Papa: el sacerdote es un hombre que transmite el gusto de Dios y la esperanza
En la audiencia a los sacerdotes del Convictorio de San Luis de los Franceses, Francisco afirmó que “un sacerdocio aislado del pueblo de Dios, no es un sacerdocio católico, no; ni siquiera cristiano”. “Tener siempre amplios horizontes, soñar con una Iglesia que esté totalmente al servicio, con un mundo más fraterno y solidario”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "El sacerdote es un hombre que, a la luz del Evangelio, difunde el sabor de Dios a su alrededor y transmite esperanza a los corazones inquietos", el sacerdocio es impensable sin el “santo pueblo de Dios" y "un sacerdocio aislado del pueblo de Dios no es un sacerdocio católico, no; y ni siquiera cristiano". La audiencia de esta mañabna con los sacerdotes del Convictorio de San Luis de los Franceses le dio al Papa Francisco la oportunidad de hablar sobre ser sacerdotes hoy.
“En una sociedad marcada por el individualismo, por la autoafirmación y la indiferencia - dijo - ustedes llevan a cabo la experiencia de vivir juntos con sus desafíos cotidianos. Situada en el corazón de Roma, su casa, con su testimonio de vida, puede comunicar a las personas que la frecuentan los valores evangélicos de una fraternidad variada y solidaria, especialmente cuando alguien atraviesa un momento difícil. En efecto, la vida fraterna que ustedes llevan y los diversos compromisos que asumen tienen la capacidad de hacer sentir la fidelidad del amor de Dios y su cercanía”. Pero la vida comunitaria presenta muchos desafíos. Por ejemplo, existe "la tentación de crear pequeños grupos cerrados, de aislarse, de criticar y hablar mal de los demás, de creerse superiores, más inteligentes. El chismorreo es una costumbre de los grupos cerrados, también una costumbre de los curas que se vuelven solterones: van, hablan, chismorrean... eso no ayuda. Es algo que nos amenaza a todos y no es bueno. Hay que dejar de lado esa costumbre y mirar y pensar en la misericordia de Dios. Para acogerse siempre unos a otros como un regalo”.
"En este año dedicado a San José - siguió diciendo en referencia a la Carta Apostólica Patris corde - Con corazón de Padre", publicada con motivo del 150 aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia universal - Ios invito a redescubrir el rostro de este hombre de fe, de este padre tierno, modelo de fidelidad y abandono confiado en el proyecto de Dios”. «También a través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto. Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad» (Carta Apostólica Patris corde, 2). Con José, somos llamados a volver a la experiencia de los actos sencillos de acogida, de ternura, de entrega de uno mismo”.
Por eso los invitó "a tener siempre grandes horizontes, a soñar, a soñar con una Iglesia totalmente al servicio, con un mundo más fraterno y solidario". Y para ello, como protagonistas, ustedes tienen una contribución que ofrecer. No tengan miedo de atreverse, de arriesgarse, de seguir adelante, porque todo lo pueden hacer con Cristo que los conforta (cf. Flp 4,13)”. "Y sólo permaneciendo arraigados en Cristo podrán experimentar una alegría que los empuje a conquistar corazones. La alegría sacerdotal es la fuente de su acción como misioneros de su tiempo”.
Hay que despojarse de uno mismo y de las "ideas preconcebidas", para mirar la realidad contingente. Abandonar cualquier ambición de "autoafirmación" para poner "Dios y a las personas" en el centro de las preocupaciones cotidianas, sin caer en críticas y chismes que pueden transformar incluso a los sacerdotes en "solterones". Para eso hay que "ser pastor". “'No, yo quisiera ser solamente un intelectual, no un pastor’. Pues pide la reducción al estado laical que te irá mejor y sé un intelectual. Pero si eres sacerdote, sé pastor. Serás pastor, hay muchas formas, pero siempre en medio del pueblo de Dios. Lo que Pablo recordaba a su amado discípulo: "Acuérdate de tu madre, de tu abuela, del pueblo, de los que te enseñaron". El Señor le dice a David: ‘Te he elegido de entre el rebaño’, de allí”.
Y, por último, "cultivar la gratitud", a la que san Juan María Vianney llamaba un "arma poderosa" para mantener viva la esperanza "en los momentos de desánimo, de soledad y prueba". Gratitud al Señor "por lo que son los unos para los otros", recordando que "con sus limitaciones, sus fragilidades y sus tribulaciones, siempre hay una mirada amorosa que se posa sobre ustedes y les infunde confianza".
17/12/2016 13:14
22/03/2017 13:04