Papa: La Iglesia, "la casa de Jesús," siempre tiene sus puertas abiertas y la comunidad cristiana no puede cerrarlas
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - La
Iglesia tiene siempre las puertas abiertas. "Es la casa
de Jesús y Jesús acoge" y la comunidad cristiana no puede encontrar "puertas
cerradas". Lo dijo el Papa Francisco durante la Misa celebrada esta mañana en
la Casa Santa
Marta, comentando así la descripción que el Profeta Ezequiel
hace del arroyuelo que surgió en el umbral del templo, que se transforma afuera
en un torrente impetuoso y en cuyas aguas ricas de peces cualquiera puede
curarse. "El agua que cura"
Es el agua de la piscina de Bethesda, descrita en el Evangelio,
en cuyos alrededores permanecía desde hacía años, un paralítico
debilitado - y para Francisco también un poco "perezoso" - que
jamás había encontrado el modo de hacerse sumergir cuando las aguas se movían
y, por tanto, de buscar la curación. Jesús, en cambio, lo cura y lo anima "a ir
adelante", pero esto desencadena la crítica de los doctores de la ley, porque
la curación se produjo un día sábado. Una "historia", observó el Papa, que
también se produce "tantas veces" hoy: "Un hombre - una mujer - que se
siente enfermo en el alma, triste, que ha cometido tantas equivocaciones en la
vida, en un determinado momento siente que las aguas se mueven, es el Espíritu Santo que
mueve algo, o siente una palabra o... '¡Ah, yo querría ir!'... Y se arma de coraje
y va. Y cuántas veces hoy en las comunidades cristianas encuentra las puertas
cerradas: 'Pero tú no puedes, no, tú no puedes. Te equivocaste aquí y no
puedes. Si quieres venir, ven a la
Misa el domingo, pero permanece ahí, y no hagas nada más'. Y
lo que hace el Espíritu Santo en el corazón de las personas, los cristianos con
psicología de doctores de la ley lo destruyen".
"A mí esto me causa dolor",
afirmó Francisco. Y reafirmó que la
Iglesia tiene siempre las puertas
abiertas: "Es la casa de Jesús y Jesús recibe. Pero no sólo recibe, también va
a encontrarse con la gente, así como fue a ver a éste. Y si la gente está
herida, ¿qué hace Jesús? ¿Le reprocha porque esté herida? No, viene y la lleva
sobre sus hombros. Y esto se llama misericordia. Y cuando Dios reprocha a su
pueblo - '¡Misericordia quiero, no sacrificios!'- habla de esto".
"¿Quién eres tú - preguntó el Papa que cierras la puerta de tu corazón a
un hombre, a una mujer que tiene ganas de mejorar, de volver a formar parte del
pueblo de Dios, porque el Espíritu Santo ha agitado su corazón?". "Pidamos
al Señor hoy - la conclusión de Francisco - en la Misa por nosotros, por cada
uno de nosotros y por toda la
Iglesia, una conversión hacia Jesús, una conversión
a Jesús, una
conversión a la misericordia de Jesús. Y así la Ley quedará cumplida plenamente, porque la Ley es amar
a Dios y al prójimo, como a nosotros
mismos".
02/05/2017 13:54