Papa: la "cosa más importante" de Jesús no es que cure, ni que nos enseñe, sino que nos salve y sea nuestro intercesor

"Él es el Salvador y como Salvador también hoy, en este momento, intercede por nosotros. Que nuestra vida cristiana cada vez esté más convencida de que nosotros estamos salvados, que tenemos un Salvador, Jesús a la derecha del Padre, que intercede. El Señor, el Espíritu santo, nos haga entender estas cosas".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La "cosa más importante" de Jesús no es que cure, ni que enseñe, sino que nos salve y sea nuestro intercesor. Los dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada hoy en la casa S. Marta, comentando el paso del Evangelio que muestra a la multitud que recurre a él de todas las regiones.

El pueblo de Dios encuentra en el Señor "una esperanza, porque su modo de obrar, de enseñar, toca el corazón de ellos, llega al corazón, porque tiene la fuerza de la Palabra de Dios". "El pueblo siente esto y ve que en Jesús se cumplen las promesas, que en Jesús hay una esperanza. El pueblo estaba un poco aburrido por el modo como se enseñaba la fe por los doctores de la ley de aquel tiempo, que cargaban sobre las espaldas tantos mandamientos, tantos preceptos, pero no llegaban al corazón de la gente. Y cuando ve a Jesús y siente a Jesús, las propuestas de Jesús, las bienaventuranzas... pero siente adentro algo que se mueve- ¡es el Espíritu Santo que despierta aquello!- y va a ver a Jesús". La multitud va a lo de Jesús para ser curada: esto es busca el propio bien: "Pero podemos seguir a Dios con pureza de intención desde el inicio siempre un poco para nosotros, un poco para Dios... Y el camino es purificar esta intención. Y la gente va, sí, busca a Dios, pero también busca la salud, la curación. Y se tiraban sobre Él para tocarlo, para que saliese afuera aquella fuerza y los cura".

Pero la cosa más importante "no es que Jesús sane", esto "es un signo de otra sanación", y ni siquiera el hecho que "Jesús diga palabras que llegan al corazón": esto, ciertamente ayuda para encontrar a Dios. La cosa más importante la dice la Carta a los Hebreos: "Cristo de hecho está siempre vivo para interceder a su favor". "Jesús salva y Jesús es intercesor. Estas son las dos palabras claves".

"¡Jesús salva!" Estas curaciones, estas palabras que llegan al corazón son el signo y el inicio de una salvación. El recorrido de la salvación de tantos que comienzan a ir a escuchar a Jesús o a pedir una curación y luego vuelven a los Él y sienten la salvación. Pero aquello más importante de Jesús ¿es que cure? No, no es lo más importante. ¿Qué nos enseñe? No es lo más importante. Y esta es la fuerza de nuestra fe".

Jesús subió al Padre "y desde allá intercede todavía, todos los días, todos los momentos por nosotros". "Es esta es una cosa actual. Jesús delante del Padre, ofrece su vida, la redención, muestra al Padre las llagas, el precio de la salvación. Y todos los días, así, Jesús intercede. Y cuando nosotros, por una cosa o por otra, estamos un poco deprimidos, recordamos que es Él que reza por nosotros, intercede constantemente por nosotros. Tantas veces olvidamos esto: "Pero Jesús... sí, se terminó, se fue al Cielo, nos ha enviado al Espíritu Santo, terminada la historia". ¡No! Actualmente, en cada momento, Jesús intercede por nosotros. En esta plegaria: "Pero, Señor Jesús, ten piedad de mí". Intercede por mí. Dirigirse al Señor, pidiendo esta intercesión".

Este es el punto central: que Jesús es "Salvador e Intercesor. Te hará bien recordar esto". "Así la multitud busca a Jesús con aquel olfato de la esperanza del pueblo de Dios, que esperaba al Mesías, y trata de encontrar en Él la salud, la verdad, la salvación, porque Él es el Salvador, Jesús a la derecha del Padre, que intercede. El Señor, el Espíritu Santo, que nos haga entender estas cosas".