Papa: en la ciudad la Iglesia sea misión y testimonio, escucha y caridad
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "Todo pensado en clave de misión". Por lo tanto "salir para encontrarse, para escuchar, para bendecir, para caminar con la gente" y "estar", o sea "testimonio concreto de misericordia y ternura que trata de estar presente en las periferias existenciales y pobres, obra directamente sobre los imaginarios sociales, generando orientación y sentido por la vida en la ciudad". Son las "propuestas operativas" hechas hoy por el Papa Francisco para una pastoral de las grandes ciudades de hoy, en la conciencia que la Iglesia no es el único referente de la cultura, que las ciudades son multirraciales y que es necesario descubrir, en la religiosidad de nuestros pueblos, "el auténtico substrato religioso, que en muchos casos es cristiano y católico".
Ocasión de la articulada reflexión del Papa en la audiencia de esta mañana a los participantes de la segunda fase del Congreso internacional de la pastoral de las Grandes ciudades (Barcelona, 24-26 de noviembre 2014)
En su análisis y en sus propuestas, dirigidas a "abrir nuevos caminos", pero también a "ayudar a evaluar los posibles miedos, que muchas veces todos en un modo u otro sufrimos y que nos confunden y paralizan", el Papa inició de su experiencia personal de arzobispo de una ciudad, Buenos Aires, que con sus 13 millones de habitantes es la 13°en el mundo por población.
La primera exigencia, "quizás la más difícil" es "actuar un cambio en nuestra mentalidad pastoral. ¡Se debe cambiar!". "Venimos de una práctica pastoral secular, en la cual la Iglesia era el único referente de la cultura. Es verdad, es nuestra herencia. Como auténtica Maestra, ella sintió la responsabilidad de delinear y de imponer, no sólo las formas culturales, sino también los valores, y más profundamente trazar el imaginario personal y colectivo, es decir las historias, las bases en los cuales las personas se apoyan para encontrar los significados últimos y las respuestas a tales preguntas vitales. Pero ya no estamos en esa época. Pasó. No estamos en la cristiandad, no más. Hoy no somos más los únicos que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados. Tenemos por lo tanto necesidad de un cambio de mentalidad pastoral, pero no de una pastoral relativista"- No, esto no- que por querer estar presente en la "cocina cultural" pierde el horizonte evangélico, dejando al hombre confiado a sí mismo y emancipado de la mano de Dios. No esto, no. Este es el camino relativista, la más cómoda. ¡Esto no se podría llamar pastoral! Quien obra así, no tiene un verdadero interés por el hombre, sino que los deja abandonado a los dos peligros igualmente graves: le esconden a Jesús y la verdad sobre el hombre mismo. Y esconder a Jesús es la verdad sobre el hombre ¡son peligros graves! Camino que lleva al hombre a la soledad de la muerte". "Es necesario tener el coraje de hacer una pastoral evangelizadora, audaz y sin temores, porque el hombre, la mujer, las familias y los varios grupos que habitan la ciudad esperan en nosotros, y lo necesitan para sus vidas, la Buena Noticia que es Jesús y su Evangelio. Muchas veces escucho decir que se tiene vergüenza de exponerse. Tenemos que trabajar para no tener vergüenza o modestia en el anunciar a Jesucristo; buscar el cómo...este es un trabajo-clave".
En segundo lugar "El diálogo con el multiculturalismo".
"En Estrasburgo hablé DE LA Europa multipolar.
Pero incluso las grandes ciudades
son multipolares y
multiculturales. Y tenemos que
hablar con esta realidad, sin miedo. Es el momento de adquirir un diálogo pastoral
sin relativismo, que no negocie su identidad cristiana, pero
que quiera llegar al corazón de los otros, de los que no son como nosotros,
y sembrar el Evangelio. Necesitamos una
actitud contemplativa, que
no rechace la contribución de las diversas ciencias para aprender sobre
el fenómeno urbano - estas contribuciones son importantes - en busca de descubrir el fundamento de las culturas, que en su núcleo más profundo están siempre abiertas y sedientas de Dios. Nos ayudará mucho
conocer la imaginería y las ciudades invisibles, es decir, los grupos humanos o territorios que se identifican en sus símbolos, lenguajes, rituales y formas de contar la vida".
El tercer aspecto es "la religión del pueblo. Dios vive en la ciudad. Tienes que ir a buscarlo y parar donde
está Él trabajando. Yo sé que no es lo mismo en diferentes
continentes, pero tenemos que averiguar, en la religiosidad de nuestros pueblos, el auténtico sustrato religioso, que
en muchos casos es cristian0 y
católico.. No en todos:.. hay religiosidad
no cristiana, pero tenemos que ir
allí, al núcleo. No podemos desconocer ni despreciar
esta experiencia de Dios que,
aunque a veces dispersa o mixta, pide ser descubierta y no construida. Allí,
se encuentran las semillas de la Palabra sembrada por el
Espíritu del Señor. No es bueno hacer
evaluaciones apresuradas y genéricas como: "esto es sólo una expresión de la religiosidad natural".
