Papa: La libertad del hombre no basta, se necesita la redención de Dios
En la audiencia jubilar Francisco subraya “la ilusión” de quien piensa ser libre: “¡Cuántas ilusiones son vendidas bajo el pretexto de la libertad y cuántas nuevas esclavitudes se crean en nuestros días en nombre de una falsa libertad!”. En cambio, es necesaria la liberación que viene del Señor. Luego de la catequesis, un pensamiento por la Defensa Civil: “Debían estar aquí, y en cambio, continúan con su obra de socorro y asistencia a las poblaciones afectadas por el terremoto del 24 de agosto pasado. ¡Les agradezco por su dedicación y por la generosa ayuda ofrecida en estos días! ¡Gracias hermanos y hermanas!”
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) –El hombre “Pareciera que no amase más pensar en ser liberado y salvado por la intervención de Dios; el hombre de hoy se ilusiona, de hecho, con la propia libertad como una fuerza para obtener todo. También hace alarde de esto. Pero en realidad no es así. ¡Cuántas ilusiones son vendidas bajo el pretexto de la libertad y cuántas nuevas esclavitudes se crean en nuestros días en nombre de una falsa libertad!”. Fue lo que dijo esta mañana el Papa Francisco, durante la audiencia jubilar en la plaza San Pedro.
El pontífice centra su intervención en la palabra redención, una palabra “que es poco usada, no obstante es fundamental, porque indica la más radical liberación que Dios podía cumplir para nosotros, para toda la humanidad y para la creación entera”. Las “nuevas esclavitudes” que nacen de la ilusión del hombre generan “tantos esclavos, tantos… “hago esto porque quiero, tomo drogas porque me gusta, soy libre, o hago otras cosas… ” ¡Son esclavos! Se convierten en esclavos en nombre de la libertad. Todos hemos visto ese tipo de personas, que después terminan por los suelos. Necesitamos que Dios nos libre de toda forma de indiferencia, de egoísmo y de autosuficiencia.”.
Haciéndose uno de nosotros, dice el Papa, “el Señor Jesús no solamente asume nuestra condición humana, sino que nos eleva a la posibilidad de ser hijos de Dios. Con su muerte y resurrección Jesucristo, Cordero sin mancha, ha vencido a la muerte y al pecado para liberarnos de su dominación. Él es el Cordero que ha sido sacrificado por nosotros, para que pudiésemos recibir una vida nueva hecha de perdón, de amor y de alegría”.
Por cierto, “ es verdad que la vida nos pone pruebas y a veces sufrimos por esto. Sin embargo, en esos momentos estamos invitados a dirigir la mirada hacia Jesús crucificado que sufre por nosotros y con nosotros, como prueba cierta de que Dios no nos abandona. De todas maneras, jamás olvidemos, que en las angustias y en las persecuciones, así como en los dolores cotidianos, somos siempre liberados por la mano misericordiosa de Dios que nos eleva hacia Él y nos conduce a una vida nueva”.
El amor de Dios, concluye Francisco, “no tiene confines: podemos descubrir signos siempre nuevos que indican su atención hacia nosotros y sobre todo su voluntad de alcanzarnos y de adelantársenos. Toda nuestra vida, si bien marcada por la fragilidad del pecado, está colocada bajo la mirada de Dios que nos ama. ¡Cuántas páginas de la Sagrada Escritura nos hablan de la presencia, de la cercanía y de la ternura de Dios por cada hombre, especialmente por los pequeños, los pobres y los atribulados! ¡Dios tiene una gran ternura, un gran amor por los pequeños, por los más débiles, por los descartados de la sociedad! Mientras más nos encontramos en la necesidad, su mirada sobre nosotros se llena de más misericordia. Él prueba una piadosa compasión por nosotros porque conoce nuestras debilidades. Conoce nuestros pecados y nos perdona; ¡siempre perdona! ¡Nuestro Padre es tan bueno, tan bueno!”.
Luego de los saludos en varios idiomas, el Papa dirige un pensamiento “ante todo, al Servicio Nacional de Defensa Civil, que hoy debía estar presente, y que ha tenido que cancelar su participación para poder continuare en la preciosa obra de socorro y asistencia a las poblaciones afectadas por el terremoto del 24 de agosto pasado. ¡Les agradezco por su dedicación y por la generosa ayuda ofrecida en estos días! ¡Gracias hermanos y hermanas!”
Por último, saludó especialmente a los “jóvenes de la Acción Católica reunidos para el Festival de los jóvenes. Los aliento a proseguir en el camino emprendido, cultivando siempre valores de amor a la familia y de respeto por lo creado, por nuestra casa común. Saludos a los participantes en el Jubileo de las Universidades y de los Centro de Investigación, auspiciando que la enseñanza sea rica en valores, para formar personas que sepan dar frutos a partir de los talentos que Dios les ha confiado”.
30/01/2016 11:43
30/04/2016 13:48
20/02/2016 13:04
30/12/2019 09:57