Papa. Confiarse "en las manos de Dios", un Padre que "aunque debe corregirnos lo hace con una caricia", jamás "con una bofetada".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Confiarse "en las manos de Dios", un Padre que no abandona nunca a sus hijos, que "aunque tenga que corregirnos lo hace con una caricia", jamás con "una bofetada". Y también frente a la muerte, "una cosa es pasar por esta experiencia con una pertenencia al diablo y otra es pasar por la misma experiencia de las manos de Dios". Es lo que afirmó el Papa Francisco durante la misa de esta mañana en la casa S. Marta.
El Papa, refiere la Radio Vaticana, desarrolló su homilía partiendo del pasaje de la Biblia que no recuerda nuestra creación. "Dios ha creado al hombre para la incorruptibilidad", pero "por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo". La envidia del diablo hizo que se iniciase esta guerra, "este camino que termina con la muerte". Esta última "entró en el mundo y hacen experiencia aquellos que le pertenecen". Es una experiencia que todos hacemos. "Todos tenemos que pasar por la muerte, pero una cosa es pasar por esta experiencia perteneciendo al diablo y otra es pasar por la misma de las manos de dios. Y a mí me gusta sentir esto: "Estamos en las manos de Dios desde el inicio". La Biblia nos explica la Creación, usando una imagen bella: Dios que, con sus manos nos hace del barro, de la tierra a Su imagen y semejanza. Fueron las manos de Dios que nos han creado: el Dios artesano, ¡Eh! Como un artesano nos ha hecho. Estas manos del Señor...Las manos de dios, que no nos ha abandonado"
La biblia, prosiguió, narra que el Señor dice a su pueblo: "Yo he caminado contigo, como un papá con su hijo, llevándolo por mano". Son realmente las manos de Dios, agregó, "que nos acompañan en el camino". "Nuestro padre, como un padre con su hijo, nos enseña a caminar. Nos enseña a ir por el camino de la vida y de la salvación. Son las manos de Dios las que nos acarician en los momentos de dolor, nos confortan. "¡Es nuestro Padre que nos acaricia!" ¡Nos ama tanto! También en estas caricias, tantas veces, está el perdón. Es una cosa que a mí me hace bien pensarla. Jesús, Dios, ha llevado consigo sus llagas: las muestra al padre. Este es nuestro precio: ¡las manos de Dios son las manos llagadas por amor! ¡Y es esto lo que tanto nos consuela!
Muchas veces sentimos decir por personas que no saben en quien confiarse: "¡Me confío en las manos de Dios!". Esto es "hermoso" porque "allí estamos seguros: es la máxima seguridad, porque es la seguridad de nuestro Padre que nos ama". "Las manos de Dios también nos curan de nuestras enfermedades espirituales". "Pensemos en las manos de Jesús, cuando tocaba a los enfermos y los curaba... Son las manos de dios: ¡Nos curan! ¡Yo no me imagino a Dios dando una bofetada! Reprochándonos, sí me lo imagino, porque lo hace. Pero nunca, jamás, nos hiere. ¡Jamás! Nos acaricia. Aunque debe corregirnos lo hace con una caricia, porque es Padre. "Las ánimas de los justos están en las manos de Dios". Pensemos en las manos de Dios, que nos ha creado como un artesano, nos dio la salud eterna. Son manos llagadas y nos acompañan en el camino de la vida. Confiemos en las manos de Dios, como un niño se confía en las manos de su papá. "¡Esa, es una mano segura!".
17/12/2016 13:14