Papa: El recuerdo y la oración por una “nueva tragedia” de los migrantes, “hermanos nuestros” que “buscaban la felicidad”

En la Regina Caeli, el Papa Francisco hace rezar por los centenares de víctimas del barcón hundido cerca de Libia. Un pedido a la comunidad internacional para que “obre con decisión y rapidez”. “Cada bautizado está llamado a testimoniar, con las palabras y la vida, que Jesús resucitó, que está vivo y presente en medio de nosotros”. El mensaje cristiano “no es una teoría, una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones, tampoco un moralismo, sino un mensaje de salvación, un evento concreto, es más una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único, Salvador de todos”. El Papa irá a Turín el 21 de junio para honrar a la Síndone, cuya exposición comienza hoy.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Un “recuerdo” y una “oración” por los muertos y sus familias y un acongojado pedido a la comunidad internacional para que “obre con decisión y rapidez”, para que no se repitan “tragedias” similares: el Papa Francisco expresó así su participación por la noticia del hundimiento de un barcón a los largo de las costas líbicas, que habría hecho morir a 700 migrantes embarcados en éste. El barcón provenía de Egipto: una nave llegada cerca recuperó hasta ahora sólo a 28 personas vivas.

Después del a Regina Caeli de hoy, pronunciando lentamente cada palabra, Francisco dijo: “Queridos hermanos y hermanas, están llegando en estas horas noticias relativas a una nueva tragedia en las aguas del Mediterráneo. Un barcón cargado de migrantes se dio vuelta la noche pasada a unas 60 millas de la costa líbica y se teme haya centenares de víctimas. Expreso mi más sentido dolor frente a una tal tragedia y aseguro por los desaparecidos y por sus familias mi recuerdo y mi oración. Dirijo un acongojado pedido para que la comunidad internacional obre con decisión y rapidez, para evitar que similares tragedias no vuelvan a repetirse”.

Dirigiéndose luego a las decenas de miles de peregrinos que estaban en la plaza, él agregó hablando libremente: “Son hombres y mujeres como nosotros que busacn una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras. Buscan una vida mejor. Buscaban la felicidad. Los invito a rezar en silencio antes y después todos juntos por estos hermanos y hermanas”.

Y después de un breve silencio, el Papa entonó un Ave María, recitada por todos los presentes.

Precedentemente, el Papa se detuvo en las lecturas de la misa de hoy (III Domingo de Pascua B), en las cuales “se repite por 2 veces la palabra testigos”. “Todo bautizado- explicó- está llamado a testimoniar, con las palabras y la vida, que Jesús ha resucitado, que está vivo y está presente en medio de nosotros”.

El pontífice se detuvo luego para explicar: “quien es el testigo”. “El testigo- dijo- es uno que ha visto, que recuerda y cuenta, son los 3 verbos que describen la identidad y la misión. El testigo es uno que ha visto y se dejó involucrar por el evento. Por esto recuerda, no sólo porque sabe reconstruir en modo preciso los hechos acontecidos, sino porque esos hechos le han hablado y él acogió el sentido profundo. Entonces el testigo cuenta, no en modo frío y distraído, sino como uno que se ha dejado poner en cuestión y de ese día ha cambiado vida”.

“El contenido del testimonio cristiano- continuó- no es una teoría, una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones, tampoco un moralismo, sino un mensaje de salvación, un evento concreto, es más es una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único Salvador de todos. Él puede ser testimoniado por aquellos que han hecho experiencia personal de Él, en la oración, en su Iglesia, a través de un camino que tiene su fundamento en el bautismo, su nutrimiento en la Eucaristía, su sigilo en la Confirmación, su continua conversión en la Penitencia. Gracias a este camino, siempre guiado por la Palabra de Dios, cada cristiano puede convertirse en testigo de Jesús resucitado. Y su testimonio es tanto más creíble cuánto más sale de un modo de vivir evangélico, alegre, lleno de coraje, apacible, misericordioso. Si en cambio el cristiano se deja agarrar por la comodidad, por la vanidad, por el egoísmo, si se vuelve sordo y ciego a la pregunta de “resurrección” de tantos hermanos, ¿cómo podrá comunicar a Jesús vivo, la potencia liberadora de Jesús vivo y de su ternura infinita?”.

María nuestra Madre- concluyó- nos sostenga con su intercesión, para que podamos convertirnos, con nuestros límites, pero con la gracia de la fe, en testigos del Señor resucitado, llevando a las personas que encontramos los dones pascuales de la alegría y de la paz”.

Antes de saludar y de desear el “buen almuerzo”, Francisco recordó a todos que hoy inicia en Turín la solemne exposición de la sagrada Síndone. Para venerarla el Papa irá Turín el próximo 21 de junio. “Deseo- agregó- que este acto de veneración no ayude a todos a encontrar en Jesucristo el Rostro misericordioso de Dios y a reconocerlo en los rostros de los hermanos, especialmente en los más sufrientes”.