Papa: Navidad, gloria a Dios misericordioso y paz a los hombres atormentados por guerras y violencias.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "Dar gloria a Dios, porque es bueno, es fiel y misericordioso" y haya "paz a los hombres" en las regiones atormentadas por las guerras, como en Siria o por la violencia, como en Irak- donde aún esta noche, en Bagdad, una bomba mató al menos a 15 cristianos que salían de misa- y tantos Países de África o la búsqueda del negociado, como en Tierra Santa. Hay tormentos en el mundo, en el primer mensaje de Navidad del Papa Francisco y no sólo aquellos provocados por los conflictos. Rogamos para que Dios "toque el corazón" de cuántos están en el tráfico de seres humanos o en el fenómeno de los niños soldados, para que encuentren acogida los emigrantes y alivio para aquellos que sufrieron calamidades naturales, como los filipinos. Y "Señor de la vida, protege a cuántos son perseguidos a causa de tu nombre".
Una mirada a los dolores del mundo, pero en la luz de la esperanza ofrecida por el nacimiento de Jesús y que anoche, durante la misa, hubo también plegarias de los fieles incluso en arameo y chino, lengua en la cual se ha rezado por todos los cristianos perseguidos a causa de la fe.
El Papa, que ayer por la noche ha querido llevar en procesión al Niño Jesús y lo ha puesto en el pesebre, y a las más de 100 mil personas presentes hoy en la plaza de San Pedro les recordó que la Navidad es ante todo "gloria a Dios". "En este día deseo a todos que conozcan el verdadero rostro de Dios, el Padre que nos ha donado a Jesús. Deseo a todos sentir que Dios está cerca, de ponerse en su presencia, de amarlo, de adorarlo. Y que cada uno de nosotros pueda dar gloria a Dios sobre todo con la vida, con la vida gastada por amor suyo y de los hermanos"
Y luego "paz a los hombres". "La verdadera paz, lo sabemos nosotros, no es un equilibrio entre fuerzas contrarias. No es una bella "máscara", detrás de la cual hay contrastes y y divisiones. La paz es un compromiso de todos los días, es artesanal, que se lleva adelante partiendo del don de Dios, de su gracia que nos ha dado a Jesucristo.
Mirando al Niño en el pesebre, pensamos a los niños que son víctimas más frágiles de las guerras, pero pensemos también a los ancianos, a las mujeres maltratadas, a los enfermos... ¡Las guerras separan e hieren tanta vidas! Demasiado ha afectado y roto en los últimos tiempos el conflicto en Siria, fomentando odio y venganza. Continuemos rezando al Señor para que ahorre al amado pueblo de Siria, nuevos sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a toda violencia y garanticen el acceso de las ayudas humanitarias. ¡Hemos visto cómo es potente la oración! El coraje de decir: "Señor, dona tu paz a Siria y al mundo entero" Y estoy contento que hoy se unan a nuestra imploración por la paz en Siria también para creyentes de distintas confesiones religiosas. ¡No perdamos jamás el coraje de la oración! El coraje de decir: "Señor, dona tu paz a Siria y al mundo entero". "Y también a los no creyentes les digo deseen la paz. Con aquel deseo que agranda el corazón. Todos unidos en la oración o con el deseo. Todos unidos por la paz"
"Dona la paz a la República Centroafricana, a menudo olvidada por los hombres. Pero Tú, Señor, ¡no te olvidas de ninguno! Y quieres llevar la paz también en aquella tierra, destruida por un espiral de violencia y de miseria, donde tantas personas están sin agua ni comida, sin el mínimo para vivir. Favorece la concordia en el Sur de Sudán, donde las tensiones actuales han ya provocado demasiadas víctimas y amenazan la pacífica convivencia de aquel joven Estado".
"Tú, príncipe de la paz, convierte el corazón de los violentos para que depongan las armas y se inicie la vía del diálogo. Mira a Nigeria, afectada por continuos ataques que no ahorran a inocentes e indefensos. Bendice la tierra que has elegido para venir al mundo y haz llegar a un feliz éxito los negociados entre israelíes y palestinos. Sana las llagas del amado Irak, golpeado aún ahora por atentados frecuentes. Tú, Señor de la vida, protege a cuantos son perseguidos a causa de tu nombre. Dona la esperanza y confortación a los prófugos y refugiados, especialmente en el Corno de África y en el Este de la República Democrática del Congo. Haz que los migrantes en busca de una vida digna encuentren acogida y ayuda. Tragedias como aquellas que hemos asistido este año, con numerosos muertos en Lampedusa, no sucedan nunca más".
"¡Oh, Niño de Belén!, toca el corazón de cuántos están dentro de la trata de seres humanos, para que se den cuenta de la gravedad de tales delitos contra la humanidad. Mira a tantos niños, que son raptados, heridos o asesinados en conflictos armados, y a cuántos son transformados en soldados, robados de su propia infancia. Señor del cielo y de la tierra, mira a nuestro planeta, que a menudo la avidez de los hombres explota el mundo en modo indiscriminado. Asiste y protege a cuántos son víctimas de calamidades naturales, sobre todo al querido pueblo filipino, gravemente afectado por el reciente tifón".
Pero Navidad, había dicho durante la misa de la noche, no es sólo emoción, sentimiento y oración para la paz. Navidad nos dice "la realidad de lo que somos", o sea "pueblo en camino", pueblo peregrino que "no quiere ser un pueblo errante" porqué "nuestra identidad de creyentes es aquella de gente peregrina hacia la tierra prometida". "En nuestra historia personal se alternan momentos luminosos y obscuros, luz y sombra. Si amamos a Dios y a los hermanos, caminamos en la luz, pero si nuestro corazón se cierra, si prevalece en nosotros el orgullo, la mentira, la búsqueda del propio interés, entonces las tinieblas de nosotros dentro de nosotros y alrededor nuestro".
Pero la gracia apareció en el mundo con Jesús, "venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz", y en el cual se ve "la misericordia y la ternura del padre". "Jesús es el amor hecho carne. No es solamente un maestro de sabiduría, no es un ideal al cual tender y del cual sabemos que estamos inexorablemente lejos, es el sentido de la vida y de la historia que puso su carpa en medio de nosotros". Y, "los pastores fueron los primeros en ver aquella "carpa", en recibir el anuncio del nacimiento de Jesús. Fueron los primeros porque eran los últimos, los emarginados".
"En este día iluminado de la esperanza evangélica que proviene de la humilde gruta de Belén- es el augurio que el Papa dirige al mundo hoy- invoco el don natalicio de la alegría y de la paz para todos: para los niños y los ancianos, para los jóvenes y familias, para los pobres y los emarginados. Jesús, nacido por nosotros, conforte a cuántos son probados por la enfermedad y el sufrimiento; sostenga a aquellos que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados. ¡Feliz Navidad a todos!".