Papa: la fe se transmite con el testimonio y el amor
“Transmitir la fe no es hacer proselitismo, es otra cosa, mucho más grande que eso. No es buscar gente que apoye este equipo de fútbol, este club, este centro cultural, esto puede ser bueno, pero para la fe no funciona el proselitismo. Lo dijo muy bien Benedicto XVI: ‘La Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción’. La fe se transmite, pero por atracción, es decir, por el testimonio’.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La Iglesia crece “por atracción”, y la fe se transmite con el testimonio y el amor. Lo dijo el Papa Francisco en la misa que celebró esta mañana en la Casa Santa Marta, tomando como punto de partida la Carta de San Pablo a los Corintios.
Siguiendo las palabras de Francisco, trasmitir la fe no quiere decir “dar información”, sino “fundar un corazón”, “en la fe en Jesucristo”. Muy lejos de aprenderse mecánicamente un libreto o algunas nociones, ser cristiano quiere decir ser “fecundo en la transmisión de la fe”, de la misma manera que la Iglesia, que “es madre”, da a luz a sus “hijos en la fe”. “Transmitir la fe no es dar informaciones, sino fundar un corazón en la fe en Jesucristo. Transmitir la fe es algo que no puede hacerse mecánicamente: ‘Mira, toma este folleto, estúdialo y luego yo te bautizo’. No. Para transmitir la fe, el camino es otro: transmitir lo que hemos recibido. Y éste es el desafío de un cristiano: ser fecundo en la transmisión de la fe. Y también es el desafío de la Iglesia: ser una madre fecunda, dar a luz hijos en la fe”.
El Papa agregó que la transmisión de la fe atraviesa las generaciones, va desde la abuela a la mamá, como una brisa de profundo amor. El credo propio viaja no sólo con las palabras, sino también con las “caricias”, con la “ternura”, incluso “en un dialecto”. Y también en el trabajo de las cuidadoras, que son casi como segundas madres. Sean o no extranjeras, lo cierto es que son cada vez más los casos de cuidadoras que transmiten la fe con dedicación, ayudando a crecer.
Una primera actitud en la transmisión de la fe es, entonces, y sin duda, el amor; en tanto una segunda la constituye el testimonio. “Transmitir la fe no es hacer proselitismo, sino que es otra cosa, es mucho más que eso. No es buscar gente que apoye este equipo de fútbol, este club, este centro cultural; estas cosas están bien, pero en el caso de la fe, no funciona el proselitismo. Lo dijo muy bien Benedicto XVI: ‘La Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción’. La fe se transmite, pero por atracción, es decir, por testimonio’.
Dar testimonio de aquello en lo que se cree, hacerlo en la vida de todos los días, nos vuelve justos “a los ojos de Dios”, generando una curiosidad en todos los que nos rodean. “Y el testimonio provoca curiosidad en el corazón del otro, y esa curiosidad es tomada por el Espíritu Santo, que trabaja desde allí dentro. La Iglesia cree por atracción, crece por atracción. Y la transmisión de la fe se da con el testimonio, hasta el martirio. Cuando se ve esta coherencia de vida con lo que decimos, siempre viene la curiosidad: ‘Pero, ¿por qué vive así esta persona? ¿Por qué vive al servicio de los demás?’. Y esa curiosidad es la semilla que toma el Espíritu Santo, y la lleva adelante. Y la transmisión de la fe nos hace justos, nos justifica. La fe nos justifica y en la transmisión nosotros damos la justicia verdadera a los demás”.