Papa: la Semana Santa, el camino de Dios es la humildad. Es el camino de Jesús y vamos en este camino
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "La Semana Santa, que nos lleva a la Pascua", es aquella en la que caminamos el "camino de la humillación de Jesús. Y la única forma en que será "santa" para nosotros... Esta es la vía de Dios, el camino de la humildad. Es camino de Jesús, no hay ninguno otro".
Con estas palabras, Francisco resumió el significado de la Semana Santa, en que la Iglesia conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús. El Domingo de Ramos, que conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, recibido por jóvenes que lo saludan con palmas, es también el día en que se celebra el Día Mundial de la Juventud a nivel diocesano. Por esto la plaza de San Pedro estaba llena de fieles, entre ellos muchos jóvenes con altas palmas o ramos de olivo. Para la ocasión, el servicio al Papa y el altar ha sido llevado a cabo por los diáconos del seminario del PIME (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras).
La celebración de hoy comenzó alrededor del obelisco en el centro de la plaza, donde el Papa bendijo los ramos de olivo. Luego, en procesión los fieles, los obispos y los cardenales presentes se dirigieron al sagrario, donde comenzó la misa de la "la pasión del Señor" porque el evangelio es la larga lectura de una Pasión del evangelio. Este año (año B), leemos la Pasión según San Marcos.
En su homilía, Francisco habla de "la humillación de Jesús". "Esta palabra nos desvela el estilo de Dios y del cristiano: la humildad. Un estilo que nunca dejará de sorprendernos y ponernos en crisis: nunca nos acostumbraremos a un Dios humilde”.
“Humillarse es ante todo el estilo de Dios: Dios se humilla para caminar con su pueblo, para soportar sus infidelidades. Esto se aprecia bien leyendo el Libro del Éxodo: ¡Qué humillación para el Señor oír todas aquellas murmuraciones, aquellas quejas! Estaban dirigidas contra Moisés, pero, en el fondo, iban contra él, contra su Padre, que los había sacado de la esclavitud y los guiaba en el camino por el desierto hasta la tierra de la libertad”.
“En esta semana, la Semana Santa, que nos conduce a la Pascua, seguiremos este camino de la humillación de Jesús. Y sólo así será «santa» también para nosotros. Veremos el desprecio de los jefes del pueblo y sus engaños para acabar con él. Asistiremos a la traición de Judas, uno de los Doce, que lo venderá por treinta monedas. Veremos al Señor apresado y tratado como un malhechor; abandonado por sus discípulos; llevado ante el Sanedrín, condenado a muerte, azotado y ultrajado. Escucharemos cómo Pedro, la «roca» de los discípulos, lo negará tres veces. Oiremos los gritos de la muchedumbre, soliviantada por los jefes, pidiendo que Barrabás quede libre y que a él lo crucifiquen. Veremos cómo los soldados se burlarán de él, vestido con un manto color púrpura y coronado de espinas. Y después, a lo largo de la vía dolorosa y a los pies de la cruz, sentiremos los insultos de la gente y de los jefes, que se ríen de su condición de Rey e Hijo de Dios”.
“Esta es la vía de Dios, el camino de la humildad. Es el camino de Jesús, no hay otro. Y no hay humildad sin humillación. Al recorrer hasta el final este camino, el Hijo de Dios tomó la «condición de siervo» (Flp 2,7). En efecto, la humildad quiere decir servicio, significa dejar espacio a Dios negándose a uno mismo, «despojándose», como dice la Escritura (v. 7). Esta es la humillación más grande”.
“Hay otra vía, contraria al camino de Cristo: la mundanidad. La mundanidad nos ofrece el camino de la vanidad, del orgullo, del éxito... Es la otra vía. El maligno se la propuso también a Jesús durante cuarenta días en el desierto. Pero Jesús la rechazó sin dudarlo. Y, con él, también nosotros podemos vencer esta tentación, no sólo en las grandes ocasiones, sino también en las circunstancias ordinarias de la vida”.
“En esto, nos ayuda y nos conforta el ejemplo de muchos hombres y mujeres que, en silencio y sin hacerse ver, renuncian cada día a sí mismos para servir a los demás: un familiar enfermo, un anciano solo, una persona con discapacidad...”
“Pensemos también en la humillación de los que, por mantenerse fieles al Evangelio, son discriminados y sufren las consecuencias en su propia carne. Y pensemos en nuestros hermanos y hermanas perseguidos por ser cristianos, los mártires de hoy: no reniegan de Jesús y soportan con dignidad insultos y ultrajes. Lo siguen por su camino. Podemos hablar de “una nube de testigos” (cf. Hb 12,1)”.
“Como ellos, emprendamos también nosotros con decisión este camino, movidos por el amor a nuestro Señor y Salvador. El amor nos guiará y nos dará fuerza. Y, donde está él, estaremos también nosotros (cf. Jn 12,26). Amén”. [Texto original: Español]
Antes de la celebración de la Misa y el Ángelus, el Papa quiso saludar a todos los jóvenes presentes: "os ruego - dijo - para continuar en su camino tanto en las diócesis, como en la peregrinación a través de los continentes, que se llevará a cabo el año que viene en Cracovia, la casa de San Juan Pablo II, fundador de las Jornadas Mundiales de la Juventud. El tema de ese gran encuentro: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mt 5,7), encaja bien con el Año Santo de la Misericordia. Déjese ocupar por la ternura del Padre, para difundirla a tu alrededor".
Antes de la oración mariana, Francisco confió a la intercesión de "María nuestra Madre... las víctimas del accidente aéreo el pasado martes [el A320 que se estrelló en los Alpes franceses], entre los que había también un grupo de estudiantes alemanes".
28/03/2021 14:19