02/05/2018, 13.26
VATICANO
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Papa: es el Espíritu Santo quien en el Bautismo purifica y renueva

Continuando a hablar sobre el Bautismo, Francisco se detuvo sobre el agua. “La Biblia describe las intervenciones y las promesas de Dios a través del signo del agua”. “No es posible adherir a Cristo poniendo condiciones. Es necesario separarse de ciertos ligámenes para poder abrazar realmente a los otros”. “Cuando uno toca el agua bendita y se persigna, pensemos con alegría y gratitud en el Bautismo que hemos recibido”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- El agua sobre la cual se invoca la bendición de Dios “se transforma, tiene en sí la fuerza del Espíritu Santo” y por esto, en el Bautismo, purifica de los pecados. El agua en el rito del Bautismo fue el argumento del cual el Papa Francisco habló a las 20 mil personas que han tomado parte en la audiencia general de hoy.

Continuando la ilustración del sacramento del Bautismo, de hecho Francisco dedicó la catequesis de los “ritos centrales, que se desarrollan junto a la pila bautismal. Consideramos ante todo al agua, sobre la cual es invocada la potencia del Espíritu Santo para que tenga la fuerza de regenerar y renovar (Cfr. 3,5 y Tt 3,5). El agua es fuente de vida y de bienestar, mientras su ausencia provoca el extinguirse de la fecundidad, como sucede en el desierto; pero el agua puede ser también causa de muerte, cuando sumerge entre sus caudales cualquier cosa; finalmente, el agua también tiene la capacidad de lavar, limpiar, purificar”.

“Es a partir de este simbolismo natural y universalmente reconocido que la Biblia describe las intervenciones y las promesas de Dios a través del signo del agua. Encontramos algunos oráculos del Señor dados por boca de los profetas, por ejemplo Isaías: “Yo verteré agua sobre el suelo sediento” (44,3); y también Ezequiel dice: “Os aspergeré con agua pura y seréis purificados (36,25). Sin embargo, el poder de perdonar los pecados no está en el agua en sí, como lo explicaba S. Ambrosio a los nuevos bautizados: “Haz visto el agua, pero no toda agua sana: el agua que tiene la gracia de Cristo (…) La acción es del agua, la eficacia es del Espíritu Santo (De Sacramentis, 1,15)”.

“Por lo tanto la Iglesia invoca la acción del Espíritu sobre el agua “porque aquellos que en esa recibirán el Bautismo, serán sepultados con Cristo en la muerte y con Él resurjan a la vida inmortal” (Rito del Bautismo de los niños, n 60).

“La oración de bendición dice que Dios preparó el agua “para ser signo del Bautismo, y recuerda las principales prefiguraciones bíblicas: sobre las aguas de los orígenes el Espíritu flotaba para convertirla en semilla de vida (Cfr Gen 1,1-2); el agua del diluvio marcó el fin del pecado y el inicio de la nueva vida; por medio del agua del Mar Rojo los hijos de Abraham fueron liberados de la esclavitud de Egipto (Cfr Es 14,15-31)”. En lo que respecta a Jesús, “se recuerda el Bautismo en el Jordán (Cfr Jn 19,31-37), y el mandato a sus discípulos de bautizar a todos los pueblos en el nombre de la Trinidad (Cfr Mt 28,19). Fortalecidos por este recuerdo, se le pide a Dios que infunda en el agua de la fuente la gracia de Cristo muerto y resucitado” (Cfr. Rito del Bautismo de los niños, n 60). Y así esta agua se transforma, tiene en sí la fuerza del Espíritu Santo”.

“Una vez santificada el agua de la Pila Bautismal, “es necesario disponer el corazón para acceder al Bautismo. Eso se produce con la renuncia a Satanás y la profesión de fe, los dos actos están conectados entre ellos”. “En la medida en la cual digo ‘no’ a las sugestiones del diablo-aquel que divide- estoy en grado de decir ‘sí’ a Dios que me llama a conformarme a Él en los pensamientos y en las obras”.

“No es posible adherir a Cristo poniendo concesiones. Es necesario despojarse de ciertas ataduras para poder abrazar de verdad a los demás”. “Hay personas que parecen siempre sacárselas bien si dice. ‘Pero esto está bien con Dios y con el diablo’. Pero no está bien”. “Es necesario cortar puentes, dejándolos a las espaldas, para reiniciar una nueva Vía que es Cristo, como respuesta a las preguntas- “¿Renuncias a Satanás, a todas sus obras, y a todas sus seducciones?» – es formulada en primera persona del singular: «Renuncio». Y del mismo modo,, es profesada la fe de la Iglesia, diciendo: «Creo». “Es una elección responsable, que debe ser traducida en gestos concretos de confianza en Dios. El acto de fe supone un empeño que el mismo Bautismo ayudará a mantener con perseverancia en las diversas situaciones y pruebas de la vida”. “Recordemos la antigua sabiduría de Israel: “Hijo si te presentas para servir al Señor, prepárate a la tentación” (Sir 2,1). La renuncia al pecado y en positivo, la fe en aquello que la Iglesia cree, no son actos momentáneos, limitados al momento del Bautismo; son actitudes que acompañan a todo el crecimiento y a la maduración de la vida cristiana. Y la vida cristiana es lucha. Ayudada por el Espíritu Santo”.

“Queridos hermanos y hermanas-concluyó el Papa- cuando ponemos en el agua bendita y nos persignamos, pensemos con alegría y gratitud en el Bautismo que hemos recibido y renovemos nuestro ‘Amén’, para vivir inmersos en el amor de la Santísima Trinidad”.

 

 

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