Papa: Jesús da consuelo a las personas "cansadas y agotadas", aquellas que viven en los Países más pobres, y en las periferias de los Países más ricos
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La promesa de Jesús a "dar consuelo a todos", es una invitación para los cristianos para que sea para nosotros "consuelo y confortación para los hermanos... como imitación del Maestro". La invitación es válida también hoy, porque las "personas cansadas y agotadas" se encuentran en "los Países más pobres, pero también en las periferias de los Países más ricos, encontramos tantas personas cansadas y agotadas bajo el peso del abandono y de la indiferencia".
Son estos los pensamientos centrales alrededor de los cuales el Papa Francisco desarrolló su meditación antes del Ángelus dominical con los fieles reunidos en la plaza de S. Pedro.
El pontífice, tomó para sus palabras la invitación de Jesús que se encuentra en el Evangelio de la misa de hoy. "Vengan a mí, todos los que están cansados y oprimidos, que yo les daré consuelo" (Mt. 11,28). Él se detuvo sobre todo en describir a las personas a las cuales está dirigido la invitación de Jesús: "Él tiene delante de sus ojos a las personas que encuentra cada día por las calles de galilea: tanta gente simple, pobres, enfermos, pecadores, marginados...Esta gente los siguió siempre para escuchar su palabra-¡una palabra que daba esperanza!- y para tocar aunque sólo fuera el borde de su túnica. Jesús mismo buscaba a esta gente, cansados y agotados, como ovejas sin pastor (Cfr. Mt. 9,35-36), para anunciar a ellos el reino de Dios y para curar a muchos en el cuerpo y en el espíritu".
La invitación de Jesús "se extiende hasta nuestros días": "En los Países pobres, pero también en las periferias de los Países ricos, se encuentran tantas personas cansadas y agotadas bajo el peso del abandono y de la indiferencia".
"¡Cuánto mal hace- agregó hablando sin leer- a los necesitados la indiferencia humana, y peor la indiferencia de los cristianos!".
"En los márgenes de la sociedad- continuó- hay tantos hombres y mujeres probados por la indigencia, pero también por la insatisfacción de la vida y por la frustración. Son tantos los que están obligados a emigrar de sus Patrias, poniendo en riesgo su propia vida. Muchos más llevan el peso cada día de un sistema económico que explota al hombre, les imponen un "yugo" insoportable, que los pocos privilegiados no pueden llevar. A cada uno de estos hijos del Padre que está en los cielos, Jesús les repite: "vengan a mí, todos ustedes". Y lo dice también a aquellos que poseen todo, pero que sus corazones está vacío y sin Dios". "También a ellos les dirige esta invitación. La invitación de Jesús es para todos, pero en particular para aquellos que están más en la necesidad".
"Una vez recibido el alivio y la confortación de Cristo- concluyó- estamos llamados a nuestra vez a ser alivio y confortación para nuestros hermanos, con una actitud humilde y mansa, imitando al Maestro. La mansedumbre y la humildad del corazón nos ayudan no sólo a hacernos cargo del peso de los otros, sino también a no pesar sobre ellos, con nuestros modos de ver personales, con nuestros juicios o nuestras críticas, o con nuestra indiferencia"
Después de la plegaria mariana, el Papa saludó a los "romanos y peregrinos" y agregó un saludo "particular y afectuoso" a "toda la gente brava de Molise que ayer me acogió en su tierra hermosa, pero también en su corazón". Fue una acogida calurosa que no olvidaré nunca". Por favor -concluyó- no se olviden de rezar por mí. Yo también lo hago por ustedes".
06/03/2016 14:00