Papa: Cercanía con el pueblo turco en la oración, tras el grave atentado en Estambul

En el Angelus, el Papa Francisco reza por los 39 muertos y los 69 heridos víctimas del atentado terrorista al club nocturno Reina de Estambul. Los hombres de buena voluntad, unidos contra el terrorismo. Decir “no” “al odio y a la violencia y ‘si’ a la fraternidad y a la reconciliación”. “El año será bueno en la medida en que, cada uno de nosotros, con la ayuda de Dios, trate de hacer el bien día a día”. Una oración a la Madre de Dios, por el nuevo año.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Lamentablemente, la violencia también ha golpeado en esta noche de augurios y esperanza, con un grave atentado en Estambul. Mi cercanía en la oración para con los difuntos y sus familiares, para con los heridos y para el pueblo turco entero”. Es cuanto dijo el Para Francisco hoy, inmediatamente después del Angelus, al comentar el atentado ocurrido durante la noche en el club nocturno Reina de Estambul, que provocó cuando menos 39 muertos, 15 de ellos extranjeros, y 69 heridos. El atentado aún no fue reivindicado, pero el Ministerio del Interior lo define como “un acto de terrorismo”. El pontífice –hablando de manera improvisada- agregó que espera que “todos los hombres de buena voluntad” se unan para combatir “el terrorismo” y la “mancha de sangre” que envuelve a la humanidad.

Hoy, precisamente, se celebra la Jornada mundial por la Paz, lanzada por el Papa Pablo VI hace 50 años. El Mensaje que el Papa Francisco había difundido para la edición de este año tiene como título: “La no violencia: estilo de una política para la paz”.

“Así se construye la paz – comentó el Papa - diciendo ‘no’ – con hechos – al odio y a la violencia, y ‘si’ a la fraternidad y a la reconciliación”. Y deseando a todos un buen año, agregó: “el año será bueno en la medida en que, cada uno de nosotros, con la ayuda de Dios, trate de hacer el bien día a día”.

Anteriormente, el pontífice comentó el evangelio de la fiesta de hoy, la solemnidad de María Madre de Dios, que narra la visita de los pastores a la gruta de Belén (Lucas 2, 16-21). La fiesta subraya, ante todo, el vínculo entre la Madre y el Hijo: “Jesús es «nacido de mujer» (Gal 4,4) para una misión de salvación, y su madre no está excluida de tal misión, al contrario, está íntimamente asociada a ella. María es consciente de esto, por lo tanto no se cierra a considerar solo su relación maternal con Jesús, sino que permanece abierta y atenta a todos los acontecimientos que suceden a su alrededor: conserva y medita, observa y profundiza, como nos recuerda el Evangelio de hoy (Cfr. Lc 2,19). Ha ya dicho su “si” y ha dado su disponibilidad para ser involucrada en la actuación del plan de salvación de Dios… Ahora, silenciosa y atenta, trata de comprender qué es lo que Dios quiere de ella, cada día”.

“Mientras, como los pastores, contemplamos el icono del Niño en brazos de su Madre, sentimos crecer en nuestro corazón un inmenso sentido de reconocimiento hacia Ella, que ha dado al mundo el Salvador. Por eso, en el primer día del nuevo año, le decimos:

¡Gracias, oh Santa Madre del Hijo de Dios, Jesús!

Gracias por tu humildad, que ha atraído la mirada de Dios;

Gracias por la fe con la cual has acogido su Palabra;

Gracias por la valentía con la que has dicho “aquí estoy”,

Olvidándote de ti, fascinada por el Amor Santo,

Hecha un todo con su esperanza.

¡Gracias, oh Santa Madre del Hijo de Dios, Jesús!

Ora por nosotros, peregrinos en el tiempo,

Ayúdanos a caminar en la vía de la paz. Amén”.

La Plaza San Pedro estaba colmada de decenas de miles de personas, en parte debido a la presencia de manifestantes de “Paz en todas las tierras” y de otros eventos vinculados a la Jornada mundial por la Paz.