Papa: la competencia debe regirse por el respeto a las personas, no por las leyes de mercado
Es “fundamental” que haya transparencia en los procesos de toma de decisiones y en las medidas económicas. De esta manera, se evita la competencia desleal, que en el ámbito económico y laboral suele traducirse en la pérdida de puestos de trabajo, el apoyo al trabajo en negro o el trabajo subremunerado".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La competencia debe animar a las personas a ser mejores que los demás, no a eliminarlas, y por ello "es fundamental la transparencia en los procesos de toma de decisiones y en las medidas económicas". De esta manera, se evita la competencia desleal, que en el ámbito económico y laboral suele traducirse en la pérdida de puestos de trabajo, el apoyo al trabajo en negro o el trabajo subremunerado". Durante el encuentro con una delegación de ANCE -la asociación italiana de constructoras de edificios- el Papa Francisco señaló hoy la interpretación cristiana de los valores de "competencia y transparencia; responsabilidad y sostenibilidad; ética, legalidad y seguridad".
En un "período difícil" como el que estamos viviendo, dijo Francisco, "es importante recurrir a las motivaciones, a las opciones fundamentales". De aquí pasó a la parábola de la casa construida sobre la roca. Jesús, en palabras del Papa, compara a los charlatanes con los que construyen casas en un terreno arenoso, a diferencia del buen constructor, que sabe que a la primera inundación esa casa terminará arrasada. "Su parábola, sin embargo, continúa con la otra cara de la moneda: 'Quien viene a mí y escucha mis palabras y las pone en práctica [...] es como un hombre que, al construir una casa, ha cavado muy hondo y ha puesto los cimientos sobre roca' (vv. 47-48). La imagen es aún más interesante si pensamos que ese constructor no sólo hizo lo correcto en el momento presente, sino que además defendió la casa de posibles inundaciones futuras. Uno podría decir: ¡pero eso nunca sucedió! Sí, pero podría ocurrir. Es lo que estamos viendo con el cambio climático".
En la enseñanza de Jesús, en definitiva, "el creyente es una persona no sólo parece cristiano por fuera, sino que actúa realmente como cristiano". Y es precisamente esta ‘coherencia operativa’ la que le permite edificarse no sólo en los momentos normales de la vida, sino mantenerse como tal incluso en los momentos difíciles. Esto también significa que la fe no nos pone a salvo de la intemperie, pero que si está acompañada de buenas obras, nos fortalece y nos hace capaces de resistir a ella".
Al referirse a la conservación de los valores cristianos, Francisco afirmó que "la lógica utilitarista del mercado puede llevar a una contraposición que termina por eliminar al otro". Se engaña pensando que uno puede triunfar sobre el otro o que la derrota del otro ha de ser considerada para que marche la economía. Cuando esto sucede, se pone en peligro el tejido social de confianza que permite que el propio mercado funcione correctamente. La competencia debe ser un incentivo para hacer las cosas bien y mejor, y no una voluntad de dominio y exclusión. Por eso es esencial la transparencia en los procesos de toma de decisiones y en las medidas económicas. Competencia y transparencia van unidas. De esta manera se evita la competencia desleal, que en el ámbito económico y laboral suele traducirse en la pérdida de puestos de trabajo, el apoyo al trabajo en negro o el trabajo subremunerado. Así se termina fomentado formas de corrupción que se alimentan de la oscuridad de la ilegalidad y la injusticia. Y este no es el camino correcto: es un camino que nos enferma, no prosigue bien".
"Responsabilidad y sostenibilidad. Nunca antes habíamos oído hablar tanto de la sostenibilidad: se trata de la capacidad regenerativa de cada ecosistema. En el sector de la construcción, es fundamental utilizar materiales que ofrezcan seguridad a las personas. Al mismo tiempo, hay que evitar la explotación del medio ambiente cooperando para hacer inviables ciertos territorios particularmente explotados. Todas las empresas pueden contribuir de forma responsable a la sostenibilidad del trabajo. Además, la sostenibilidad tiene que ver con la belleza de los lugares y la calidad de las relaciones”.
Y justamente al referirse a la belleza de los lugares, Francisco afirmó que en el diseño de casas o barrios enteros, además del uso de disciplinas técnicas, "es aún más valioso servir a otro tipo de belleza: la calidad de vida de las personas, su armonía con el entorno, su encuentro y ayuda mutua". Por eso es tan importante considerar el punto de vista de los habitantes locales en el análisis de la planificación urbana. Que el trabajo de ustedes pueda ayudar a las comunidades a reforzar los lazos de seguridad, cooperación y ayuda mutua”.
Por último, Francisco recomendó centrarse en la protección de los trabajadores. "El año pasado hubo muchas muertes en el trabajo, demasiadas. No son números, son personas. Incluso las obras de construcción han sufrido tragedias que no podemos ignorar. Lamentablemente, si se considera la seguridad en el trabajo como un coste, se parte de una suposición errónea. La verdadera riqueza son las personas", "sin ellas no hay comunidad de trabajo, ni empresa, ni economía. La seguridad en el trabajo significa salvaguardar los recursos humanos, que tienen un valor inestimable a los ojos de Dios y también a los del verdadero empresario. Por ello, la legalidad debe entenderse como la protección del patrimonio supremo, que son las personas. Trabajar con seguridad permite a todos expresar lo mejor de sí mismos mientras se ganan el pan de cada día. Cuanto más cuidemos la dignidad del trabajo, podemos estar seguros de que aumentarán la calidad y la belleza de las obras realizadas”.
24/02/2019 13:07
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