Papa: en octubre de 2019, un tiempo extraordinario dedicado a la misión ad gentes
La propuesta, sugerida por Propaganda Fide, cae en ocasión del 100 aniversario de la Máxima Illud de Benedicto XV sobre la misión universal de la Iglesia. El Papa también sugiere el uso de la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, "magna carta del compromiso misionero post-conciliar." La preocupación para que las Pontificias Obras Misionales no sólo sean "una organización que recoge y distribuye, en nombre del Papa, la ayuda económica a las Iglesias más necesitadas."
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El mes de octubre 2019 será "un momento extraordinario de oración y reflexión sobre la misión ad gentes". Así lo ha decidido el Papa Francisco, escuchando una sugerencia de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y las Pontificias Obras Misionales, recibidas hoy en audiencia en la sala Clementine, en el Vaticano.
La oportunidad es para "renovar el ardor y la pasión, el motor espiritual de la actividad apostólica de innumerables santos y mártires misioneros", coincidiendo con el centenario de la Máxima Illud, la carta apostólica de Benedicto XV sobre la actividad misionera de la Iglesia. En la Máxima Illud (30 de noviembre 1919), el Papa de entonces traza las líneas de la misión de la Iglesia, cada vez más independientes del pasado colonial, empeñada en la localización del clero y el episcopado, comprometidos con la misión universal.
"En este importante documento de su Magisterio sobre la misión - dijo Francesco - el Papa nos recuerda cuán necesario es, la eficacia del apostolado, la santidad de la vida; recomienda, por consiguiente, una unión cada vez más con Cristo y una participación más confiada y alegre en su pasión divina para anunciar el Evangelio a todos y amar utilizando la misericordia hacia todos. Esto es más que nunca indispensable para la misión hoy. Los hombres y las mujeres "excepcionales por el celo y la santidad" son cada vez más necesarios para la Iglesia y para la misión. "Quien proclaman a Dios, es un hombre de Dios", instaba Benedicto XV (cfr Ap Lett Maximum illud 30 de noviembre, 1919: AAS XI [1919], 449)".
Francisco está preocupado que las Pontificias Obras Misionales - citadas por Benedicto XV en su carta - se reduzcan "a una organización que recoge y distribuye, en nombre del Papa, la ayuda económica a las Iglesias más necesitadas."
El pontífice confía a su vez en que se viva "la misión como una oportunidad permanente de anunciar a Cristo, de hacerlo encontrar testimoniando y haciendo que los demás compartan nuestro encuentro personal con Él. Espero que su asistencia espiritual y material a la Iglesias basada cada vez más en Evangelio y sobre la participación bautismal de todos los fieles, laicos y clérigos, en la única misión de la Iglesia: acercar el amor de Dios a cada hombre, especialmente a los más necesitados de su misericordia. El Mes extraordinario de oración y reflexión sobre la misión como primera evangelización servirá de esta renovación de la fe eclesial, para que su corazón esté y obre siempre la Pascua de Jesucristo, el único Salvador, Señor y Esposo de su Iglesia".
Para "Ser cada vez más Iglesia-misión" Francesco también sugiere el uso de la carta apostólica Evangelii nuntiandi, del Beato Pablo VI, verdadera "carta magna de compromiso post-conciliar misionero".
"En el espíritu de la enseñanza del Beato Papa Pablo VI, deseo que la celebración de los 100 años de la Maximum Illud, en el mes de octubre de 2019, es un tiempo propicio para la oración, el testimonio de tantos santos y mártires de la misión, la reflexión bíblica y teológica, la catequesis y la caridad misionera contribuyan a evangelizar en primer lugar la Iglesia, de modo que, esta encuentre la frescura y el ardor del primer amor por el Señor crucificado y resucitado, para evangelizar el mundo con la credibilidad y la eficacia del Evangelio".
"Os bendigo a todos - concluyó - en este día antes de la fiesta de Pentecostés. Le pido a la Virgen María, Reina de los Apóstoles y Madre de la Iglesia, siempre animándonos siempre con el testimonio de su fe y la garantía tranquilizadora de su intercesión maternal. Los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, los santos Mártires Carlo Lwanga y compañeros, el Beato Paolo Manna no dejan de orar a Dios para todos nosotros, sus misioneros".
