Papa: Benedicto XVI fue un gran maestro de catequesis
Al comienzo de la audiencia general, Francisco volvió a recordar al Papa emérito cuyos restos siguen recibiendo el homenaje de los fieles en San Pedro. Con una reflexión sobre el acompañamiento espiritual concluyó el ciclo de catequesis sobre el tema del discernimiento. “El que acompaña no sustituye al Señor, sino que camina junto al acompañado”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Benedicto XVI ha sido “un gran maestro de catequesis”, dijo esta mañana el Papa Francisco recordando una vez más a su predecesor en el aula Pablo VI del Vaticano, al comenzar la audiencia general del miércoles, un momento de encuentro que también valoraba mucho Joseph Ratzinger.
“Antes de comenzar esta catequesis – dijo el pontífice – quisiera que nos uniéramos a los que, aquí al lado, están rindiendo homenaje a Benedicto XVI y dirijo mi pensamiento a él, que fue un gran maestro de catequesis. Su pensamiento agudo y educado no era autorreferencial, sino eclesial, porque siempre quiso acompañarnos al encuentro con Jesús. Jesús, el Crucificado resucitado, el Viviente y el Señor, fue la meta a la que nos condujo el Papa Benedicto, llevándonos de la mano. Que nos ayude a redescubrir en Cristo la alegría de creer y la esperanza de vivir".
En la audiencia general de hoy, el Papa Francisco concluyó el ciclo de catequesis dedicadas al tema del discernimiento, que comenzó el pasado 31 de agosto. En la reflexión final, se centró en el acompañamiento espiritual, otra de las preciosas ayudas para vivir esta dimensión de la vida cristiana. “Es importante - explicó Francisco - darnos a conocer, sin tener miedo a compartir los aspectos más frágiles, en los que nos descubrimos más sensibles, débiles o temerosos de ser juzgados. Ay de las personas que no se sienten frágiles: son duras, dictatoriales. En cambio, las personas que reconocen con humildad sus propias fragilidades son más comprensivas con los demás. La fragilidad es, en realidad, nuestra verdadera riqueza: somos ricos en fragilidad, todos; la verdadera riqueza, que debemos aprender a respetar y acoger, porque, cuando se la ofrecemos a Dios, nos hace capaces de ternura, de misericordia y de amor”.
El pontífice citó, por ejemplo, algunas conversaciones clarificadoras y liberadoras de Jesús que se relatan en los Evangelios: con la mujer samaritana, con Zaqueo, con la mujer pecadora, con Nicodemo, con los discípulos de Emaús. “Contar ante otra persona lo que hemos vivido o lo que buscamos -comentó Francisco- ayuda a aportar claridad en nuestro interior”. Saca a la luz “Pensamientos falsos y venenosos, que la confrontación con el otro ayuda a desenmascarar, para sentirnos amados y estimados por el Señor por lo que somos, capaces de hacer cosas buenas por Él". Y “el que acompaña -añadió el Papa- no sustituye al Señor, no hace el trabajo en lugar del acompañado, sino que camina a su lado, le anima a leer lo que se mueve en su corazón, el lugar por excelencia donde habla el Señor".
El acompañamiento espiritual tiene su raíz en descubrir que somos hermanos, hijos del mismo Padre. “No vamos solos al Señor. Como en el relato evangélico del paralítico, a menudo somos sostenidos y curados gracias a la fe de otra persona; otras veces, somos nosotros quienes asumimos ese compromiso por otro hermano o hermana”. Señaló luego a la Virgen María como "maestra de discernimiento" que "habla poco, escucha mucho y guarda en su corazón", Francisco nos invitó a dejarnos guiar en el arte del discernimiento por las palabras de la Virgen en Caná: "Hagan lo que Él les diga" (Jn 2:5). "Si confiamos en su palabra - concluyó - jugaremos bien el partido de la vida y podremos ayudar a los demás".
Por último, en su saludo a los peregrinos de lengua italiana, el Papa recordó la inminente solemnidad de la Epifanía: “Como los Reyes Magos -dijo- sepan buscar con ánimo abierto a Cristo, luz del mundo y Salvador de la humanidad". También exhortó a todos una vez más a "perseverar en la afectuosa cercanía y solidaridad con el martirizado pueblo ucraniano que tanto sufre, invocando para ellos el don de la paz".