Papa: el amor de los cristianos "es concreto," es "la encarnación de la Palabra"

"La única manera de amar como amaba a Jesús es salir continuamente del propio egoísmo e ir al servicio de los demás". Esto porque el amor cristiano "es un amor concreto, porque es concreta la presencia de Dios en Jesucristo".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El amor de los cristianos es concreto, es "la encarnación de la Palabra" y no debe ser intelectualizado, "despojado", para no llegar al "triste espectáculo de un Dios sin Cristo, un Cristo sin Iglesia y una Iglesia sin pueblo". Lo dijo el papa Francisco hoy durante la misa celebrada esta mañana en Casa Santa Marta, al comentar un pasaje de la segunda carta de San Juan, que habla de "Jesús venido en Carne",

Criterio del amor cristiano, dijo Francisco, es "la encarnación de la Palabra". Un diálogo de amor entre el pastor y su Esposa, la Iglesia. En primer lugar, señaló, el mandamiento que hemos recibido del Señor es "caminar en el amor”. Pero, ¿qué clase de amor es? Esta palabra "se utiliza hoy en día" para muchas cosas. Se habla de amor en una novela o en una telenovela, amor teórico. Pero ¿cuál es "el criterio del amor cristiano?" Es "la Encarnación de la Palabra”. Y quien niega esto, que no lo reconocen "¡es el anticristo!". "Un amor que no reconoce que Jesús vino en Carne, en la Carne, no es el amor que Dios nos manda. Es un amor mundano, es un amor filosófico, es un amor abstracto, es un amor venido a menos, es un amor soft. ¡No! El criterio del amor cristiano es la Encarnación de la Palabra. Quién dice que el amor cristiano es otra cosa, ¡este es el anticristo! Que no reconoce que la Palabra vino en Carne. Y esta es nuestra verdad: Dios envió a su Hijo, se encarnó y tuvo una vida como la nuestra. Amar como amaba Jesús; amar como Jesús nos enseñó; amar a ejemplo de Jesús; amar, caminando por el camino de Jesús. Y el camino de Jesús es dar la vida”.

"La única manera de amar como amaba a Jesús – prosiguió el Papa – es estar constantemente fuera del propio egoísmo e ir al servicio de los demás". Y porque el amor cristiano "es un amor concreto, porque es concreta la presencia de Dios en Jesucristo". No se puede ir, entonces, más allá de esta "doctrina de la carne", de la Encarnación, porque hacerlo es "no permanece en la doctrina de Cristo, no tener a Dios”. "Esto va más allá es un misterio, es salir del Misterio de la Encarnación de la Palabra, el Misterio de la Iglesia. Porque la Iglesia es la comunidad en torno a la presencia de Cristo, que está más allá. Esta palabra es fuerte, ¿verdad? ... Proagon, quien va más allá. Y a partir de ahí vienen todas las ideologías: las ideologías sobre el amor, ideologías sobre la Iglesia, las ideologías que eliminan de la Iglesia la Carne de Cristo. ¡Estas ideologías sacrifican la Iglesia! "Sí, yo soy católico; sí soy cristiano; amo todo el mundo con un amor universal”... Pero es tan etéreo. Un amor está siempre en el interior, concreto y no otro que esta doctrina de la Encarnación de la Palabra”.

"¿Quién quiere amar no como Cristo ama a su esposa, la Iglesia, con su propia carne y dando su vida, ama ideológicamente". Y esta manera de "hacer las teorías e ideologías de las propuestas de la religiosidad que eliminan la carne de Cristo, que nos quitan la Carne a la Iglesia, van más lejos y arruinan la comunidad, arruinan la Iglesia”. "Si empezamos a teorizar sobre el amor" llegamos a la "transformación" de lo que Dios "ha querido con la Encarnación de la Palabra, nos acercamos a Dios sin Cristo, un Cristo sin Iglesia y una Iglesia sin pueblo. Todo en este proceso de descarnar la Iglesia”. "Roguemos al Señor para que en nuestro caminar en el amor nunca - ¡nunca! - sea un amor abstracto. Sino que el amor es real, con las obras de misericordia, se toca la Carne de Cristo allí, de Cristo Encarnado. Es por esto qué el diácono Lorenzo dijo "¡Los pobres son el tesoro de la Iglesia!”. ¿Por qué? ¡Porque son la carne sufriente de Cristo! Pedimos esta gracia de no ir más allá y no entrar en este proceso, que tal vez seduce a muchas personas, de intelectualizar, de ideologizar este amor, descarnado la Iglesia, descarnando el amor cristiano. Y no llegar al triste espectáculo de un Dios sin Cristo, un Cristo sin Iglesia y una Iglesia sin pueblo”.