Papa: es “estupidez” y lleva a la corrupción no escuchar la Palabra de Dios

Tontos son los doctores de la Ley que se preocupan sólo de los exterior de las cosas, tontos aquellos que siguen a los “ídolos”, como el consumismo, tontos aquellos cristianos que se “volvieron “ideólogos del cristianismo”. “El tono no escucha, cree que escucha, pero no escucha. Siempre, hace todo a su manera. Y por esto la Palabra de Dios no puede entrar en su corazón y no hay lugar para el amor”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- No escuchar la Palabra de Dios, transformarla según modas y ideologías, cambiarla con la mentira es “”tontería” y lleva a la corrupción. Lo dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa que celebró esta mañana en la casa santa Marta, comentando el pasaje evangélico en el cual Jesús llora sobre Jerusalén, cuando el pueblo amado se aleja, prefiriendo apariencias, ídolos o ideologías.

La reflexión de Francisco partió de la palabra “tontos”, que por dos veces aparece en la Liturgia de hoy (Rm 1,16-25). Pero también a los Gálatas, cristianos, el Apóstol de las gentes había llamado “tontos” porque se dejaron embaucar por las “nuevas ideas”. Esta palabra “más que una condena, es una señalación”-explicó el Papa- porque hace ver el camino de la estupidez que conduce a la corrupción. “Estos tres grupos son corruptos”, dijo Francisco.

A los doctores de la ley, Jesús había dicho que se asemejaban a los sepulcros blanqueados: se vuelven corruptos porque se preocupan de hacer bello sólo “lo exterior de las cosas”, pero no hablan de aquello que esté adentro o sea la corrupción. Por lo tanto, eran “corruptos de la vanidad, del aparecer, de la belleza exterior, de la justicia exterior”. Los paganos, en cambio, tienen la corrupción de la idolatría: se volvieron en corruptos porque han cambiado la gloria de Dios-que habrían podido conocer a través de la razón- por los ídolos. Y hay también idolatrías actuales, como el consumismo-subrayó el Papa- o buscar un dios cómodo. En concreto, estos cristianos que se dejaron corromper por las ideologías, esto es han dejado de ser cristianos para volverse “ideólogos del cristianismo”. Todos estos tres grupos a causa de esta estupidez, “terminan en la corrupción”.

“La estupidez-explicó Francisco- es un no escuchar, literalmente se puede decir un “necio”, “no sé”, no escuchar. La incapacidad de escuchar la Palabra. El tonto no escucha. Él cree que escucha, pero no escucha. Obra sólo por y para sí. Y por esto la Palabra de Dios no puede entrar en el corazón y no hay lugar para el amor. Y si entra, entra destilada, transformada por mi concepción de la realidad. Los tontos no saben escuchar. Y esta sordera los lleva a esta corrupción. No entra en la Palabra de Dios, no hay lugar para el amor y al final no hay tampoco lugar para la libertad”.

Y se vuelven esclavos porque cambian “la verdad de Dios con la mentira” y adoran a las creaturas en lugar del Creador. “No son libres y este no escuchar, esta sordera, no deja lugar al amor y ni siquiera a la libertad: siempre nos lleva a la esclavitud. ¿Yo escucho la Palabra de Dios? ¡La dejo entrar dentro de mí? Esta palabra, de la cual hemos escuchado cantando el Aleluya, la Palabra de Dios es viva, es eficaz, discierne los sentimientos y los pensamientos del corazón. Corta, va adentro. Esta Palabra, ¿la dejo entrar o para con esta Palabra soy sordo? Y la transformo en apariencia, la transformo en idolatría, costumbres idolátricas, ¿ o la transformo en ideología? Y no entra…Esta es la estupidez de los cristianos”.

Luego, el Papa exhortó a mirar a los “íconos tontos de hoy”: “hay cristianos tontos y también pastores tontos”. “San Agustín los azota bastante, con fuerza”, porque “la estupidez de los pastores hace mal a la grey”. La referencia a la “estupidez del pastor corrupto”, a la “estupidez del pastor satisfecho de sí mismo, pagano” y de la “estupidez del pastor ideólogo”. “Miremos al ícono de los cristianos tontos y junto a esta estupidez miramos al Señor que siempre está en la puerta”, golpea y espera. Su invitación conclusiva es por lo tanto pensar en la nostalgia del Señor por nosotros”: “del primer amor que tuvo por nosotros”. “Y si nosotros caemos en esta estupidez, nos alejamos de Él y Él prueba esta nostalgia. Nostalgia pos nosotros. Y Jesús con esta nostalgia lloró, lloró sobre Jerusalén era justamente la nostalgia de un pueblo que había elegido, había amado pero que se había alejado por estupidez, que había preferido las apariencias, los ídolos y las ideologías”.