Papa: la Iglesia crece en silencio por el testimonio, la oración y las buenas obras

“La Esposa de Cristo tiene un temperamento silencioso, genera frutos “sin hacer barullo”, sin “tocar la trompeta como los fariseos”. “La Iglesia también crece con la sangre de los mártires, hombres y mujeres que dan la vida. Hoy hay muchos. Lo curioso: no son noticia. El mundo esconde eso. El espíritu del mundo no tolera el martirio, lo esconde”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La Iglesia crece “por el testimonio, la oración, por la atracción del Espíritu que lleva dentro” y por los mártires, que hoy en día son muchos”. Es lo que ha dicho el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta, al tomar como punto de partida un pasaje del Evangelio de Lucas (Lc 17,20-25) en el cual Jesús dice que “el reino de Dios viene sin dejarse sentir”.

Francisco subrayó que la Iglesia crece “en la simplicidad, en el silencio, en la alabanza, en el sacrificio eucarístico, en la comunidad fraterna, donde todos se aman y no se andan despellejando”: el Reino de Dios “no es espectacular” y crece en el silencio.

Por tanto, la Iglesia se manifiesta “en la Eucaristía y en las buenas obras”, si bien aparentemente, no “son noticia”. La Esposa de Cristo tiene un temperamento silencioso, genera frutos “sin hacer barullo”, sin “tocar la trompeta como los fariseos”. “El Señor nos ha explicado cómo crece la Iglesia con la parábola del sembrador. El sembrador siembra y la semilla crece de día, de noche…-Dios otorga el crecimiento- y luego se ven los frutos. Pero es importante esto: primero, la Iglesia crece en silencio, a escondidas; es el estilo eclesial. ¿Y cómo se manifiesta en la Iglesia? Por los frutos de las buenas obras, para que la gente vea y glorifique al Padre que está en los cielos –dice Jesús- y en la celebración –la alabanza y el sacrificio del Señor- es decir, en la Eucaristía y en las buenas obras”.

“La Iglesia crece por el testimonio, por la oración, por la atracción del Espíritu Santo que lleva dentro –reafirmó el Papa-, y no por los eventos”. Ciertamente, éstos también ayudan, pero el “crecimiento de la Iglesia en sí, el que da fruto, se da en silencio, de manera oculta, con las buenas obras y la celebración de la Pascua del Señor, la alabanza a Dios”. “El Señor nos ayuda a no caer en la tentación de la seducción. “Nosotros queremos que la Iglesia se vea más; ¿qué podemos hacer para que se vea? Y, como suele suceder, se cae en una Iglesia de los eventos, que no es capaz de crecer en silencio con las buenas obras, a escondidas”.

En un mundo donde con demasiada frecuencia se cede a la tentación de la espectacularidad, la mundanidad, las apariencias. Francisco ha recordado que el mismo Jesús fue tentado por la seducción del espectáculo: Pero, ¿por qué tanto tiempo para hacer la redención? Haz un gran milagro. Arrójate desde el templo y todos los verán, verán y creerán en ti”. Pero Él ha elegido “la vía de la predicación, la oración, las buenas obras”, “de la cruz” y “del sufrimiento”! “La Cruz y el sufrimiento. La Iglesia –concluyó- crece asimismo con la sangre de los mártires, de hombres y mujeres que dan la vida. Hoy hay muchos. Algo curioso: no son noticia. El mundo esconde eso. El espíritu del mundo no tolera el martirio, lo esconde”.