Papa: La paz de Cristo y la enfermedad del chisme, que es terrorismo
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Los cristianos "están llamados a vivir como Jesús y traer la paz, no la división", pero "la enfermedad de quienes generan el odio también afecta a nuestra Iglesia: sembrar la división, sembrar el odio, sembrar no la paz". Esta actitud "se debe cambiar, debemos cambiar. La paz es la obra de Jesús, de aquel que se rebajó para obedecer hasta la muerte, y muerte de Cruz". Lo decía esta mañana el Papa Francisco durante la acostumbrada misa de la mañana en Santa Marta.
Al comentar sobre la carta a los Colosenses, dice el Papa según Radio Vaticano, "San Pablo muestra la tarjeta de identidad de Jesús, que es el primogénito de Dios - y es Dios mismo – y el Padre lo envió a reconciliar y pacificar" la humanidad con Dios después del pecado. Cuando hablamos de la paz o la reconciliación, pequeñas paces, pequeñas reconciliaciones, debemos pensar en la gran paz y en la gran reconciliación que Jesús hizo. Sin Él no es posible la paz. Sin Él no es posible la reconciliación".
Nuestra tarea como cristianos, ha retomado Francisco, aquella de ser "hombres y mujeres de paz, hombres y mujeres de la reconciliación" en medio de las "noticias de las guerras, el odio, incluso en las familias". ¿Cuántas veces, pregunta el Papa, "hemos oído hablar de una persona que es ‘una lengua de la serpiente’? Porque siempre hace lo que hizo la serpiente con Adán y Eva, ha destruido la paz. Y esto es malo, esto es una enfermedad en nuestra Iglesia: siembra división, siembra odio, no siembra la paz. Pero esta es una pregunta que cada día hace bien que nosotros la hagamos: ‘¿Hoy he sembrado la paz o he sembrado cizaña?'. ‘Pero, a veces, hay que decirlo, ¿por qué esto y aquello...’: con esta actitud que siembras tú?”.
Esto porque los cristianos deben vivir de una manera diferente: "Si una persona, durante su vida, no hace otra cosa que reconciliar y pacificar, se la puede canonizar: esa persona es santa. Pero, debemos crecer en esto, debemos convertirnos: nunca una palabra que sea para dividir, nunca. Nunca una palabra que traiga guerra, pequeñas guerras, nunca las habladurías. Yo pienso: ¿qué son las habladurías? 'Eh, nada, decir una palabrita contra otro o contar una historia: hizo esto…' ¡No! Decir habladurías es terrorismo porque el que las hace es como un terrorista que tira una bomba y se va, destruye: con la lengua destruye, no hace la paz. Pero, ¿es vivo eh? No es un terrorista suicida, no, no, él se cuida bien".
A continuación, el Papa invitó a los fieles a una práctica inusual: "CCada vez que me viene a la boca decir algo que sea sembrar cizaña y división y hablar mal del otro... ¡morderse la lengua! Se los aseguro, ¿eh? Que si ustedes hacen este ejercicio de morderse la lengua en lugar de sembrar cizaña, las primeras veces se les hinchará la lengua, herida, porque el diablo nos ayuda en esto porque es su trabajo, su oficio: dividir"..
Aquí, la oración final: "Señor tú has dado tu vida, dame la gracia de pacificar, de reconciliar. Tú has derramado tu sangre, pero no me importa que se hinche un poco la lengua si me muerdo antes de hablar mal de los demás".
17/12/2016 13:14