Papa: el Reino de Dios no debe ser reducido a una "iglesita", el Evangelio es para todos
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - La Bondad de Dios "no tiene fronteras y no
discrimina a nadie: por ello el banquete de los dones del Señor es universal.
¡Es universal para todos! A todos es dada la posibilidad de responder a su
invitación, a su llamada; nadie tiene el derecho de sentirse privilegiado o de
reivindicar la exclusividad. Todo esto nos lleva a vencer la costumbre de
posicionarnos cómodamente en el centro, como hacían los jefes de los sacerdotes
y los fariseos. Esto no se debe hacer: nosotros debemos abrirnos a las
periferias, reconociendo que también quien está en los márgenes, incluso aquél
que es rechazado y despreciado por la sociedad, es objeto de la generosidad de
Dios. Todos estamos llamados a no reducir el Reino de Dios a los confines de la
"iglesita", de nuestra iglesia pequeñita. Esto no sirve. Estamos llamados
dilatar la Iglesia a las dimensiones del Reino de Dios". El Papa Francisco lo dijo antes del Ángelus.
El pontífice comenta el texto del
Evangelio, o una invitación a
una fiesta de bodas por parte de un rey:
"La invitación tiene tres características: la gratuidad, la extensión,
la universalidad. Los invitados son tantos, pero sucede algo sorprendente:
ninguno de los elegidos acepta participar de la fiesta, dicen que tienen otras
cosas que hacer; es más, algunos muestran indiferencia, extrañeza, incluso
fastidio. Dios es bueno con nosotros, nos ofrece gratuitamente su amistad, nos
ofrece gratuitamente su alegría, la salvación, pero muchas veces no recibimos
sus dones".
Sin embargo, debido al rechazo de
los primeros invitados, "Él no pierde el ánimo, no
suspende la fiesta, sino que vuelve a proponer la invitación extendiéndola;
extendiéndola más allá de todo límite razonable y envía a sus siervos a las
plazas y a los cruces de las calles a reunir a todos aquellos que encuentran.
Se trata de gente común, pobres, abandonados y desheredados, incluso buenos y
malos, - ¡también los malos son invitados! - sin distinción. Y el salón se
llena de "excluidos". El Evangelio, rechazado por alguno, encuentra una acogida
inesperada en muchos otros corazones".
"La bondad de Dios
no tiene fronteras y no discrimina a nadie: por ello el banquete de los dones
del Señor es universal. ¡Es universal para todos! A todos es dada la
posibilidad de responder a su invitación, a su llamada; nadie tiene el derecho
de sentirse privilegiado o de reivindicar la exclusividad. Todo esto nos lleva
a vencer la costumbre de posicionarnos cómodamente en el centro, como hacían
los jefes de los sacerdotes y los fariseos. Esto no se debe hacer: nosotros
debemos abrirnos a las periferias, reconociendo que también quien está en los
márgenes, incluso aquél que es rechazado y despreciado por la sociedad, es
objeto de la generosidad de Dios. Todos estamos llamados a no reducir el Reino
de Dios a los confines de la "iglesita", de nuestra iglesia pequeñita. Esto no
sirve. Estamos llamados dilatar la Iglesia a las dimensiones del Reino de Dios".
Antes de la oración mariana, el Papa ha confiado a
la intercesión de María Santísima, "las tragedias y
las esperanzas de muchos de nuestros hermanos y hermanas que
son perseguidos a causa de su fe,
e invocamos su protección
sobre los trabajos del Sínodo de
los Obispos reunidos en estos días en el
Vaticano".
Inmediatamente después del rezo del
Angelus, Francis recuerda
la beatificación del P. Zirano Francisco, quien murió por negarse a renunciar a su fe: "Demos gracias a Dios por este sacerdote y mártir,
testigo heroico del Evangelio. Su valiente fidelidad a Cristo es un acto de
gran elocuencia, especialmente en el actual contexto de la despiadada
persecución de los cristianos". Por último, un pensamiento para las terribles inundaciones en Génova: "En
este momento, nuestro pensamiento está con la ciudad de Génova, otra vez
duramente golpeada por las inundaciones. Aseguro mi oración por las víctimas y
por los que han sufrido graves daños. Nuestra Señora de la Guardia sostenga a
la querida población de Génova, en los esfuerzos colectivos para superar la
terrible experiencia. [el Papa recita
con la plaza un Ave María]".
24/08/2018 12:55
23/12/2015
04/05/2019 13:53