la fuerza, siempre, no falta. El Señor no nos prueba más de aquello que podemos tolerar. Él está siempre con nosotros. "Todo lo puedo en Aquel que me da la fuerza". "A veces-concluyó el Papa- podemos ser tentados de dejarnos aferrar por la pereza o peor por el desconsuelo, sobre todo delante de la fatiga y a las pruebas de la vida. En estos casos no nos perdamos de ánimo, invoquemos al espíritu Santo, para que con el don de la fortaleza pueda levantar nuestro corazón y comunicarnos nueva fuerza y entusiasmo a nuestra vida y a nuestro seguir a Jesús".
19/02/2014
15/05/2022 14:12