Papa: en el recuerdo del viaje las hermanas de Madre Teresa y el patriarca Neofit
En la audiencia general Francisco vuelve a recorrer las etapas de la visita en Bulgaria y Macedonia del Norte. La “ternura” de las hermanas de Madre Teresa en Skopje, el “paso adelante” con los ortodoxos en el encuentro con el patriarca Neofit y el encuentro interreligioso por la paz. “También hoy se necesita evangelizadores apasionados y creativos, para que el Evangelio llegue a cuantos aún no lo conocen y pueda irrigar de nuevo las tierras donde las antiguas raíces cristianas se secaron.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- . La “ternura” de las hermanas de Madre Teresa en Skopje, el “paso adelante” con los ortodoxos en el encuentro con el patriarca Neofit y el encuentro interreligioso por la paz: son los momentos del viaje apenas concluido en Bulgaria y Macedonia del Norte particularmente subrayado por el Papa Francisco en la audiencia general de hoy, en la cual recorrió las etapas de las visitas.
A las 20 mil personas presentes en la plaza de S. Pedro, Francisco habló del “viaje apostólico de 3 días que me condujo a Bulgaria y a Macedonia del Norte”.
“En Bulgaria me ha guiado la memoria viva de San Juan XXIII, quien fue enviado por la Santa Sede como visitador y luego como Delegado Apostólico en 1925, y dijo que en este viaje fue animado por su ejemplo de bondad y caridad pastoral, encontré a aquel pueblo, llamado a hacer de puente entre Europa Central, Oriental y Meridional; con el lema ‘Pacem in terris’ invité a todos a caminar sobre el camino de la fraternidad; y sobre este camino, en particular, tuve la alegría de realizar un paso adelante en el encuentro con el patriarca de la Iglesia ortodoxa búlgara Neofit y los miembros del Santo Sínodo. De hecho, como cristianos, nuestra vocación y misión es ser signo e instrumento de unidad y podemos serlo, con la ayuda del Espíritu Santo, anteponiendo lo que nos une a lo que nos ha dividido y todavía nos divide”.
“La actual Bulgaria es una de las tierras evangelizadas por los Santos Cirilo y Metodio, que San Juan Pablo II colocó junto a San Benito como patronos de Europa”. “También hoy se necesita de evangelizadores para que el Evangelio llegue a cuantos aún no lo conocen y pueda irrigar de nuevo las tierras donde las antiguas raíces cristianas se secaron”. “El último acto del viaje a Bulgaria fue realizado junto con los representantes de las diversas religiones: hemos invocado a Dios el don de la paz, mientras que un grupo de niños llevaba las velas encendidas, símbolo de fe y de esperanza”.
“En Macedonia del Norte me acompañó la fuerte presencia espiritual de Santa Madre Teresa de Calcuta, la cual nació en Skopje en 1910 y allí, en su parroquia, recibió los sacramentos de la iniciación cristiana a aprendió a amar a Jesús. En esta mujer, pequeña pero llena de fuerza, gracias a la acción en ella del espíritu Santo, vemos la imagen de la Iglesia en aquel país y en otras periferias del mundo: una comunidad pequeña que, con la gracia de Cristo, se convierte en una casa acogedora donde muchos encuentran alivio para su vida. Junto al Memorial de Madre Teresa recé en presencia de otros líderes religiosos y de un numeroso grupo de pobres y bendije la primer piedra de un santuario que será dedicado a ella”.
“Macedonia del Norte es un país independiente desde 1991. La Santa Sede trató de apoyar desde el inicio su camino. Con mi visita he querido alentar sobre todo su tradicional capacidad de hospedar a diversas pertenencias étnicas y religiosas; como también su compromiso en el acoger y socorrer a un gran modo de migrantes y refugiados durante el período crítico de 2015 y 2016. Una gran acogida, tiene un gran corazón. Los migrantes crean problemas, pero los reciben”.
“Me impactó la ternura evangélica de las Hermanas de Madre Teresa. Reciben a todos y lo hacen con ternura. Tantas veces nosotros cristianos perdemos la ternura y nos volvemos ácidos”. “Hacen la caridad con ternura, que Dios las bendiga”. De las hermanas de Madre Teresa Francisco había hablado también ayer, encontrando a los periodistas durante el vuelo de retorno de Skopje. “En el Memorial de Madre Teresa-había dicho- había tantos pobres, pero ver la mansedumbre y también la capacidad de acariciar a los pobres sin paternalismo, como si fuesen hijos. Una mansedumbre y también una capacidad de acariciar a los pobres. Hoy nosotros estamos acostumbrados a insultarnos: el político insulta al otro, un vecino insulta al otro, también en las familias se insultan. No oso decir que hay una cultura del insulto, pero es un arma a portada de mano, también el hablar mal de los otros, la calumnia, la difamación. Ver a estas hermanas que cuidan a cada persona como si fuese Jesús. Me impactó también cuando se acercó un joven y la superiora me dijo: ‘¡Este es bravo: rece porque bebe demasiado!’. Lo acarició con la ternura de una mamá. Esto me hizo sentir a la Iglesia madre. Y agradezco a Macedonia del Norte de tener este tesoro”.
“Además de los testimonios de los jóvenes, en Skopje escuché las de los sacerdotes y de las personas consagradas. Hombres y mujeres que han donado la vida a Cristo. Para ellos, antes o después, viene la tentación de decir: ‘Señor, ¿qué es este mi pequeño don frente a los problemas de la Iglesia y del mundo?’. Por lo tanto les recordé que un poco de levadura puede hacer crecer toda la pasta y un poco de perfume, puro y concentrado, impregna de buen olor todo el ambiente. Es el misterio de Jesús-Eucaristía, semilla de vida nueva para la humanidad entera. La Santa Misa celebrada en la plaza de Skopje renovó todavía una vez más, el milagro de Dios que con pocos panes y pescados, cortados y compartidos, sacia a multitudes. A su inagotable Providencia confiamos el presente y el futuro de los pueblos que he visitado en este viaje. E invito a todos vosotros a rezar a la Virgen para que bendiga a estos dos países”.
13/12/2018 16:12
07/05/2019 15:07