Papa: la actividad económica debe servir al bien común, más protección para las mujeres
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El empresario, y en especial el empresario cristiano ", está llamado a ser un misionero de la dimensión social del Evangelio en el difícil y complejo mundo del trabajo, la economía y los negocios". Pero para hacer esto, "es necesario traer la ética a la economía. No una ética cualquiera, sino una ética que ponga en el centro a la persona y la comunidad". Lo decía esta mañana el Papa Francisco a la Unión cristiana de empresarios y ejecutivos en la audiencia dedicada a ellos.
Tras instar a la Unión "para continuar con entusiasmo en sus actividades de formación, para ser fermento y estimulo, con la palabra y el ejemplo, en el mundo de los negocios", el Papa recordó la importancia del testimonio. Para ello, dice, "Os animo a vivir su espíritu emprendedor del misionero laico. El de empresario, de hecho, "es un trabajo noble, siempre que se deje consulta desde un sentido más amplio de la vida; Esto le permite servir verdaderamente al bien común, con su esfuerzo para multiplicar y hacer que sea más asequible para todos los bienes de este mundo "(Exor, Ap. Evangelii Gaudium, 203)".
La empresa y el oficio dirigencial de la empresa, dice Francisco, "pueden convertirse en lugares de santidad, por el compromiso de todos para construir relaciones fraternas entre empresarios, directivos y trabajadores, fomentando la responsabilidad compartida y la cooperación para el beneficio mutuo". Pero para que esto suceda "es crucial tener una especial atención a la calidad de la vida laboral de los empleados, que son el activo más valioso de una empresa; en particular para promover la armonización de la vida laboral y familiar. Creo que sobre todo a las mujeres: el reto es proteger al mismo tiempo su derecho al trabajo y reconocer plenamente su vocación a la maternidad y a la presencia en la familia. Calificante es también la responsabilidad de las empresas para la defensa y cuidado de la creación y la realización de un "progreso, más sano, más humano, más social y más integral" (Lett. Enc. Laudato si’. 112)".
“Esta llamada a ser misioneros en la dimensión social del Evangelio, en el mundo difícil y complejo del trabajo, de la economía y de la empresa, conlleva también una apertura evangélica a las diversas situaciones de pobreza y de fragilidad. Se trata, también aquí, de una actitud, de un estilo con el cual llevar adelante los programas de promoción y asistencia, incrementando las numerosas y beneméritas obras concretas del compartir y de la solidaridad que sostienen en varias partes de Italia. Éste será también un modo que les es propio para poner en práctica la gracia del Jubileo de la Misericordia".
Pero no basta la asistencia, hacer un poco de "caridad:" Es necesario dirigir la actividad económica en el sentido evangélico, que está al servicio de la persona y del bien común. En esta perspectiva, estáis llamados a cooperar con el fin de crecer el espíritu emprendedor de subsidiariedad, para hacer frente a los desafíos éticos del mercado y, sobre todo el reto de crear buenas oportunidades de empleo. En este contribuir también a las iniciativas de debate y estudio, que se realizan en su territorio".
