Papa: la Onu promueva una "movilización ética" para compartir los bienes del mundo
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "La conciencia de la dignidad de cada hermano, cuya vida es sagrada e inviolable desde su concepción a su fin natural, debe llevarnos a compartir con total gratuidad, los bienes que la providencia puso en nuestras manos, sean esas riquezas materiales que obras de inteligencia y de espíritu, y a restituir con generosidad y abundancia lo que justamente podamos haber negado a los otros". Es una tarea en la cual el Papa Francisco ve un campo de acción de la Onu, como él mismo dijo esta mañana, encontrando en el Vaticano al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon junto a sus acompañantes del Concejo de los jefes ejecutivos para la coordinación de la Onu (UN System Chief Executives Board for Coordination) reunidos en Roma para el encuentro semestral de coordinación estratégica.
Los responsables de la Onu- agradecidos "por los grandes esfuerzos realizados en favor de la paz mundial, del respeto de la dignidad humana, de la protección de la persona, especialmente de los más pobres o débiles, y del desarrollo económico y social armonioso"- el Papa también dirigió una invitación para "promover una verdadera movilización ética mundial que, más allá de las diferencias de credo o de opinión política, difunda y aplique un ideal común de fraternidad y solidaridad, especialmente hacia los más pobres y los excluidos".
En su discurso el Papa, reconoció los resultados logrados por los "Objetivos de desarrollo del Milenio, especialmente en el campo de la educación y de la disminución de la pobreza extrema", agregando que "no se debe, todavía, perder de vista que los pueblos merecen y esperan furos aún mejores".
"Es propio de la función directiva no conformarse jamás de los resultados adquiridos, sino comprometerse cada vez más, porque lo que se ha logrado se asegura solamente buscando obtener lo que todavía falta. En el caso de la organización política y económica mundial, falta mucho. Visto que una importante parte de la humanidad continúa siendo excluida de los beneficios del progreso y de hecho, relegada a ser seres humanos de segunda categoría. Los futuros Objetivos del desarrollo sostenible deberían, entonces, ser formulados con generosidad y coraje, para que lleguen efectivamente a incidir sobre las causa estructurales de la pobreza y del hambre, para conseguir ulteriores resultados substanciales a favor de la preservación del ambiente, para garantizar un trabajo decente para todos y dar una adecuada protección a las familias, elemto esencial de cualquier desarrollo económico y social sustentable. Se trata, en particular, de desafiar a todas las formas de injusticia, oponiéndose a la "economía de exclusión", a "la cultura del descarte", y a la "cultura de la muerte", que, lamentablemente podrían convertirse en una mentalidad aceptada pasivamente".
"por esta razón, a ustedes, que representan a las más altas instancias de la cooperación mundial, quisiera recordar un episodio de unos 2.000 años atrás, nara el Evangelio de S. Lucas: el encuentro de Jesús con el rico publicano Zaqueo, que toma una decisión radical de compartir y de justicia cuando su conciencia fue despertada por la mirada de Jesús. Este es el espíritu que debería ser el origen y el final de cada acción política y económica. La mirada. A menudo sin voz, de aquella parte de la humanidad descartada, dejada en las espaldas, debe movilizar la conciencia de los operadores políticos y económicos y llevar a elecciones generosas y llenas de coraje, que den resultados inmediatos, como aquella decisión de Zaqueo. Este espíritu de solidaridad y del compartir, ¿guía todas nuestras acciones y pensamientos?. Hoy, en particular, la conciencia de la dignidad de cada hermano, cuya vida es sagrada e inviolable desde su concepción hasta su fin natural, debe llevarnos a compartir, con total gratuidad, los bienes que la providencia ha puesto en nuestras manos, sean riquezas materiales u obras de inteligencia y de espíritu, y a restituir con generosidad y abundancia lo que injustamente podamos haber negado a los otros"
"El episodio de Jesucristo y zaqueo nos enseña que la promoción de una apertura generosa, eficaz y concreta a las necesidades de los otros debe ser siempre más arriba de los sistemas y de las teorías económicas y sociales. Jesús no le pide a Zaqueo que cambie el propio trabajo, ni de denunciar su propia actividad comercial; lo induce sólo a poner todo, libremente pero inmediatamente y sin discusión, al servicio de los hombres. Todo esto me permite afirmar, siguiendo a mis predecesores, que el progreso económico y social ecuo se puede obtener sólo juntando la capacidad científica y técnica con un compromiso de solidaridad constante, acompañado por una gratuidad generosa y desinteresada a todos los niveles. A este desarrollo ecuo contribuirán, por lo tanto, ya sea la acción internacional, empeñada en conseguir un desarrollo humano integral a favor de todos los habitantes del planeta, ya sea la legítima redistribución de los beneficios económicos de parte del estado, sea la indispensable colaboración de las actividad privada y de la sociedad civil".