Papa: La causa de la pobreza no son los muchos hijos, sino la cultura del descarte
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "La causa principal de la pobreza es un sistema económico que quitó a la persona del centro y puso al dios dinero", la "cultura del descarte" y no, como se dice simplemente, el número de hijos. Lo dijo hoy el Papa Francisco en el discurso dirigido a las 8 mil personas presentes en el Aula Pablo VI, en el Vaticano, para la audiencia general dedicada a una reflexión sobre el apenas concluido viaje a Sri Lanka y Filipinas. El encuentro fue también ocasión para el Papa, de volver a repetir que "no se puede hacer la guerra en nombre de Dios". La referencia es por lo que sucedió en estos días en Nigeria. "Quisiera ahora invitarlos- dijo efectivamente al finalizar el encuentro. A rezar juntos por las víctimas de las manifestaciones de estos últimos días en la amada Nigeria. Fueron cometidas brutalidades contra los niños, las iglesias. Invoquemos al Señor el don de la reconciliación y de la paz, porque jamás el sentimiento religioso se vuelva ocasión de violencia, de sufrimiento y de destrucción. No se puede hacer la guerra en nombre de Dios. Deseo que cuanto antes se pueda restablecer un clima de respeto recíproco y de pacífica convivencia por el bien de todos. Roguemos a la Virgen por la gente de Nigeria.
El nuevo viaje a Asia, había dicho antes del pedido por Nigeria, "continente de ricas tradiciones culturales y espirituales", "fue sobre todo un encuentro alegre con las comunidades eclesiales que, el aquellos países, dan testimonio de Cristo: las he confirmado en la fe y en la misión. Conservaré siempre en el corazón el recuerdo de la festiva acogida por parte de las multitudes- en algunos casos oceánicas-, que acompañó los momentos más importantes del viaje. Además he alentado el diálogo interreligioso al servicio de la paz, como así también el camino de esos pueblos hacia la unidad y el desarrollo social, especialmente con el protagonismo de las familias y de los jóvenes.
"El momento culminante de mi estadía en Sri Lanka fue la canonización del gran misionero José Vaz. Este santo sacerdote administraba los Sacramentos, a menudo en secreto, a los fieles, pero también ayudaba sin distinción a todos los necesitados, de toda religión y condición social. Su ejemplo de santidad y amor al prójimo continúa inspirando a la Iglesia de Sri Lanka en el apostolado de caridad y educación. Indiqué en S. José Vaz como modelo para todos los cristianos, llamados hoy a proponer la verdad salvífica del Evangelio en un contexto multi-religioso, con respeto hacia los otros, con perseverancia y con humildad".
"Sri Lanka es un país de gran belleza natural, cuyo pueblo está tratando de reconstruir la unidad después de un largo y dramático conflicto civil. En mi encuentro con las Autoridades del gobierno he subrayado la importancia del diálogo, del respeto por la dignidad humana, del esfuerzo en involucrar a todos para encontrar soluciones adecuadas en orden a la reconciliación y al bien común. Las diversas religiones tienen un rol significativo que desarrollar al respecto. Mi encuentro con los exponentes religiosos fue una confirmación de las buenas relaciones que ya existen entre las varias comunidades. En tal contexto he querido alentar la cooperación ya iniciada entre los seguidores de las diferentes tradiciones religiosas, también para poder resanar con el bálsamo del perdón a cuántos todavía están afligidos por los sufrimientos de los últimos años. El tema de la reconciliación ha caracterizado también mi visita al santuario de Nuestra Señora de Madhu, muy venerada por las poblaciones tamil y singalesa y meta de peregrinaciones de miembros de otras religiones. En aquel lugar hemos pedido a María nuestra Madre que les done a todo el pueblo esrilanqués el don de la unidad y de la paz".
"De Sri Lanka fui a Filipinas, donde la Iglesia se prepara para celebrar el quinto centenario de la llegad del Evangelio. Es el principal país católico de Asia, y el pueblo filipino es bien conocido por su profunda fe, su religiosidad y su entusiasmo, también en la diáspora. En mi encuentro con las Autoridades nacionales, subrayé la constante fecundidad del Evangelio y su capacidad de inspirar una sociedad digna del hombre, en la cual hay lugar para la dignidad de cada uno y las aspiraciones del pueblo filipino".
"Finalidad principal de la visita y motivo por el cual decidí ir a Filipinas era el poder compartir mi cercanía con nuestros hermanos y hermanas que han sufrido la devastación del tifón Yolanda. Fui a Taboclan, en la región más azotada, donde he rendido homenaje a la fe y a la capacidad de recuperación de la población local. En Taboclan, lamentablemente las adversas condiciones climáticas ha causado una víctima inocente: la joven voluntaria Kristel, aplastada y muerta por la caída de una sobre estructura barrida por el fuerte viento. Luego he agradecido a cuántos, de muchas partes del mundo, han respondido a las necesidades con una generosa ayuda. La potencia del amor de Dios, revelado en el misterio de la Cruz, se ha hecho evidente en el espíritu de solidaridad demostrada por los enormes hechos de caridad y de sacrificio que han marcado esos días obscuros".
"Los encuentros con las familias y con los jóvenes en Manila, fueron omentos importantes de la visita en Filipinas. Las familias sanas son esenciales para la vida social. Da consuelo y esperanza ver tantas familias numerosas que reciben a los hijos como un verdadero don de Dios. Ellos saben que cada hijo es una bendición de Dios. He escuchado decir que entre la causa de la pobreza está el de tener tantos hijos. Me parece una opinión simplicista. Puedo decir y lo podemos decir todos, que la causa principal de la pobreza es un sistema económico que excluye la persona del centro y ha puesto en su lugar al dios dinero; un sistema que excluye siempre a los niños, a los ancianos, a los jóvenes, sin trabajo...- y que crea la cultura del descarte que vivimos. Nos hemos acostumbrado a ver personas descartadas. Este es el principal motivo de la pobreza, no las familias numerosas. Recordando la figura de S. José, que protegió la vida del "Santo Niño", tan venerado en ese país, recordé que es necesario proteger a las familias de las nuevas colonizaciones ideológicas, que atentan contra su identidad y su misión".
"Fue una gran alegría para mí estar con los jóvenes de Filipinas, para escuchar sus esperanzas y sus preocupaciones. He querido ofrecer a ellos mi aliento para sus esfuerzos en el contribuir a la renovación de la sociedad, especialmente a través del servicio a los pobres y a la tutela del ambiente natural".
"el cuidado de los pobres es un elemento esencial de nuestra vida y testimonio cristiano- lo mencioné también en la visita-; comporta el rechazo de toda forma de corrupción, porque la corrupción roba a los pobres y se necesita una cultura de honestidad".
01/08/2015