Papa: Dios restaura la dignidad incluso en las dificultades

En el Ángelus, comentando el pasaje de la curación del ciego de nacimiento, Francisco invitó a los fieles a "saber ver el bien, sin propagar críticas y sospechas". Su saludo a todos los padres: "Que San José sea para ustedes modelo, apoyo y consuelo".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Cuando Jesús nos cura nos devuelve la dignidad, una dignidad plena, que abarca toda la vida". Y esto nos libera del "miedo al qué dirán los demás". Así lo recordó hoy el Papa Francisco dirigiéndose a los fieles reunidos en la Plaza San Pedro para el rezo del Ángelus.

Comentando el pasaje de la curación del ciego que se narra en el capítulo 9 del Evangelio de Juan y que hoy propone la liturgia, el Pontífice invitó a detenerse en el "mal modo" en que diversas personas y grupos acogen el prodigio de Jesús. Desde los discípulos a los vecinos, de los escribas a los padres, en todas las reacciones "emergen corazones cerrados ante el signo de Jesús, por diferentes motivos: porque buscan un culpable, porque no saben sorprenderse, porque no quieren cambiar, porque están bloqueados por el miedo".

Por el contrario, el único que reacciona bien es el ciego: feliz de ver, da testimonio de lo que le ha sucedido de la forma más sencilla: "Estaba ciego y ahora veo". "Antes", comentó el Papa, "se veía obligado a mendigar y sufría los prejuicios de la gente. Ahora, libre en cuerpo y espíritu, da testimonio de Jesús: no inventa ni esconde nada. No tiene miedo del qué dirán: ya ha conocido toda su vida el sabor amargo de la marginación, ya ha sentido la indiferencia y el desprecio de los transeúntes, de quienes lo consideraban un rechazado de la sociedad, útil a lo sumo para el pietismo de unas pocas limosnas. Ahora, ya curado, ya no teme esas actitudes despreciativas, porque Jesús le ha dado plena dignidad".

De ahí la invitación a los fieles a preguntarse: "Como el ciego, ¿sabemos ver el bien y agradecer los dones que recibimos? ¿Cómo es mi dignidad? ¿Damos testimonio de Jesús o sembramos la crítica y la sospecha? ¿Estamos contentos de decir que Jesús nos ama y nos salva o, como los padres del ciego de nacimiento, nos dejamos enjaular por el miedo a lo que pensará la gente? Y también: ¿cómo acogemos a las personas con limitaciones físicas o a los mendigos de la calle? ¿Como maldiciones o como oportunidades para acercarnos a ellos con amor?".

"Pidamos la gracia de asombrarnos cada día de los dones de Dios -concluyó el Papa- y de ver las diversas circunstancias de la vida, incluso las más difíciles de aceptar, como oportunidades para hacer el bien, como hizo Jesús con el ciego".

Al finalizar el rezo del Ángelus, Francisco recordó a Ecuador, azotado por un terremoto que causó muertos, heridos y daños inmensos: "Estoy cerca y les aseguro mis oraciones", dijo. Después, el pontífice felicitó a todos los padres en la fiesta de San José, invitando a los fieles a rezar el Padre Nuestro por ellos. "Que encuentren en él el modelo, el apoyo y el consuelo para vivir bien su paternidad", añadió.

Por último, también este domingo pidió que no se olviden y recen por "el martirizado pueblo ucraniano que sigue sufriendo los crímenes de la guerra".