Papa: En el Reino de Dios no hay desempleados

En el Ángelus, el Papa Francisco explica la parábola de los trabajadores llamados a trabajar a diferentes horas y pagados todos con la misma remuneración. "Jesús quiere abrir nuestros corazones a la lógica del amor del Padre, que es gratuito y generoso". La beatificación del misionero estadounidense Stanley Francis Rother, asesinado en 1981 por escuadrones de la muerte en Guatemala.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "En el Reino de Dios no hay desempleados, todos están llamados a hacer su parte; y para todos al final estará la recompensa que viene de la justicia divina - no humana, ¡para nuestra buena fortuna! - es decir, la salvación que Jesucristo ha adquirido con Su muerte y resurrección. Una salvación que no es merecida, sino donada, la salvación es gratuita, así que "los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos".

El Papa Francisco resumió así el mensaje del Evangelio de hoy (Mateo 20,1-16, domingo 25 del año A) explicándolo a los peregrinos en la plaza de San Pedro antes del Ángelus.

El pasaje del Evangelio cuenta la parábola del patrón que va a diferentes momentos del día a buscar trabajadores para su viña y al final del día le da a todos la misma paga, incluso aquellos que han trabajado sólo una hora.

"En realidad esta ‘injusticia’ del dueño sirve para provocar, en quien escucha la parábola, un salto de nivel, porque aquí ¡Jesús no quiere hablar del problema del trabajo y de salario justo, sino del Reino de Dios!”.

“Con esta parábola, Jesús quiere abrir nuestros corazones a la lógica del amor del Padre, que es gratuito y generoso. Se trata de dejarse asombrar y fascinar por los ‘planes’ y ‘caminos’ de Dios, que como recuerda el profeta Isaías, no son nuestros planes y no son nuestros caminos (cfr Is 55,8). Los planes humanos están marcados a menudo por egoísmos y conveniencias personales y nuestros estrechos y tortuosos senderos no son comparables a los amplios y rectos caminos del Señor. Él usa misericordia - no olvidar esto: Él usa misericordia - perdona ampliamente, está lleno de generosidad y de bondad que derrama sobre cada uno de nosotros, abre a todos los territorios sin límites de su amor y de su gracia, que solamente pueden dar al corazón humano la plenitud de la alegría".

"Jesús quiere hacernos contemplar la mirada de ese dueño: la mirada con la cual ve a cada uno de los obreros en espera de trabajo, y los llama para que vayan a su viña. Es una mirada llena de atención, de benevolencia; es una mirada que llama, que invita a levantarse, a ponernos en camino, porque quiere la vida para cada uno de nosotros, quiere una vida plena, comprometida, salvada del vacío y de la inercia. Dios que no excluye a nadie y quiere que cada uno alcance su plenitud. Éste es el amor de nuestro Dios, de nuestro Dios que es Padre".

Después de la oración mariana y la rima de los saludos a los diversos grupos presentes, Francisco dijo que "ayer, en Oklahoma City (EE.UU.), fue beatificado Stanley Francis Rother, sacerdote misionero, asesinados por odio a la fe por su obra de evangelización y promoción humana a favor de los más pobres de Guatemala".

El P. Rother (1935-1981), enviado como sacerdote en 1968 a la misión de Santiago Atitlán en Guatemala entre los indios Tzutuhil, murió a manos de escuadrones de la muerte en el período de régimen de Efraín Ríos Montt. "Su ejemplo heroico - dijo el Papa Francisco - nos ayuda a ser valientes testigos del Evangelio, comprometidos en favor de la dignidad del hombre".