Papa: Recemos por quien está trabajando para garantizar la vida de la ciudad

En la misa en Santa Marta, difundida hoy en streaming a causa de la emergencia coronavirus, el Papa Francisco reza “por los enfermos, por las personas que sufren”, pero en particular por los “trabajadores de las farmacias, de los supermercados, del transporte, lo policías”. También lo ritos de la Semana Santa serán en streaming, sin los peregrinos. En la homilía, el “encuentro de Jesús con una mujer, con una pecadora”, que “termina con esta confesión de la realidad mesiánica de Jesús y con la conversión de aquella gente (de Samaría)”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Una oración especial “ por las personas que, a través de su trabajo, garantizan el funcionamiento de la sociedad: trabajadores de farmacias, supermercados, transportes, policías. Rezamos por todos los que trabajan para que, en este momento, la vida social, la vida de la ciudad, pueda continuar”. Es cuanto el Papa pidió en la misa en Santa Marta, difundida hoy en streaming a causa de la emergencia coronavirus, el Papa Francisco reza “por los enfermos, por las personas que sufren”, pero en particular por los “trabajadores de las farmacias, de los supermercados, del transporte, lo policías”. También lo ritos de la Semana Santa serán en streaming, sin los peregrinos. La Sala de prensa de la Santa Sede comunicó esta decisión a causa de la emergencia sanitaria internacional”. Al menos hasta el 12 de abril las audiencias generales del Papa y el rezo del Ángelus “Serán transmitidas en directa por streaming en el sitio oficial de Vatican News” y a través de los canales de difusión y mundovisión.

En su homilía, Francisco comentó el Evangelio de este domingo que relata la conversación entre Jesús y la mujer samaritana (Jn 4:5-15.19b-26.39a.40-42), que narra el diálogo entre Jesús y la samaritana, el Papa subrayó que tal diálogo es “un diálogo histórico- no es una parábola”, un verdadero “encuentro entre Jesús con una mujer, con una pecadora”.

Es la primera vez en el Evangelio que Jesús declara su identidad. Y la declara a una pecadora que tuvo el coraje de decirle la verdad”.

“Esta mujer- continuó- tuvo el coraje de dialogar con Jesús- porque estos dos pueblos (judíos y samaritanos) no dialogaban entre ellos (Cfr , v.9)-; tuvo el coraje de interesarse de la propuesta de Jesús, de aquella agua, porque sabía que tenía sed. Tuvo la valentía de confesar sus debilidades, sus pecados; es más, el coraje de usar la propia historia como garantía que Aquel era un profeta. “Me dijo todo lo que yo he hecho” (v. 29)”.

“El Señor siempre quiere el diálogo con transparencia, sin esconder las cosas, sin dobles intenciones: ‘Son así’. Y así hablo con el Señor, como son, con mi verdad. Y así, desde mi verdad, por fuerza del Espíritu Santo, encuentro la verdad, que el Señor y el Salvador, Aquel que vino a salvarme y para salvarnos”.

Este diálogo tan transparente entre Jesús y la mujer termina con aquella confesión de la realidad mesiánica de Jesús y con la conversión de aquella gente (de Samaría), con aquel ‘campo’ que el Señor vio “madurar”, que venía de Él porque era el tiempo de la cosecha (Cfr v. 35)”.