Papa en Loreto: redescubrir el designio trazado por Dios para la familia

Francisco visita la Santa Casa. La unión profunda entre jóvenes, familia, enfermos y la casa de maría. Firmada la Exhortación apostólica fruto del Sínodo dedicado a los jóvenes, entitulada ‘Christus vivit’, ‘Cristo vive’. “En el evento de la Anunciación aparece la dinámica de la vocación expresada en tres momentos que han marcado al Sínodo: 1) escucha de la Palabra-proyecto de Dios; 2) discernimiento; 3) decisión”.

Loreto (AsiaNews)- Hay una profunda unión entre jóvenes, familia enfermos y la casa de María, aquella que tradicionalmente estaba en Nazaret y en la cual María pronunció su “sí”, convirtiéndose en madre de Jesús, Peregrinando a Loreto, lo afirma el Papa Francisco subrayando que María era una joven mujer y afirmando en la casa donde vivió la familia de Jesús que en la delicada situación del mundo actual, la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer asume una importancia y una misión esencial” y que “es necesario redescubrir el designio trazado por Dios para la familia, para reafirmar la grandeza y la insustituibilidad a servicio de la vida y la sociedad.

Pero la visita de Francisco a Loreto está relacionada en modo particular con los jóvenes. El Papa, de hecho, eligió este lugar y la fiesta de hoy de la Anunciación del Señor- dijo- ‘Cristus vivit-Cristo vive’. En el evento de la Anunciación-explicó- aparece la dinámica de la vocación expresada en tres momentos que han marcado al Sínodo: 1) escucha de la Palabra-proyecto de Dios; 2) discernimiento; 3) decisión”.

Llegó poco después de las 9, al Centro juvenil Juan Pablo II en Montorso, Francisco fue inmediatamente al santuario, donde a las 9,45 celebró la misa dentro de la Santa Casa. Al finalizar la celebración firmó la Exhortación apostólica post-sinodal dedicada a los jóvenes.l

Luego el Papa saludó en la sacristía a la comunidad de los Frailes Capuchinos y a las monjas de clausura. Después saludó a los enfermos y salió al atrio del Santuario, recitó el Ángelus y saludó a los presentes, a los cuales dirigió un discurso en el cual relevó que en Loreto, “oasis de silencio y de piedad, vienen muchos, de Italia de todas partes del mundo, para sacar fuerza y esperanza. Pienso en particular- prosiguió- a los jóvenes, a las familias, a los enfermos”.

“La Santa Casa es el hogar de los jóvenes, porque aquí la Virgen María, la joven llena de gracia, sigue hablando a las nuevas generaciones, acompañando a cada uno en la búsqueda de su propia vocación. Por eso he querido firmar aquí la Exhortación Apostólica "Christus vivit - Cristo vive" , fruto del Sínodo dedicado a los jóvenes.

En el evento de la Anunciación aparece la dinámica de la vocación, que se muestra en los tres momentos que marcaron el Sínodo: 1) es la escucha de la Palabra, proyecto de Dios; 2) discernimiento; 3) decisión. “No temas María, (...) concebirás un hijo, lo darás a luz y lo llamarás Jesús”. v. 30.32). Es siempre Dios que toma la iniciativa de llamar a seguirlo”. “La llamada a la fe y a un camino coherente de vida cristiana o de especial consagración es una discreta, pero fuerte irrupción de Dios en la vida de un joven, para ofrecerle su amor como don. Necesitamos estar preparados y dispuestos a escuchar y acoger la voz de Dios, que no se reconoce en el ruido y la agitación”.

“Su designio sobre nuestra vida personal y social no se percibe permaneciendo en la superficie, pero descendiendo a un nivel más profundo, donde obran las fuerzas morales y espirituales. Es allí que María invita a los jóvenes a descender y a sintonizarse con la acción de Dios”.

