Papa: 'La audiencia también en chino'. Nuevo gesto hacia los católicos de Beijing
A partir de la próxima semana, todos los miércoles en la Plaza de San Pedro se hará también un resumen de la catequesis en la lengua con mayor cantidad de hablantes del mundo. El anuncio - que el pontífice hizo hoy personalmente - se inscribe en el nuevo clima de las relaciones entre el Vaticano y China. Evocando el durísimo invierno de Ucrania, Francisco volvió a repetir a los fieles: "Hacedores de paz, no de guerra". En la catequesis sobre los "frutos del Espíritu": "El Evangelio no se puede anunciar con caras largas".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “La próxima semana, con el Adviento, comenzará también aquí en la audiencia la traducción al chino”, dijo hoy el Papa desde la plaza de San Pedro. En la audiencia general de esta mañana anunció un nuevo gesto de atención hacia las comunidades católicas chinas, que se inscribe en el clima de colaboración entre la Santa Sede y Beijing reforzado por el Acuerdo Provisional sobre el nombramiento de obispos renovado el mes pasado por otros cuatro años. Hasta ahora las traducciones de las audiencias sólo se ofrecían en francés, inglés, alemán, español, portugués, árabe y polaco. “Una promesa y una esperanza para la Iglesia”, había dicho el Papa Francisco con respecto a China en el encuentro con los periodistas durante el vuelo de regreso de su viaje a Asia y Oceanía a principios de septiembre. En esa oportunidad dijo que estaba "feliz" porque se habían reiniciado las conversaciones entre las dos partes, después de la crisis de 2023. Y dos obispos de China continental también pudieron participar en el Sínodo que se celebró en Roma hace pocas semanas.
“Los exhorto a todos a vivir este tiempo de Adviento, un tiempo fuerte, con oración vigilante y esperanza ardiente”, dijo el Papa en su saludo final a los peregrinos y fieles de habla italiana. Y en vistas del invierno que se avecina, dedicó un pensamiento a quienes más lo sufrirán. "No olvidemos al atormentado pueblo ucraniano, que está sufriendo mucho", afirmó. Sentados a los pies del sillón de Francisco había un centenar de niños que escoltaron al Papamóvil al comienzo de la audiencia: "hace falta un poco de ruido", comentó Bergoglio, mirando hacia ellos, antes de leer el pasaje de la Biblia sobre el que después hizo una reflexión.
"Y ustedes, piensen en los niños y jóvenes ucranianos, que están sufriendo en esta época, sin calefacción, con un invierno muy duro, muy fuerte", dijo dirigiéndose a ellos. “Recen por los niños y jóvenes ucranianos. ¿Lo harán? ¿Rezarán todos? No lo olviden”. En el saludo dirigido a los peregrinos procedentes de Polonia - país que ha recibido a numerosos desplazados de Ucrania - el Papa les pidió: "Sean caritativos y operadores de paz, apoyando a los que están mal y sufren a causa de las guerras, especialmente a los ucranianos, para afrontar el invierno. Será un invierno muy terrible para Ucrania". “Todos, sin distinción, pueden y deben ser caritativos, pacientes, humildes y operadores de paz”. E insistió: “Operadores de la paz, no de guerras”.
La palabra "paz" fue pronunciada once veces durante la audiencia de hoy. “Y recemos también por la paz en Tierra Santa; Nazaret, Palestina, Israel … que haya paz, que haya paz. La gente sufre demasiado. Recemos por la paz todos juntos”, dijo el Papa Francisco. Y la paz, junto con la alegría, fue también un tema central de la catequesis que se leyó al comienzo de la audiencia, dedicada a los "frutos del Espíritu Santo", que forma parte del ciclo de meditaciones sobre la relación entre el Espíritu y la Iglesia. El pasaje bíblico (Fil 4,4-7) que se tomó como referencia dice: "Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense. Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres". La alegría - junto con la paz, el amor, la magnanimidad, la afabilidad, la benevolencia, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre, el dominio de sí (ver Gal 5, 22) - es uno de esos frutos que "son el resultado de una colaboración entre la gracia y nuestra libertad", y expresan siempre "la creatividad de la persona", explicó el pontífice.
“La alegría, fruto del Espíritu, tiene en común con cualquier otra alegría humana un cierto sentimiento de plenitud y satisfacción, que hace desear que dure para siempre”, añadió Bergoglio. Pero eso no ocurre porque "aquí abajo todo pasa rápido", y por eso quedamos decepcionados o perdemos rápidamente el entusiasmo. Pero la alegría "evangélica", a diferencia de las demás, se puede renovar cada día y volverse contagiosa: "Esta es la doble característica de la alegría que es fruto del Espíritu: no sólo no está sujeta al inevitable desgaste del tiempo, ¡sino que se multiplica al compartirla con los demás!". Por eso el Evangelio no se puede anunciar con "caras largas y sombrías", sino con la alegría de quien ha encontrado "el tesoro escondido".
Un ejemplo de vida vivida en desbordante alegría es el "santo de la alegría", Felipe Neri (1515-1595), sacerdote de los últimos y gran educador en la Roma de aquella época. “A los niños pobres y abandonados de su Oratorio les decía: 'Hijos, estén alegres; no quiero escrúpulos ni melancolía; me basta con que no pequen'”, contó el Papa. Todos conocían su alegría, pero el origen de esta era menos conocido: un amor a Dios tan grande "que a veces parecía que el corazón le iba a estallar en el pecho". Un verdadero fruto del Espíritu Santo. Neri participó en el Jubileo de 1575 y lo enriqueció con la práctica de visitar en Roma las Siete Iglesias. Y san Felipe Neri “perdonaba siempre”. “Dios perdona todo, Dios perdona siempre. Y esta es la alegría: ser perdonados por Dios. A los sacerdotes y a los confesores - concluyó Francisco - siempre les digo: perdonen todo, no preguntar demasiado, pero perdonen todo, todo y siempre”.
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