Papa: Jamás como hoy la familia es atacada, la renovación de la Iglesia parte del corazón

Recibiendo al movimiento apostólico Schöntatt por el centenario de la fundación improvisa un diálogo. Sobre los problemas enfrentados en el Sínodo dice: "Existe una gran crisis en la familia, se necesita una pastoral "cuerpo a cuerpo" y un acompañar paciente". En maría, Madre de la Iglesia: "Sin Ella viviríamos todos en un orfelinato". La Iglesia que no sale "se limita a peinar las ovejas que están en su grey". La renovación "no es el de la Curia o del Vaticano, los periódicos se equivocan. La renovación que busco es la del corazón".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Jamás como hoy "la familia es atacada. Los históricos de la Iglesia tendrán que decir mucho sobre esto, pero pienso que la familia se está "embastardeciendo": como si fuese simplemente un modo de asociarse entre personas. ¡"No es esto!", "¡La familia no es esto! Lo dijo el Papa Francisco recibiendo en audiencia en el aula Pablo Vi a unos 7 mil representantes del movimiento Schönstatt, en ocasión del centenario de su fundación. Antes de la llegada del pontífice cantos y testimonios de todo el mundo sobre el carisma del grupo.

El diálogo se desarrolla en forma de preguntas y respuestas en español. La primera, hecha al Papa por una joven familia, con 3 hijos pequeños, se refiere a los resultados del Sínodo sobre la familia, apenas concluido: "¿Cómo podemos ayudar- preguntan los esposos- a los hermanos que no se sienten acogidos en nuestra Iglesia, y a los novios que buscan en el matrimonio un recorrido de plenitud de vida?".

A esta pregunta, el Papa responde al inicio con una nota de tristeza: "El problema que han puesto es muy triste y doloroso. Pienso que la familia cristiana, el matrimonio jamás hayan estado así atacados como hoy. Directamente o indirectamente. Puede ser que me equivoque, los históricos de la Iglesia tendrán que decir, pero pienso que la familia se está "embastardeciendo". Como si fuese simplemente un modo de asociarse entre personas. Pero así se puede definir como familia a cualquier cosa". La tristeza, subraya Francisco, "viene también de tantas familias heridas y por tanto matrimonios terminados; cuánto relativismo hay en la concepción del matrimonio. Desde un punto de visto sociológico, de los valores humanos, del sacramento cristiano... existe realmente una crisis de la familia. Esto porque la atacan de todos lados, y queda herida".

Obviamente, retoma el Papa, "podremos limitarnos a hacer un hermoso discurso y buenas declaraciones de principio sobre este problema. Ciertamente, éstos tienen que hacerse. Es necesario decir con fuerza. "Aquello que proponen no es el matrimonio". Y esto hay que decirlo en modo claro. Pero, es necesaria sobre todo, una pastoral de ayuda que, en este caso, debe ser "cuerpo a cuerpo". Acompañar, perder el tiempo con quien tiene problemas. El gran maestro de la pérdida de tiempo era Jesús, que perdió tiempo para acompañar y para hacer madurar las conciencias. Acompañar significa hacer un camino juntos".

En lo que se refiere a la preparación de los jóvenes, Francisco se pregunta. "¿Cómo se hace para llevar a los novios al casamiento con dos conferencias? ¡No se puede hacer! Es un pecado de omisión de parte nuestra, de los curas. La preparación al matrimonio debe venir de muy lejos. Muchos no saben los que hacen, se casan sin saber qué significa. Las condiciones que se prometen son importantes: todos dicen, todos dicen "Sí". Pero, ¿te diste cuenta que esta cultura de lo provisorio- no sólo en la familia, sino también en la Iglesia-destruye? Es necesario recuperar muchas cosas de la familia, pero no es necesario escandalizarse delante de las crisis".