El segundo momento de toda vocación es el discernimiento, “expresado en las palabras de María: “¿Cómo sucederá eso?” (v.34). María no duda, su pregunta no es una falta de fe, sino que expresa su propio deseo de descubrir la ‘sorpresa’ de Dios. En ella hay disposición a acoger todas las exigencias del proyecto de Dios sobre su vida, a conocerlo en todas sus facetas para hacer más responsable y más completa su propia colaboración”. “Es la actitud propia del discípulo: toda colaboración humana con la iniciativa gratuita de Dios se debe inspirar en una profundización de la propia capacidad y actitud, junto con la conciencia de que siempre es Dios quien se entrega, quien actúa. Así, también la pobreza y la pequeñez de todos los que el Señor llama a seguirlo en el camino del Evangelio se transforma en la riqueza de la manifestación del Señor y en la fuerza del Omnipotente”.

“La decisión es el tercer pasaje que caracteriza toda vocación cristiana, “y queda explícito en la respuesta de María al ángel: ‘Hágase en mí según tu palabra’. Su ‘sí’ al proyecto de salvación de Dios, efectuado por medio de la Encarnación, es la entrega a Él de toda la vida propia. Es el ‘sí’ de la confianza plena y de la disponibilidad total a la voluntad de Dios. María es el modelo de toda vocación y la inspiradora de toda pastoral vocacional: lugar privilegiado donde los jóvenes pueden venir a la búsqueda de la propia vocación, sobre su propio futuro, pueden encontrar en María Aquella que los ayuda a discernir el proyecto de Dios sobre ellos mismo y la fuerza para adherir a esta”. María. Un polo espiritual al servicio de la pastoral vocacional”.

“La Casa de María es también la ‘casa de la familia’. En la delicada situación del mundo actual, la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer asume una importancia y una misión esenciales. Es necesario redescubrir el plan trazado por Dios para la familia, para reafirmar su grandeza e insustituibilidad al servicio de la vida y la sociedad”.

“En la casa de Nazaret, María vivió la multiplicidad de las relaciones familiares como hija, novia, esposa y madre. Por esto cada familia, en sus diversos componentes, encuentra aquí acogida, inspiración y puede vivir la propia identidad. La experiencia doméstica de la Virgen Santa está indicando que la familia y los jóvenes no pueden ser dos sectores paralelos de la pastoral de nuestras comunidades, sino que deben caminar estrechamente unidos, porque muy a menudo los jóvenes son lo que una familia les dio a ellos en el período del crecimiento”.

“La Casa de María es ‘la casa de los enfermos’. Aquí encuentran acogida los que sufren en cuerpo y espíritu, y la Madre trae a todos la misericordia del Señor de generación en generación. La enfermedad hiere a la familia y los enfermos deben ser acogidos dentro de la familia. El hogar y la familia son los primeros cuidados de los enfermos para amarlo, apoyarlo, alentarlo y cuidarlo. Por esta razón, el santuario de la Santa Casa es el símbolo de cada hogar acogedor y santuario de los enfermos. Desde aquí les envío a todos, en cualquier parte del mundo, un pensamiento afectuoso y le digo a ellos: ustedes están en el centro de la obra de Cristo, porque comparten en modo más concreto detrás de Él la cruz de cada día. Vuestro sufrimiento puede convertirse en una colaboración decisiva para la venida del Reino de Dios”.

“¡Queridos hermanos y hermanas! a ustedes y a cuantos están vinculados al Santuario, a quienes dijo que Dios, por medio de María “les confía una misión en este tiempo a ustedes: llevar el Evangelio de la paz y de la vida a nuestros contemporáneos a menudo distraídos, atrapados por intereses terrenales o inmersos en un clima de aridez espiritual. Se necesitan personas sencillas y sabias, humildes y valientes, pobres y generosas. En resumen, personas que, en la escuela de María, acojan el Evangelio sin reservas en sus vidas. Así a través de la santidad del pueblo de Dios, desde este lugar continuarán difundiendo en Italia, en Europa y el el mundo los testimonios de santidad en cada estado de vida, para renovar la Iglesia y animar a la sociedad con la levadura del Reino de Dios”.