Papa: 'Señor, perdónanos la guerra'
En la audiencia general Francisco citó una oración escrita hace pocos días por el arzobispo de Nápoles sobre la guerra en Ucrania y pidió a los jóvenes que recen por sus coetáneos obligados a huir de las bombas. En la catequesis sobre la vejez, se refirió al estilo de Noé, que denunciaba la corrupción “no como una recriminación sino para cuidar a las generaciones futuras”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Con el pensamiento puesto en la guerra de Ucrania y en todos los que están sufriendo por este conflicto, el Papa Francisco ha vuelto a pedir hoy que se rece por la paz. Tras anunciar ayer su intención de consagrar Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María el próximo 25 de marzo, desde el primer encuentro de esta mañana con los alumnos del Colegio "La Zolla" de Milán, en la basílica de San Pedro, el Papa pidió a los jóvenes presentes que rezaran junto con él una oración por todos los jóvenes "que están en guerra y que hoy están sufriendo en Ucrania". “Son como ustedes y como nosotros -dijo-, pero ustedes tienen un futuro por delante, la seguridad social de vivir en paz, mientras que ellos tienen que escapar de las bombas”.
Y al terminar la audiencia general, que se celebró como todos los miércoles en el Aula Pablo VI, volvió a hablar de los que están sufriendo por la guerra, con una oración escrita por el arzobispo de Nápoles, Mons. Mimmo Battaglia, que fue enviada a todos los fieles de la diócesis en estos días. “Señor, perdónanos la guerra - dice la oración que rezó Francisco -. Señor Jesús, nacido bajo las bombas de Kiev, ¡ten piedad de nosotros! Señor Jesús, que murió en los brazos de su madre en un búnker de Kharkiv, ¡ten piedad de nosotros! Señor Jesús, enviado a los veinte años al frente, ¡ten piedad de nosotros. ¡Hijo de Dios, te lo imploramos! ¡Detén la mano de Caín! Y cuando detengas la mano de Caín, cuídalo también a él. Es nuestro hermano”.
Junto con la atención constante a lo que está ocurriendo en estos momentos, el Papa Francisco continuó el ciclo de catequesis de los miércoles sobre la vejez. La reflexión de hoy estuvo centrada en "La vejez, recurso para la juventud despreocupada" (Gn 6, 5-8). “El relato bíblico -comentó- nos dice algo impresionante: Dios estaba tan amargado por la maldad generalizada de los hombres, que se había convertido en un estilo de vida normal, que pensó que se había equivocado al crearlos y decidió eliminarlos”, dijo el Papa Francisco.
“¿No nos pasa a veces también a nosotros, abrumados por la sensación de impotencia frente al mal o desmoralizados por los “profetas del desastre”, de pensar que hubiera sido mejor no haber nacido? ¿Tenemos que dar crédito a ciertas teorías recientes, que denuncian a la especie humana como un daño evolutivo para la vida en nuestro planeta?”. El pontífice explicó que muchas veces nos sentimos bajo presión, expuestos a tensiones opuestas que nos confunden. Por un lado, tenemos el optimismo de una juventud eterna, alimentado por los extraordinarios progresos de la técnica; por otro lado, "nuestra imaginación parece cada vez más concentrada en la representación de una catástrofe final que nos extinguirá”. Eso es "lo que pasaría en una eventual guerra atómica", agregó en forma espontánea.
“Parece que el símbolo del diluvio va ganando terreno en nuestro inconsciente -dijo el Papa-. La pandemia actual, además, cuestiona seriamente nuestra representación despreocupada de las cosas que son realmente importantes para la vida y para su destino”. Pero cuando se trata de salvar la vida de la tierra de la corrupción y del diluvio, "Dios confía la tarea a la fidelidad del más anciano de todos, al 'justo' Noé".
Refiriéndose a esos días, Jesús también señala en el Evangelio (Lc 17, 26-27) que “cuando los seres humanos se limitan a disfrutar de la vida, pierden incluso la capacidad de percibir la corrupción, que mortifica su dignidad y envenena sus sentidos - explicó el Papa Francisco -. Y viven despreocupadamente también la corrupción, como si fuera parte de la normalidad del bienestar humano”.
La despreocupación es como "una brecha que abre la puerta a la corrupción que destruye la vida de todos". Y precisamente en la vejez, afirmó Francisco, es cuando se puede "captar el engaño de esta 'normalidad' de una vida obsesionada por el placer y vacía de interioridad". El sentido de la vejez -añadió- es “ser profeta de la corrupción para las nuevas generaciones”. Pero también es importante la manera de hacer esta profecía, que debe ser generativa: “Noé no hace prédicas, no se queja, no recrimina, sino que se ocupa de cuidar el futuro de la generación que está en peligro. Él construye el arca de la acogida y hace entrar en ella a hombres y animales. Y cuidando la vida, en todas sus formas, Noé cumple el mandato de Dios cuando repite el gesto tierno y generoso de la creación, que en realidad es el mismo pensamiento que inspira el mandato de Dios: una bendición, una nueva creación”. “Hago un llamamiento a todas las personas que tienen una cierta edad -concluyó-: ustedes tienen la responsabilidad de denunciar la corrupción humana en la que se vive. El mundo necesita jóvenes fuertes y ancianos sabios. Pidamos al Señor la gracia de la sabiduría”.
20/04/2022 14:30
23/03/2022 13:10