Papa: "La ruptura de la tregua en Gaza sólo significa muerte y miseria"

Bergoglio, en conexión desde la Casa Santa Marta pidió que vuelva un alto el fuego en Franja. Sobre el atentado de hoy en Mindanao, Filipinas: "Rezo por las víctimas. Estoy cerca de la gente, ya han sufrido mucho". Recordó también el Día Internacional de las Personas con Discapacidad: “Valorar a cada persona”

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Por segundo domingo consecutivo, el Papa Francisco no se presentó al Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico. Sin embargo, se hizo presente en una abarrotada Plaza de San Pedro en conexión desde la capilla de la Casa Santa Marta, acompañado por Mons. Paolo Braida, que leyó la catequesis en su lugar. “Estoy mejorando”, dijo al principio el pontífice, en referencia a la inflamación pulmonar que en los últimos días le ha impedido asistir a la 28ª Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático en Dubai; su discurso para la Cop28 fue leído ayer por el Card. Pietro Parolin.

Después del Ángelus, su primer pensamiento se dirigió a la grave situación en Israel y Palestina. “Duele que se haya roto la tregua. Esto significa muerte, destrucción y miseria”, dijo Francisco a través de la voz de Braida. "Muchos rehenes han sido liberados, pero muchos siguen en Gaza", prosiguió, refiriéndose a los 110 rehenes liberados por Hamás a cambio de prisioneros palestinos, pero también a los 137 que siguen retenidos en la Franja. "Pensamos en ellos, en sus familias que habían visto una luz, una esperanza de abrazar a sus seres queridos". También dijo que la ayuda proporcionada al pueblo de Gaza durante la tregua todavía no es suficiente. “Hay mucho sufrimiento en Gaza. Faltan productos de primera necesidad", siguió leyendo Mons. Braida. Francisco pidió luego que "todos los implicados puedan llegar a un nuevo acuerdo pronto de alto el fuego lo antes posible y encontrar soluciones distintas a las armas, tratando de tomar valientes caminos hacia la paz".

Se refirió luego a las víctimas del atentado que se produjo esta mañana durante la celebración de una misa católica en Marawi, ciudad del sur de Filipinas. "Quisiera asegurar mi oración por las víctimas", leyó Mons. Braida. Las víctimas serían al menos cuatro, mientras que otras cuarenta personas resultaron heridas por la explosión de una bomba. "Estoy cercano a las familias, al pueblo de Mindanao, que ya ha sufrido tanto", añadió.

“Si bien desde la distancia, sigo muy de cerca los trabajos de la COP 28 de Dubái. Les estoy cerca”, dijo a continuación el Papa Francisco, y repitiendo que renovaba su llamado "para una respuesta a los cambios climáticos con cambios políticos concretos. Salgamos - añadió - de las limitaciones de los particularismos y nacionalismos, esquemas del pasado, y abracemos una visión común", subrayando también la urgencia de comprometernos "todos ahora, sin demora", para favorecer y apoyar “una necesaria conversión ecológica global”.

Por último, recordó la Jornada Internacional de las Personas con Discapacidad que se celebra hoy, instituida en 1992. "Acoger e incluir a aquellos que experimentan esta condición ayuda a toda la sociedad a ser más humana", leyó mons. Paolo Braida, para pedir que en todos los espacios de encuentro - familias, parroquias, escuelas, trabajo, deportes - "aprendamos a valorar a cada persona con sus cualidades y capacidades, y no excluyamos a nadie".

Antes de la oración mariana, el Papa Francisco habló del breve evangelio de hoy (Mc 13, 33-37), que contiene "una exhortación sencilla y directa" que Jesús "nos dirige tres veces": estén vigilantes. El tema del Evangelio de hoy es precisamente la vigilancia. Explicó entonces cómo se debe entender esta virtud en sentido cristiano, es decir, no como una "actitud motivada por el miedo a un castigo inminente". Jesús mismo lo dice mediante la parábola del amo que volverá a su casa después de haber dado "a cada uno su tarea". “La vigilancia de los siervos no se basa en el temor, sino en el anhelo, en la espera de ir al encuentro del dueño que vuelve. Se preparan para su regreso porque lo quieren mucho”, explicó. Con este espíritu, Francisco aconseja "prepararnos para recibir a Jesús" en este tiempo de Adviento que comienza hoy; Jesús que viene ya a nuestro encuentro "en la Eucaristía" y "en los más necesitados".

Así como los sirvientes preparan una casa "acogedora y ordenada" para el señor, también nosotros "preparemos con esmero la casa del corazón, para que esté ordenada y sea acogedora", invitó Bergoglio. "Vigilar, en efecto, significa estar con el corazón preparado". Luego concluyó la reflexión contando que San Martín de Tours "después de dar la mitad de su manto a un pobre, soñó con Jesús vestido precisamente con esa parte del manto que había dado". De esta historia se desprende otra invitación para el tiempo de Adviento: "encontrar a Jesús que viene en cada hermano y hermana que nos necesita, y compartir con ellos lo que podamos". Para concluir, el Santo Padre deseó: “¡Que tengan un buen camino de Adviento! Por favor, no se olviden de rezar por mí".