Papa: 'La oración debe ser siempre espontánea y libre'
En la audiencia del miércoles, el Papa expresó su dolor desde la Plaza de San Pedro por los civiles "ametrallados" en Gaza y por la ciudad española cubierta por el barro. Depositó luego una flor ante la "Virgen de los Desamparados", patrona de Valencia y rezó el Ave María con los fieles. Catequesis sobre la oración “la acción santificadora del Espíritu Santo”, abogado delante de Dios.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Muy triste”. Por el dolor de los civiles asesinados en Gaza -"el otro día fueron ametrallados 153 civiles que caminaban por la calle"-, y también por Valencia, arrasada por el fenómeno climático extremo llamado Dana, que dejó 222 víctimas, y 89 personas que siguen desaparecidas. Así dijo sentirse el Papa Francisco esta mañana en la plaza de San Pedro, durante la audiencia general del miércoles. En la plaza se destacaba la imagen de la Virgen de los Desamparados, patrona de la tercera ciudad de España, delante de la cual el Papa colocó una flor. “La Virgen que cuida de los pobres, la patrona de Valencia. Valencia está sufriendo mucho, y también otros lugares de España”, dijo al comienzo.
En el saludo final a los peregrinos de habla italiana, rezó un Ave María a la patrona de Valencia - ciudad que ha quedado cubierta de barro y no ha recibido favorablemente la visita de las autoridades en los últimos días - junto con los fieles procedentes de muchos países del mundo. “Los invito a rezar por Valencia”, dijo. “Pidamos al Señor que podamos vivir siempre con esperanza”. También invitó a todos los que estaban escuchando a rezar por la paz. “No olvidemos a la atormentada Ucrania, que tanto sufre. No olvidemos a Gaza e Israel”, dijo. "No olvidemos a Myanmar".
Francisco habló en la catequesis de hoy sobre la dimensión de la oración, tanto más necesaria en tiempos de tragedia. “No recen como loros, por favor, no digan 'bla, bla, bla', no. Digan: 'Señor', pero díganlo de corazón. 'Ayúdame Señor', 'Te amo, Señor'”. Continuó luego el ciclo de reflexiones dedicadas al Espíritu Santo y a su "esposa", la Iglesia. “El Espíritu intercede por nosotros”, fue el tema de la meditación de hoy, a partir de un pasaje de la Carta a los Romanos (Rm 8, 26-27). “La acción santificadora del Espíritu Santo no sólo se realiza a través de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, sino también de la oración, y a ella queremos dedicar la reflexión de hoy”, dijo el Papa Francisco. Subrayó entonces dos características fundamentales de la oración: libertad y espontaneidad. “Tienes que rezar cuando sientes la necesidad de rezar en tu corazón. Y cuando no sientas nada, detente y pregúntate: ¿por qué no siento ganas de rezar? ¿Qué está pasando en mi vida? Pero lo que más nos ayuda siempre es la espontaneidad en la oración. Eso es lo que significa rezar como hijos, no como esclavos”, explicó fuera del texto.
Hay que aprender a rezar. “Nosotros no sabemos rezar. No sabemos, tenemos que aprender todos los días". Sin embargo, es importante hacerlo, porque "es el único poder que tenemos sobre el Espíritu Santo". El poder de la oración. No se puede resistir a la oración. Rezamos y Él viene”, dijo. La "debilidad" que se vive con respecto a la oración se debe a una palabra "que antes se usaba de tres maneras diferentes: como adjetivo, como sustantivo y como adverbio", y que "contiene un tratado completo" Nosotros, los seres humanos, decía un dicho, 'mali, mala, male petimus', que significa que, siendo malos (mali), pedimos las cosas equivocadas (mala) y de manera equivocada (male). Es una debilidad a la que sale al encuentro el Espíritu Santo, que se hace “paráclito”, es decir, abogado y defensor, de cada ser humano.
“Él no nos acusa delante del Padre, sino que nos defiende. Sí, nos convence de que somos pecadores (ver Juan 16,8), pero lo hace para que podamos gustar la alegría de la misericordia del Padre”, dijo Francisco. Y todos podemos disfrutar del perdón divino, porque "Dios es más grande que nuestro pecado". “Todos somos pecadores, pero tal vez alguno piensa, no sé, tiene miedo de las cosas que ha hecho, y tiene miedo de que Dios lo castigue... - dijo el Santo Padre fuera del texto -. Ponte en oración, invoca al Espíritu Santo y él te enseñará cómo pedir perdón. ¿Y saben una cosa? Dios no sabe mucha gramática, y cuando nosotros pedimos perdón no nos deja terminar la palabra 'perdón'... 'perd...', ahí nomás, no nos deja terminar la palabra 'perdón', y nos perdona antes. Él siempre nos perdona".
El Espíritu Santo intercede por aquellos que lo invocan, pero también enseña a interceder por los hermanos. “Nos enseña la oración de intercesión. Rezar por esta persona, rezar por los que están en la cárcel, rezar incluso por la suegra, ¿eh?, rezar siempre. Siempre". Es una de las oraciones que más le gustan a Dios", porque es "libre y desinteresada". “Cuando cada uno reza por todos, sucede - esto lo decía San Ambrosio - que todos rezan por cada uno; la oración se multiplica. La oración es así. Es una tarea muy valiosa y necesaria en la Iglesia, sobre todo en este tiempo de preparación para el jubileo: unirnos al Paráclito que intercede por todos nosotros. Por los designios de Dios", concluyó el Papa Francisco.
02/05/2017 13:54
24/05/2015