No, ¡esto no se puede decir! A
partir de ahí podemos empezar el diálogo
evangelizador, como lo hizo Jesús con la mujer samaritana y, ciertamente,
con muchos más allá
de la Galilea. Y para el diálogo es necesaria la conciencia evangelizadora de su identidad cristiana e incluso empatía con la otra persona. Así que creo que he dicho a vosotros, a los obispos
de Asia, ¿no? Empatía para ver en la religiosidad este sustrato".
"Dios sigue hablando a nosotros hoy, como siempre
lo ha hecho, por medio de los
pobres, del 'resto'. En general,
las grandes ciudades hoy son habitadas por
muchos inmigrantes y los pobres,
que vienen de zonas rurales o de otros continentes, con otro culturas".
En cuarto lugar, los "pobres
urbanos". "La ciudad, junto con la multitud de ofertas valiosas para la vida, tiene una aleta que no
se puede ocultar y que en muchas
ciudades es cada vez más clara:
los pobres, los excluidos, los descartados Hoy podemos hablar de descartados. La Iglesia no puede ignorar su clamor, ni entrar en el juego de los
sistemas injustos, mezquina e
interesados en tratar de hacerlos invisibles". "En la ciudad,
el futuro de los pobres es más pobreza.
¡Id allí!".
Al análisis del Papa ha seguido la propuesta de dos "núcleos pastorales, que son acciones, pero no todo. Creo que el ministerio
es más que una acción, es también presencia, contenido, actitudes, gestos".
La primera es "¡Salir y ayudar". "Es una verdadera transformación de la Iglesia. Todo pensado
en clave de misión. Un cambio de mentalidad: de la recepción al salir, del esperar que vengan al ir a buscarlos. ¡Y
para mí esto es la clave! Ir al encuentro de Dios
que vive en la ciudad y en los pobres. Ir al
encuentro, para escuchar, para
bendecir, para caminar con la
gente. Y facilitar el encuentro con
el Señor. Hacer accesible el Sacramento del Bautismo. Iglesias abierta Secretarías con
los horarios para las personas que
trabajan. La catequesis adecuada
en el contenido y los tiempos de la ciudad. Es más
fácil de cultivar la fe que ayudarla
a nacer. Creo que tenemos que seguir
profundizando los cambios necesarios en nuestras diversas catequesis,
sustancialmente en nuestras formas pedagógicas, para que se comprenda mejor el contenido pero al mismo tiempo tenemos
que aprender a despertar en nuestro
interlocutores curiosidad e interés
en Jesucristo. Esta curiosidad tiene un santo patrón es
Zaqueo. Le pedimos que nos ayude a despertar. Y
luego invitar a unirse a Él
y que lo sigan. Tenemos
que aprender a despertar la fe.
¡Suscitar la fe! Y entonces no vayas de aquí para allá, ¡No!
Siembre! Si la fe comienza el Espíritu luego
hará que esta persona vuelve a mí o vuelva a
otro a pedir a la otra un paso
más, un paso más... Pero suscitar la fe.
La segunda propuesta es "la
Iglesia samaritana. Para estar allí". "Es un cambio en el sentido del testimonio. En la pastoral urbana,
la calidad será dada de la capacidad de ser
testigo de la Iglesia y de cada
cristiano. El Papa Benedicto, cuando
dijo que la Iglesia no crece
por proselitismo, sino por atracción, habló de esto. El testimonio que atrae, que hace curiosa a la
gente. Aquí está la clave. Con
el testimonio podemos afectar los
núcleos más profundos, donde nace
la cultura. A través del testimonio la Iglesia siembra la
semilla de mostaza, pero lo hace en el corazón de
las culturas que están generando en las ciudades. El testimonio
concreto de la misericordia y la
ternura que trata de estar
presentes en las afueras y términos
existenciales, actúa directamente
en el imaginario social, la generación del sentido y significado de la vida en la ciudad. Como cristianos ayudamos a construir ciudades en la justicia, la solidaridad y la paz".
"Con el ministerio social, con Cáritas, con diferentes organizaciones,
como siempre lo ha hecho la Iglesia
a través de los siglos, podemos cuidar de los pobres con
importantes acciones, acciones que hacen
presente el Reino de Dios manifestando y ampliando el mismo. Incluso aprender a trabajando
con los que ya están haciendo las
cosas muy eficaz en favor de
los pobres. Es un
espacio muy propicio para la
caridad pastoral ecuménica, en la
que asumimos los compromisos
de servicio a los pobres junto con los hermanos de otras Iglesias y
comunidades eclesiales. En todo esto es muy
importante para la promoción de
los laicos y de los propios
pobres. Y también la libertad de la persona laica, porque aquello que encarcela,
que no abre las puertas es la enfermedad del clericalismo. Y "uno de los problemas más graves".
02/05/2017 13:54
28/01/2020 12:30