Papa: Queridos jóvenes, caminen juntos, en la caridad, rumbo al próximo Sínodo
En el Ángelus, el Papa Francisco se reúne con casi 100.000 jóvenes italianos, que han llegado a Roma peregrinando. Es necesario vivir de manera coherente con las promesas del Bautismo, renovadas en la Confirmación, y no con hipocresía: renunciar al mal y adhesión al bien”. “Es bueno no hacer el mal, pero está mal no hacer el bien”. Un agradecimiento especial a los sacerdotes y a las religiosas que tienen “tanta paciencia” con los jóvenes. Las imágenes de la Virgen de Loreto y del crucifijo de San Damián, bendecidas por Francisco y entregadas a una delegación de Panamá, con vistas a la JMJ.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Queridos jóvenes, ¡en estos días ustedes han caminado mucho! Así que se han entrenado, y puedo decirles: ¡caminen en la caridad! Caminemos juntos rumbo al próximo Sínodo de Obispos sobre el tema: ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Francisco saludó de esta manera a los casi 100.000 jóvenes reunidos en Plaza San Pedro y a lo largo de la Avenida de la Conciliación, que llegaron ayer, peregrinando desde muchísimas ciudades de Italia para participar en el encuentro con él. Media hora antes del Ángelus, a las 12, el Papa Francisco paseó entre ellos a bordo del papamóvil, mientras saludaba, besaba a niños y a recién nacidos, recibiendo gorros y camisetas de la multitud multicolor.
Francisco ya se había reunido con ellos ayer, en el Circo Máximo, adonde los jóvenes habían llegado tras realizar una peregrinación a pie. Muchos jóvenes permanecieron en vela, en plaza San Pedro. Esta mañana, todos participaron en la misa que fue celebrada en el atrio de la basílica de San Pedro, y que estuvo presidida por el Card. Gualtiero Bassetti, Presidente de la Conferencia episcopal italiana.
Al llegar Francisco al atrio, el Card Bassetti lo saludó y le dio las gracias en nombre de la Iglesia italiana.
Al tomar la palabra, Francisco comentó un fragmento de la Carta a los Efesios de la misa de hoy (19no. del Año, ciclo B, Efesios 4,30-5,2), en el cual San Pablo exhorta a sus cristianos a “no entristecer al Espíritu Santo de Dios”.
“Y yo me pregunto, ¿Cómo se entristece el Espíritu Santo? Todos lo hemos recibido en el Bautismo y en la Confirmación, entonces, para no entristecer al Espíritu Santo, es necesario vivir de manera coherente con las promesas del Bautismo, renovadas en la Confirmación, y no con hipocresía: estas promesas tienen dos aspectos: renunciar al mal y adhesión al bien. Renunciar al mal significa decir «no» a las tentaciones, al pecado, a Satanás. Siendo más concretos, significa decir «no» a la cultura de la muerte, que se manifiesta en la huida de lo real en pos de una felicidad falsa, que se expresa en la mentira, en el engaño, en la injusticia, en el desprecio por el otro”.
“A todo esto se debe decir: no”. Luego, improvisando un diálogo con los jóvenes, dijo: “¿Qué se dice a todo esto?” Y la multitud respondió: ¡No! “¿Cómo? ¡No escucho!” Y la respuesta fue un “No” (más ruidoso aún).
“Pero para ser un buen cristiano, no alcanza con no hacer el mal –agregó Francisco- ; es necesario adherir al bien y hacer el bien… Tantas veces ocurre que oímos a alguien que dice: ‘Yo no le hago mal a nadie’. Y entonces cree que es un santo. De acuerdo, pero, ¿haces el bien? Cuántas personas hay que no han hecho el mal, pero tampoco el bien, y entonces su vida fluye en la indiferencia, en la apatía, en la tibieza. Esta actitud es contraria al Evangelio, y también está en contra del carácter de ustedes, los jóvenes, porque por naturaleza ustedes son dinámicos, apasionados y valientes”.
El Papa volvió a subrayar fuertemente este punto, citando una frase de San Alberto Hurtado: “Recuerden esto y repítanlo: Es bueno no hacer el mal, pero está mal no hacer el bien”. Y quiso que los jóvenes repitieran esta frase.
“Hoy –continuó- ¡los exhorto a ser protagonistas del bien! No te sientas bien cuando no haces el mal; cada cual es culpable del bien que pudo hacer y no hizo. No alcanza con no odiar, es necesario perdonar; no alcanza con no tener rencor, es necesario rezar por los enemigos; no basta con no ser causa de división, hay que llevar paz allí donde no la hay; no basta con no hablar mal de los demás, se necesita interrumpir cuando oímos que se habla mal de alguien. Frenar el chisme. Si no nos oponemos al mal, lo alimentamos de un modo tácito. Es necesario intervenir allí donde el mal se propaga; porque el mal se difunde donde faltan cristianos audaces que se opongan a éste con el bien, ‘caminando en la caridad’ (cfr. 5,2), tal como advierte San Pablo.
Queridos jóvenes, ¡en los últimos días ustedes han caminado mucho! Así que se han entrenado, y puedo decirles: ¡caminen en la caridad! Caminemos juntos, rumbo al próximo Sínodo de Obispos sobre el tema: ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’. Que la Virgen María nos sostenga con su maternal intercesión para que cada uno de nosotros, todos los días, con hechos, pueda decir ‘no’ al mal, y ‘sí’, al bien”.
Luego de la oración mariana, Francisco agradeció al Card. Bassetti y a los obispos italianos, pero quiso saludar de manera particular “a los sacerdotes” y “a las religiosas” que viven “el día a día” con los jóvenes, con amor y “paciencia” (“¡porque se necesita tanta paciencia para trabajar con ustedes!”, dijo bromeando).
Y saludando a los jóvenes, dijo: “Cuando regresen a sus comunidades, den testimonio entre sus coetáneos, y a todos los que encuentren en su camino, de la alegría de la fraternidad y de la comunión que habéis experimentado en estos días de peregrinación y oración”.
Concluyendo, el Papa bendijo las imágenes de la Virgen de Loreto y del crucifijo de San Damián, que fueron entregadas por jóvenes italianos a una delegación proveniente de Panamá, como signo de la unidad con la Iglesia que será anfitriona de la Jornada Mundial de la Juventud en el próximo mes de enero (22 al 27 de enero de 2019).
17/12/2016 13:14