Papa: Como los sarmientos de la vid, todos dependemos de la comunión con Cristo Resucitado
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Como el sarmiento está ligado a la vid “también el cristiano no puede alejarse de la comunión con Cristo Resucitado”. “Si uno perdiese la comunión con Él, se volvería estéril, es más, dañoso para la comunidad”. Los dijo esta mañana el Papa Francisco antes de la plegaria mariana de la Regina Caeli. Francisco comenta el Evangelio del día, el de la Última Cena, “en el momento en el cual Cristo sabe que la muerte ya está cercana”. “Llegó su hora”.
Por la última vez, explica el Papa, “Él está con sus discípulos y entonces quiere imprimir bien en sus mentes una verdad fundamental: también cuando Él no estará más físicamente en medio de ellos, ellos podrán permanecer aún unidos a él en un modo nuevo, y así podrán llevar muchos frutos”. “Si por el contrario uno perdiese la comunión con Él, se volvería estéril, es más, dañoso para la comunidad”. Y para expresar esta realidad Jesús usa la imagen de la vid y los sarmientos. “Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí”. “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos” (Jn 15, 4-5).
Si uno está íntimamente unido a Jesús, goza de los dones del espíritu santo “y como consecuencia hace tanto bien al prójimo y a la sociedad, como un verdadero cristiano. De estas actitudes, de hecho, se reconoce que uno es cristiano, como de los frutos se reconoce al árbol. Los frutos de esta unión profunda con Jesús son maravillosos: toda nuestra persona es transformada por la gracia del Espíritu Santo: alma, inteligencia, voluntad, afectos, y también nuestro cuerpo, porque nosotros somos unidad de espíritu y cuerpo. Recibimos un nuevo modo de ser, la vida de Cristo se hace nuestra: podemos pensar como Él, obrar como Él, ver al mundo y a las cosas con los ojos de Jesús. Como consecuencia, podemos amar a nuestros hermanos”.
Cada uno de nosotros, dice el Papa antes de la oración mariana, “es una rama de la única vid; y todos juntos estamos llamados a llevar los frutos de esta común pertenencia a Cristo y a la Iglesia. Confiémonos en la intercesión de la Virgen María, para que podamos ser ramas vivas en la Iglesia y testimoniar en modo coherente nuestra fe, conscientes que todos, según nuestras vocaciones particulares, participamos en la única misión salvífica de Jesucristo, el Señor”.
Inmediatamente después de la plegaria mariana, el pontífice saludó a los peregrinos en la plaza de S. Pedro y recordó que ayer fue proclamado beato en Turín a Luis Bordino, un laico consagrado de la Congregación de los Hermanos de S. José Benito Cottolengo: Él dedicó su vida a las personas enfermas y sufrientes y trabajó sin parar en favor de los más pobres, curando y lavando sus llagas. Agradezcamos al Señor por este su humilde y generoso discípulo”.
Un “saludo especial” también a la Asociación Méter, en la “Jornada de los niños víctimas de la violencia”. Les agradezco el compromiso con el cual buscan y tratan de prevenir estos crímenes. Todos debemos comprometernos para que cada persona humana y especialmente los niños, sea defendida y protegida”. Al final, antes del acostumbrado: “Recen por mí”, un “pensamiento y particular saludo” a los jóvenes que ya están cerca de la confirmación.
02/05/2017 13:54