Papa: el Dios-con-nosotros, su presencia es la fuente de la alegría
En el Ángelus, el Papa Francisco comenta las lecturas litúrgicas del domingo de “Gaudete”. “En una aldea perdida de Galilea, en el corazón de una joven mujer, para el mundo ignota, Dios enciende la llama de la felicidad para el mundo entero. Y hoy, el mismo anuncio se dirige a la Iglesia”. “Ninguna preocupación, ningún miedo podrá quitarnos jamás la serenidad que nos trae el hecho de saber que Dios guía amorosamente nuestra vida, siempre”. La invitación a la comunidad internacional a poner en acto las directivas sobre la migración, brindadas por la conferencia de Marrakech. La bendición de los “Niñitos” traídos por los niños de Roma.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Jesús, el Emanuel, el Dios-con-nosotros: su presencia es la fuente de la alegría”. Es lo que subrayó hoy el Papa Francisco, durante en Ángelus con los fieles en la plaza de San Pedro, al comentar la liturgia del Tercer Domingo de Adviento (conocido como el Domingo de “Gaudete”).
La proclamación del profeta Sofonías (“Rey de Israel es el Señor que está en medio de ti”, 3, 15) “halla su significado pleno en el momento de la anunciación a María, narrado por el evangelista Lucas. Las palabras que el ángel Gabriel dirige a la Virgen son como un eco de aquellas del profeta: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lucas 1,28). En una aldea perdida de la Galilea, en el corazón de una joven mujer, ignota para el mundo, Dios enciende la llama de la felicidad para el mundo entero. Y hoy, el mismo anuncio se dirige a la Iglesia, que es llamada a acoger el Evangelio para que se vuelva carne, vida concreta: “Alégrate, pequeña comunidad cristiana, pobre y humilde pero hermosa a mis ojos, porque deseas ardientemente mi Reino, tienes hambre y sed de justicia, tejes tramas de paz con paciencia, no sigues a los poderosos de turno sino que permaneces fielmente junto a los pobres. Y así no tienes miedo de nada, sino que tu corazón está alegre”.
“Ninguna preocupación, ningún miedo logrará jamás quitarnos la serenidad que nos trae el hecho de saber que Dios guía amorosamente nuestra vida, siempre. Incluso en medio de problemas y sufrimientos, esta certeza alimenta la esperanza y la valentía. Pero para recibir la invitación del Señor a la alegría, se requiere ser personas dispuestas a cuestionarse. Justamente, como ellos, que tras escuchar la predicación de Juan El Bautista, le preguntan: «¿Qué debemos hacer?» (Lucas 3,10). Esta pregunta es el primer paso para la conversión a la que somos invitados en este tiempo de Adviento. Que la Virgen María nos ayude a abrir nuestro corazón al Dios-que-viene, para que Él inunde de alegría toda nuestra vida”.
Luego de la oración mariana, Francisco recordó que días atrás, en Marrakech (Marruecos) fue aprobado el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular. En el encuentro participó el Card. Pietro Parolin, el secretario de Estado. El Papa expresó su deseo de que a futuro, la comunidad internacional, “gracias a este instrumento, pueda operar con responsabilidad, solidaridad y compasión en relación a quien, por distintos motivos, ha dejado su país, y encomiendo esta intención a vuestra oraciones”.
Por último, el pontífice se dirigió a los niños de los oratorios de Roma, que este domingo de reúnen en la plaza de San Pedro para la bendición de los “Niñitos” que será colocados en el pesebre. “Queridos niños –dijo- cuando, en vuestras casas, se reúnan en oración delante del pesebre, al fijar la mirada en el Niño Jesús sentirán el asombro por el gran misterio de Dios hecho hombre; y el Espíritu Santo volcará en sus corazones la humildad, la ternura y la bondad de Jesús. Jesús es bueno, Jesús es verdadero, Jesús es humilde. ¡Esta es la verdadera Navidad! ¡Que así sea, para ustedes y para sus familiares!”
23/12/2015
11/12/2016 14:08