Papa: el derroche alimentario afecta a muchas personas e impide el progreso de los pueblos

En un mensaje dirigido al Programa Alimentario Mundial, Francisco escribe que “en muchos lugares, hermanos nuestros no pueden alimentarse ni sana ni suficientemente, mientras que en otros se malgasta y se derrocha sin control. Es la paradoja de la abundancia, como lo llamó mi predecesor san Juan Pablo II”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “El derroche de alimentos lacera la vida de muchas personas y vuelve inviable el progreso de los pueblos". Es la afirmación central del mensaje enviado por Papa Francisco al Programa Alimentario Mundial (PAM), con ocasión de la apertura de la segunda sesión ordinaria de la agencia de las Naciones Unidas.

Dirigido al director ejecutivo del PAM, David M. Beasley, el mensaje expresa aprecio por la campaña “Stop the Waste”, resaltando el hecho de que “el derroche de alimentos lacera la vida de muchas personas y vuelve inviable el progreso de los pueblos”.

“En muchos lugares – escribe Francisco - los hermanos nuestros no pueden alimentarse ni sana ni suficientemente, mientras que en otros se malgasta y se derrocha sin control. Es la paradoja de la abundancia, como lo llamó mi predecesor san Juan Pablo II, que sigue siendo un obstáculo para resolver el problema de la nutrición de la humanidad (cfr. Discurso en la apertura de la conferencia sobre la nutrición, 5 diciembre 1992). “En esta paradoja existen mecanismos de superficialidad, negligencia y egoísmo que están en la base de esta cultura del derroche. Si no se toma conciencia de esa dinámica y se pone límite, será difícil alcanzar los compromisos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, y no se podrán lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas”.

Para un futuro en el que nadie quede excluido, tenemos que plantear un presente que evite radicalmente el despilfarro de comida. “Juntos, sin perder tiempo, aunando recursos e ideas, podremos presentar un estilo de vida que dé la importancia que merecen los alimentos. Este nuevo estilo consiste en estimar en su justo valor lo que la madre Tierra nos da, y tendrá una repercusión para toda la humanidad”.

Es un objetivo, escribe el Papa, que llama a la responsabilidad, no solo de gobiernos y organizaciones internacionales, sino también de las familias, escuelas y medios de comunicación masiva, que deben educar y sensibilizar a este respecto. Por tanto, “nadie está exento” de combatir una cultura que está “sofocando a tantas personas, especialmente a los pobres y vulnerables de la sociedad.

“Deseo que esta campaña – concluye el Papa- sirva de ayuda a quienes en nuestros días sufren las consecuencias de la pobreza y pueda demostrar que, cuando la persona ocupa el centro de las decisiones políticas y económicas, se afirma la estabilidad y la paz entre las naciones y crece por todas partes el entendimiento mutuo, cimiento del auténtico progreso humano. Un objetivo al cual la Iglesia Católica contribuye, colaborando con el PAM para “fomentar la solidaridad” entre todas las personas, ya que “todo ser humano tiene derecho a una alimentación saludable y sostenible”.