Papa: 'Detenerse para negociar'. La esperanza de una "paz justa y duradera"
"Alentar gestos que hagan posible la negociación". Después de rezar el Regina Caeli, Francisco se dirigió a los líderes para pedirles que "reduzcan la tensión". Preocupación por la guerra en Oriente Medio, Palestina e Israel, temor por la reacción de Teherán. Y también por la "martirizada Ucrania". Y volvió a pedir que no se renuncie a rezar por la paz.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Detenerse un poco para tratar, para negociar”, pidió hoy, Domingo de la Divina Misericordia, el Papa Francisco a los líderes, desde la ventana del Palacio Apostólico después de rezar el Regina Caeli. Ante una soleada plaza de San Pedro pidió también por aquellos que trabajan para "reducir la tensión y alentar gestos que hagan posible la negociación". "Que el Espíritu del Señor Resucitado - oró el Santo Padre - ilumine y sostenga" a quienes trabajan en esta dirección. Mientras de Oriente Medio llega la noticia de la retirada de las tropas israelíes del sur de la Franja de Gaza y se temen represalias de Teherán tras el ataque a la embajada iraní en Damasco.
El obispo de Roma también había expresado su preocupación en la audiencia general del pasado miércoles, en la que pidió que se evitara cualquier "intento irresponsable" de ampliar el conflicto. Como ya lo había hecho en el largo mensaje Urbi et Orbi que se leyó el día de Pascua, el domingo in albis el Pontífice recordó una vez más la urgencia de la paz. “Que no disminuya nuestra oración por la paz, por una paz justa y duradera, especialmente en la martirizada Ucrania y en Palestina e Israel", dijo hoy después del Regina Caeli.
Su primer pensamiento tras la oración dedicada a la Santísima Virgen María fue para las víctimas de un accidente de tráfico en Sudáfrica. “Quiero recordar a las personas que murieron - dijo el Papa Francisco -. Oremos por ellos y sus familias". A finales de marzo perdieron la vida 45 personas que se dirigían a la ciudad de Moria, destino de una conocida peregrinación pascual. Bergoglio recordó luego el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, que se celebró ayer. “Todos sabemos que la práctica de un deporte puede educar a una sociedad abierta, solidaria y sin prejuicios - afirmó -. Pero para ello se necesitan dirigentes y formadores que no tengan como único objetivo la victoria o el beneficio". E insistió en que el deporte que se debe promover es aquel que fomenta la "amistad social" y la "fraternidad".
Cuando se refirió al Evangelio del día (Juan 20, 19-31), el Papa Francisco explicó que este segundo domingo de Pascua fue dedicado por San Juan Pablo II a la Divina Misericordia. Fue instituido en 1992 por las visiones de sor María Faustina Kowalska (1905-1938), y es una fiesta móvil. El pasaje del Evangelio que hoy narra el encuentro de Jesús con los discípulos en el Cenáculo, reunidos allí por "temor a los judíos", "nos dice que creyendo en Jesús, Hijo de Dios, podemos tener vida eterna", afirmó el Pontífice. A continuación explicó qué significa “tener vida”, y que hay diferentes formas de buscarla. “Hay quien reduce la existencia a una carrera frenética para gozar y poseer muchas cosas: comer y beber, divertirse, acumular dinero y objetos, sentir emociones fuertes y nuevas”, afirmó. Sin embargo, éste es un camino que "no satisface el corazón", no permite encontrar la felicidad. Porque muchos aspectos quedan sin respuesta, "como, por ejemplo, el amor, las experiencias inevitables del dolor, las limitaciones y la muerte", añadió.
La "plenitud de vida", dice el pasaje del evangelista Juan, "se realiza en Jesús". Así como los discípulos encuentran a Cristo en el "momento más trágico de su vida", todos podemos hacer experiencia de su presencia. “Basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los Sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él - continuó Bergoglio -, dejarse tocar por su gracia y guiar por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él”. De esa manera se puede "tener vida", aquella de la que Jesús da testimonio con el "poder de la resurrección", con "su victoria sobre el pecado". Por último, el Papa Francisco invitó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro a hacerse algunas preguntas. “¿Creo en el poder de la resurrección de Jesús, creo que ha resucitado?¿Me involucro en la relación con Él? ¿Dejo que Él me impulse a amar a los hermanos y las hermanas, y a tener esperanza todos los días?”.
23/12/2015
03/04/2016 12:23