Las personas que no se casan, cierra la respuesta, "que conviven y basta, que eligen convivencias "part-time"... esta, son las nuevas formas, totalmente destructivas y limitantes de la grandeza del matrimonio. Es por esto que tenemos tantas separaciones, divorcios... La clave está en el acompañar, no haciendo proselitismo que no lleva a nada. Sólo acompañar, con gran paciencia"

La segunda pregunta interroga al pontífice sobre "el rol misionero de maría" en la nueva Evangelización y en la renovación de la Iglesia. La Virgen, responde Francisco, "Antes que nada es Madre. María es "La" Madre, que llevó a Cristo y nos ayuda a hacerlo nacer y crecer en nosotros. Es la Madre de la Iglesia, es maternidad. No tenemos derecho- y si ,o hacemos nos equivocamos- pensar que podemos ser huérfanos en la vida. ¡Tenemos una Madre! Es una Madre que no sólo nos da la vida, sino que también nos educa en la fe. Es diverso crecer en la fe, buscarla sin la ayuda de María. Es otra cosa, como crecer en la fe sin la Iglesia. Una Iglesia sin María es un orfelinato".

La tercera pareja le pregunta al Papa cómo se pueda vivir "una vida plena con Cristo". A esto responde. Elige "partiendo" de una frase de Benedicto XVI: "La Iglesia no crece con el proselitismo, sino con la atracción. Y la atracción la da el testimonio". Este es el primer consejo: testimoniar, de modo que uno se puede acercar a los otros y alentarlos a vivir como nosotros. No hay otra cosa más importante". Ser testimonios "significa sumergirse, después de haber hecho una elección de vida. Sin testimoniar no pueden ayudar a nadie. Es evidente que todos somos débiles, tenemos nuestros problemas, y no siempre somos buenos testimonios. Pero aquella capacidad de pedir perdón cuando nuestro testimonio no es lo que debe ser es también éste un testimonio".

Y luego subraya la importancia de la misión: "Me repito muchas veces: una Iglesia que no sale es una Iglesia equivocada. Es un grupo de elite, que en vez de salir para afuera a buscar a las ovejas se dedica a su pequeña grey que ya tiene y la peina. Pero éstos no son pastores, ¡son peluqueros espirituales! Una comunidad cerrada se enferma"

La diversidad y la riqueza de la Iglesia son el tema de la última pregunta: "El mundo necesita testimonios de generosidad. ¿Cómo podemos ayudarla más en la renovación de la Iglesia?". Uno piensa en una gran revolución, responde Francisco, "algunos piensan en un Papa revolucionario. Pero uno de los conceptos más antiguos del catolicismo es justamente la renovación de la Iglesia. Los santos estuvieron en grado de renovar su propia santidad, y así renovar a la Iglesia. Les pido por favor, ¡No tengan miedo a la santidad! ¡Esto significa renovar!"

Los cambios "se deben hacer, porque la vida cambia. Pero no es una verdadera renovación, el de la Curia o de las posiciones eclesiásticas. Lo que dicen los periódicos no es una renovación, hablan de cosas equivocadas. Antes que nada debemos renovarnos nosotros mismos, ¡nuestro corazón! Esta es la verdadera novedad. La renovación que busco es la del corazón. En esto me ayuda la libertad del espíritu, dejarlo libre para llevarnos a hacer cosas enormes. La libertad del espíritu no es relajamiento: significa fidelidad y oración".

El demonio, concluye el Papa, "existe, lo digo a quien no lo cree, y pone en el camino tantos obstáculos. La incomunicabilidad, la torre de Babel, son ejemplo de esto. Mientras la Iglesia edifica al espíritu santo, el diablo edifica otra cosa. Es allí donde debemos trabajar para una cultura del encuentro, que no ayude a ir al contacto entre nosotros como familias y como otras realidades. Tomen el Libro del Génesis, José y sus hermanos. Como esta historia parte del dolor, termina en un encuentro. Lean esta historia: Dios nos ha elegido, nos ha prometido y ha hecho una alianza con nosotros. La alianza está hecha de promesas. Esto crea solidaridad eclesial".