Papa: debemos ir hacia la verdadera unidad, aquella con Jesús
“Sobre este camino debemos ir, hombres y mujeres que se unen y que siempre tratan de ir adelante en el camino de la unidad. Y no en las unidades falsas, que no tienen substancia y que solamente sirven para dar un paso más allá y condenar a la gente, llevando intereses que no son los nuestros: intereses del príncipe de este mundo, que es la destrucción”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Debemos ir hacia la unidad con Jesús: es aquella la ruta de la verdadera unidad y no aquella “falsa”, que en sí condena, es “charlatanería” y crea división. Los dijo el Papa Francisco en la misa esta mañana en la casa S. Marta, partiendo del Evangelio de hoy (Jn 17,20-26) en el cual Jesús habla de su unidad con el Padre y del pasaje de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 22,30; 23,6-11) con las acusaciones dirigidas a Pablo.
La unidad verdadera de la cual habla Jesús en el Evangelio, evidenció Francisco, aquella que Él tiene con el Padre y a la cual quiere llevarnos también a nosotros y que es “una unidad de salvación”, “que hace a la Iglesia”, una unidad que va hacia la eternidad. “Cuando nosotros en la vida, en la Iglesia o en la sociedad civil trabajamos por la unidad” estamos tras las huellas que Jesús ha trazado.
Pero, también una “unidad falsa”, como aquella de los que acusaban a san Pablo. Inicialmente se presentan como un bloque único para acusarlo. Pero Pablo que era “rápido”, o sea tenía una sabiduría humana t también la sabiduría del Espíritu Santo, lanza la “piedra de la división”, diciendo que está “llamado a juicio por el motivo de la esperanza en la resurrección de los muertos”. Una parte de esta falsa unidad estaba, de hecho, compuesta por los saduceos que afirmaban que “no hay resurrección, ni ángeles ni espíritus”, mientras que los fariseos profesaban estas cosas. Pablo por lo tanto logra destruir esta falsa unidad, que “no tenía consistencia”, porque nace una disputa y la asamblea que lo acusaba se divide.
En otras persecuciones sufridas por San Pablo, se ve luego que el pueblo grita sin n i siquiera saber qué está sucediendo y son los “líderes” los que sugieren qué gritar. “Esta instrumentación del pueblo es también un desprecio del pueblo, porque lo convierte en un pueblo en masa. Es un elemento que se repite tanto, ya desde los primeros tiempos hay ahora. Pensemos sobre esto. El Domingo de Ramos es: todos lo aclaman: ‘Bendito eres Tú que vienes en nombre del Señor’. Mientras que poco después, el Viernes Santo la misma gente grita: ‘Crucifícalo’. ¿Qué sucedió? Les han lavado el cerebro y les han cambiado las cosas. Y convirtieron al pueblo en masa, la que destruye”.
“Se crean-agregó el Papa-condiciones oscuras” para condenar, luego la unidad se disuelve. Un método con el cual fueron perseguidos Jesús, Pablo, Esteban y todos los mártires. Y es muy usado aún ahora, por ejemplo “en la vida política, cuando se quiere hacer un golpe de Estado”: los medios comienzan a hablar de la gente, de los dirigentes y con la calumnia, la difamación, los ensucian”. Luego llega la justicia, “los condena y al final se hace el golpe de Estado”. Una persecución que se ve también cuando la gente en el circo para ver la lucha entre los mártires y las fieras o los gladiadores.
Siempre el anillo de la cadena “para llegar a la condena” y este “ambiente de unidad falsa”. “Y también, en un medida más restricta, sucede lo mismo en nuestras comunidades parroquiales por ejemplo, cuando dos o tres inician criticando a otro. Y comienzan a hablar mal de aquel…Y hacen de la unidad falsa para condenarlo; luego se separan y hablan el uno contra el otro, porque están divididos. Por esto la charlatanería es una actitud asesina, porque mata, asesina a la gente, destruye ‘la fama’ de la gente”. “La charlatanería” es lo que han usado con Jesús: para desacreditarlo y una vez desacreditado, matarlo.
“Pensemos-concluyó- en la gran vocación a la cual estamos llamados: la unidad con Jesús, con el Padre. Y sobre este camino debemos ir, hombres y mujeres que se unen y que siempre que se unen y que siempre tratan de ir adelante en el camino de la unidad. Y no en las unidades falsas, que no tienen substancia y que solamente sirven para dar un paso más allá y condenar a la gente, llevando intereses que no son los nuestros: intereses del príncipe de este mundo, que es la destrucción”. Que el Señor nos dé la gracia de caminar siempre en el camino de la verdadera unidad”.
