Papa: "el Señor cuando nos lava los pies, nos lava todo, nos purifica, nos hace sentir de nuevo su amor"

Francisco en la prisión de Rebibbia para la misa “in Coena Domini”. "Yo también necesito ser lavado por el Señor, y rezo por esto durante esta Misa para que el Señor también lave mi suciedad, porque me hago esclavo de vosotros, esclavo al servicio de las personas, como lo fue Jesús".

Roma (AsiaNews) - "El Señor cuando nos lava los pies, nos lava todo, nos purifica, nos hace sentir de nuevo su amor": el Papa Francisco lo recuerda a 300 reclusos de la cárcel romana de Rebibbia asisten a la misa “in Coena Domini”, y añade: "Yo también necesito ser lavado por el Señor, y rezo por esto durante esta Misa para que el Señor también lave mi suciedad, porque me hago esclavo de vosotros, esclavo al servicio de las personas, como lo fue Jesús",

Francisco ha elegido de nuevo a los detenidos - en 2013 fueron las de una prisión de menores - para la celebración de la Misa, que incluye el rito del lavatorio de los pies. Un gesto que hizo a 12 hombres (en la foto) y a 12 mujeres: dos detenidas de Nigeria, una congoleña, dos italianas y una ecuatoriana - y un niño que una de las mujeres tenía en sus brazos - y un detenido brasileño, un nigeriano y cuatro italianos.

A Las 150 mujeres presas (incluidas 15 madres con niños) y 150 reclusos se reunidos en la iglesia del "Padre nuestro", dijo el Papa en su homilía, improvisada, el significado de la "lavada", al comentar el pasaje evangélico que la narra. El pasaje del Evangelio, subrayó, "dice una frase que realmente es el centro: es lo que Jesús hizo por todos nosotros, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin". "Jesús nos ama, pero sin límite, siempre, hasta el final, el amor de Jesús por nosotros no tiene límites, es cada vez más, no se cansaba de amar. Él nos ama a todos hasta el punto de dar su vida por nosotros. Sí, nos dan la vida para todos nosotros, por cada uno de nosotros y cada uno de nosotros puede decir que él dio su vida por nosotros. Él dio su vida por ti, por ti, con nombre y apellido". "El amor de Jesús nunca decepciona jamás, porque no se cansa de amar, no se cansa de perdonar, no se cansa de abrazarnos".

"Esta es la primera cosa". Y entonces "que los discípulos no entendían esto hecho con sus pies. Esto está un poco en uso "fue utilizado, era la costumbre, porque la gente cuando llegaba a una casa tenía los pies sucios del polvo del camino, no había adoquines en ese momento. Y a la entrada de la casa, se lava los pies. Pero esto no es el dueño de la casa quien lo hace, lo hacen los esclavos: era mano de obra esclava. Y Jesús lava los pies como un esclavo, los pies de los discípulos. Y esto dice a Pedro, lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Jesús es todo el amor que estás esclavizado para servirnos, para sanarnos, para limpiarnos. Hoy en esta Misa que la Iglesia quiere el sacerdote lave los pies de doce personas, en memoria de los doce apóstoles. Pero en nuestros corazones debemos estar seguros, debemos estar seguros de que el Señor cuando nos lava los pies, nos lava de todo, nos purifica, nos hace sentir de nuevo su amor. En la Biblia hay una frase, del profeta Isaías, tan bella: ¿puede una madre olvidarse de su hijo? Si olvida una madre a su hijo yo nunca me olvidaré de ti. Así es el amor de Dios por mí. Y ahora voy a lavar los pies de doce de ustedes. Pero estos hermanos y hermanas son todos ustedes, todos, todos, todos los que viven aquí. Vosotros los representáis. Pero "Yo también necesito ser lavado por el Señor, y rezo por esto durante esta Misa para que el Señor también lave mi suciedad, porque me hago esclavo de vosotros, esclavo al servicio de las personas, como lo fue Jesús".

La presencia de Francisco en esta prisión - donde Juan Pablo II 27 de diciembre 1983 quería conocer a Ali Agca, el hombre que había intentado matarlo y donde Benedicto XVI 18 de diciembre 2011 respondió improvisadamente a algunas preguntas de los detenidos - ha tenido una "bienvenida tan cálido y sincero ", lo dijo Francisco mismo agradeciendo a los más de 300 detenidos que lo han acogido y saludado a su llegada. El clima se hizo más festivo por un niño que al final de la misa estaba al lado del Papa, pero al mismo tiempo marcado por la emoción de muchos de los presentes. Tanto que muchos, saludándolo, han querido tocarlo, abrazarlo, besarlo.