Papa: dona un Evangelio "de bolsillo", "llévenlo con ustedes, y léanlo todos los días. "!Es Jesús quien les habla¡"
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "La insistente" llamada de Jesús "salir de la obscuridad de la prisión en la cual estamos encerrados, contentos de una vida falsa, egoísta, mediocre", el recuerdo del genocidio de Ruanda y del terremoto de Aquila y el regalo de decenas de miles de copias de un Evangelio "de bolsillo" han marcado el ángelus de hoy del Papa Francisco.
Para las 60 mil personas presentes en una soleada plaza de San Pedro, el Papa comentando el pasaje del Evangelio de hoy que habla de la resurrección de Lázaro, para exhortar a "salir de la tumba en la cual nos han precipitado nuestros pecados" y a "recibir la nueva vida a la cual nos llama Jesús". Es una invitación a leer el Evangelio, llevando siempre consigo, está el contenido del regalo que Francisco ha hecho a cuántos estaban en la plaza.
"En los pasados domingos- dijo al respecto Francisco- sugerí que se consiguieran un pequeño Evangelio, para llevar consigo durante la jornada, para poderlo leer a menudo. Luego pensé en la antigua tradición de la Iglesia, que durante la Cuaresma, entregaba el Evangelio a los que se preparaban para el Bautismo. Entonces hoy quiero ofrecerles a ustedes que están en la plaza- pero como un signo que es para todos- un Evangelio "de bolsillo". Será distribuido gratuitamente. Hay lugares en la plaza para la distribución. Acérquense a recibir el Evangelio. Tómenlo y llévenlo con ustedes, y léanlo todos los días: ¡es Jesús que les habla! Y como Él les digo: gratuitamente han recibido, ¡gratuitamente den! Den el mensaje del Evangelio. Pero alguno quizás crea que no es gratuito, pero padre, ¿cuánto tengo que pagar? Entonces, en cambio de este don, haga un gesto de caridad, un gesto de amor gratuito. Una oración por los enemigos, una reconciliación, algo. Hoy se puede leer el Evangelio también con tantos instrumentos tecnológicos. Se puede llevar la Biblia entera con uno en un telefonito, en una Tablet. Lo importante es leer la Palabra de Dios, con todos los medios. Entonces ¡la buena semilla lleva su fruto! .
Después de las palabras del Papa, inició la distribución de los libritos y lo hicieron los scout, jóvenes del Seminario romano, hermanas de Madre Teresa y otras religiosas. El librito "de bolsillo", imprimido por la Tipografía Vaticana "en una edición especial para esta ocasión, no está en venta), contiene los 4 Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, inicia con las palabras del Papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium: "La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de aquellos que encuentran a Jesús"; en la página interna de la tapa lleva una indicación para recitar la "Coronita de la misericordia", y se cierra en la tercer página de la tapa, con la oración del cardenal John H. Newman: "Querido Jesús...", que Madre Teresa de Calcuta recomendaba a sus monjas a recitarla todos los días.
"El Evangelio de este quinto domingo de Cuaresma- dijo antes- nos narra la resurrección de Lázaro. Es el máximo de los "signos" prodigiosos hechos por Jesús: un gesto demasiado grande, claramente divino para que lo toleraran los sumos sacerdotes, los cuales apenas lo supieron, tomaron la decisión de matar a Jesús. Lázaro estaba muerto ya desde hacía 3 días cuando llegó Jesús; y a las hermanas Marta y María, Él les dijo palabras que se imprimieron en la memoria de la comunidad cristiana: "Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en mí, aunque si muere, vivirá; quien cree en mí y vive en mí no morirá eternamente". Sobre la Palabra del Señor nosotros creemos que la vida de quien cree en Jesús y sigue su mandamiento, después de la muerte será transformada en una vida nueva, plena e inmortal. Como Jesús resucitó con el propio cuerpo, pero no volvió a una vida terrena, así nosotros resucitaremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos. Él nos espera junto al Padre, y la fuerza del Espíritu Santo, que resucitó a Él, resucitará también a quien está unido a Él".
"Delante de la tumba sellada del amigo, Jesús "gritó con fuerte voz. "¡Lázaro, sal de ahí¡" El muerto salió, con los pies y las manos atadas con vendas, y el rostro cubierto por un sudario". Este grito perentorio está dirigido a cada hombre, porque todos estamos marcados por la muerte, todos nosotros; es la voz de Jesús que es el dueño de la vida y quiere que todos "la tengan en abundancia". Cristo no se resigna a los sepulcros que nos hemos construido con nuestras elecciones de mal y de muerte, con nuestros errores, con nuestros pecados. Él nos invita, casi nos ordena, salir de la tumba en la cual nuestros pecados no han hundido. Nos llama insistentemente a salir de la obscuridad de la prisión en la cual estamos encerrados, alegrándonos de una vida falsa, egoísta y mediocre. "¡Ven afuera!", nos dice ven afuera. Es una hermosa invitación a la verdadera libertad. Dejémonos aferrar por estas palabras que Jesús hoy repite a cada uno de nosotros. Dejémonos liberar de las "vendas del orgullo". Porque el orgullo nos hace esclavos. Nuestra resurrección comienza de aquí: cuando decidimos obedecer al mandato de Jesús saliendo a la luz, a la vida; cuando se caen de nuestras caras las máscaras. Muchas veces, nosotros estamos enmascarados por el pecado, las máscaras ¡deben caer! Y encontramos el coraje de nuestro rostro original, creado a imagen y semejanza de Dios".
"El gesto de Jesús que resucita a Lázaro muestra hasta dónde puede llegar la fuerza de la Gracia de Dios, y también adonde puede llegar nuestra conversión, nuestro cambio: escuchen bien, ¡no hay ningún límite para la misericordia de Dios y ofrecida a todos! Recuerden bien esta frase, la podemos repetir todos los días, digámosla juntos "El Señor está siempre listo para levantar la piedra tumbal de nuestros pecados, que nos separan de Él, la luz de los vivientes".
"El pensamiento por Ruanda y el terremoto de Aquila fue después de plegaria mariana. "Se tendrá mañana - recordó el Papa- la conmemoración del XX aniversario del inicio del genocidio cometido contra los Tutsi en 1994. En esta circunstancia quiero expresar mi paterna cercanía al pueblo ruandés, alentándolos a que continúen, con determinación y esperanza, al progreso de la reconciliación que ya ha demostrado sus frutos, y el compromiso de reconstrucción humana y espiritual del País. A todos les digo: ¡No tengan miedo! Sobre la roca del Evangelio se construye vuestra sociedad, en el amor y en la concordia, porque ¡sólo así se genera una paz duradera! Invoco sobre toda la querida Nación ruandesa la materna protección de Nuestra Señora de Kibeho. Recuerdo con afecto a los obispos ruandeses que estuvieron aquí la semana pasada".
"Pasaron exactamente 5 años-dijo después- del terremoto que golpeó a Aquila y su territorio. En estos momentos queremos unirnos a aquella comunidad que tanto sufrió, y que todavía sufre, lucha y espera, con tanta confianza en Dios y en la Virgen. Recemos por todas las víctimas: que vivan para siempre en la paz del Señor. Y recemos por el camino de resurrección del pueblo de Aquila: la solidaridad y el renacimiento espiritual sean la fuerza de la reconstrucción material".
"Recemos también- concluyó-por las víctimas del virus Ebola que se desarrolló en Guinea y en los Países fronterizos. El Señor sostenga los esfuerzos para combatir este inicio de epidemia y para asegurar cuidado y asistencia a todos los necesitados".
28/08/2016 13:40
01/04/2023 13:35
