Papa: Los cristianos y la tentación de "venderse" para ser "normales" y "como todos"
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Los cristianos, propio como el pueblo elegido, tienen a menudo la tentación de "vender" el propio ser hijos de Dios, para sentirse "normales", "como todos los pueblos". De tal modo se olvida la Palabra de Dios y se sigue los propios deseos. Es el núcleo de la homilía que el Papa Francisco tuvo hoy durante la misa celebrada en la casa S. Marta.
Como refiere la Radio Vaticana, el pontífice habló de esta tentación refiriéndose a la primera lectura de la misa (1 Samuel 8,4-7.10-22ª), en la cual se habla del pedido del pueblo hebraico al profeta Samuel de tener un rey para ser "como todos los pueblos".
"Rechazan al señor del amor-dijo Francisco- rechazan la elección y buscan el camino de la mundanidad", de la "uniformidad mundana", en modo análogo a tantos cristianos de hoy.
"La normalidad de la vida- explicó- exige de parte del cristiano fidelidad a su elección y a no venderla para ir hacia una uniformidad mundana. Esta es la tentación del pueblo y también la nuestra. Tantas veces, nos olvidamos de la Palabra de Dios, aquello que nos dice el Señor y tomamos la palabra de moda, ¿no?, también aquella de la telenovela está de moda, tomamos aquella, ¡es más divertida! La apostasía es justamente el pecado de la ruptura con el Señor, pero es clara: la apostasía se ve claramente. Este es más peligroso, la mundanidad, porque es sutil".
"Es verdad- agregó- que el cristiano debe ser normal, como son normales las personas... pero existen valores que el cristiano no puede tomar para sí. El cristiano debe retener sobre sí la Palabra de Dios", sin sentirse asediado por "un cierto complejo de inferioridad", por no sentirse un "pueblo normal".
"La tentación- continuó- llega y endurece el corazón y cuando el corazón está duro, cuando el corazón no está abierto, la Palabra de Dios no puede entrar. Jesús decía a aquellos de Emaús: "¡Tontos y lerdos de corazón!" Tenían el corazón duro, no podían entender la Palabra de Dios. Y la mundanidad ablanda al corazón, pero mal: ¡jamás es una cosa buena un corazón blando! El bueno es el corazón abierto a la Palabra de Dios, que la recibe. Como la Virgen, que meditaba todas estas cosas en su corazón, dice el Evangelio. Recibir la Palabra de Dios, para no alejarse de la elección".
Pidamos, concluyó, "la gracia de superar nuestros egoísmos: el egoísmo de querer hacer mi (voluntad) como lo quiero": "Pidamos la gracia de superarlos y pidamos la gracia de la docilidad espiritual, o sea el abrir nuestro corazón a la Palabra de Dios y no hacer cómo lo han hecho nuestros hermanos, que han cerrado el coarzón porque se habían alejado de Dios y desde hace tiempo no sentían y no entendían la Palabra de Dios. El Señor nos dé la gracia de un corazón abierto para recibir la Palabra de Dios y meditarla siempre. Y de allí emprender el verdadero camino".
02/05/2017 13:54