Papa a la Rota romana: cuando se declara nulo un matrimonio, pensar siempre en los hijos
En la inauguración del año judicial de la Rota, Francesco recomendó a los jueces que evalúen cuidadosamente los efectos potencialmente "desastrosos" de las decisiones que afecten al "cónyuge abandonado" y a los eventuales hijos.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Creatividad de la caridad" para cuidar "al cónyuge abandonado y eventualmente a los hijos" después que una sentencia del tribunal eclesiástico ha declarado la nulidad de un matrimonio. El Papa Francisco se refirió a estos "efectos desastrosos" en el discurso que pronunció hoy, con motivo de la solemne inauguración del Año Judicial del Tribunal de la Rota Romana.
El discurso del Papa -quien al comenzar el encuentro hizo una referencia a la ciática como "invitada un tanto molesta", razón por la cual permaneció sentado mientras hablaba - comenzó afirmando que, tras la declaración de nulidad de un matrimonio, "hay que tener en cuenta una cuestión relevante: ¿qué será de los hijos y de la parte que no acepta la declaración de nulidad? Hasta ahora todo parecía obvio, pero lamentablemente no lo es. Por tanto, es necesario que las declaraciones de principios vayan seguidas de propósitos concretos adecuados". “Todos somos conscientes - continuó - de lo difícil que es pasar de los principios a los hechos. Cuando se habla del bien integral de las personas es necesario preguntarse cómo se puede llevar esto a la práctica en las múltiples situaciones diferentes en las que se encuentran los hijos. La nueva unión sacramental, que sigue a la declaración de nulidad, será sin duda una fuente de paz para el cónyuge que la solicitó. Sin embargo, ¿cómo explicar a los niños - por ejemplo - que su madre, abandonada por su padre y muchas veces reacia a establecer otro vínculo matrimonial, recibe la Eucaristía dominical con ellos, mientras que el padre, que vive con otra mujer o está esperando la declaración de nulidad del matrimonio, no puede participar en la mesa eucarística?”.
Son preguntas que ya se plantearon en las dos asambleas, la extraordinaria de 2014 y la ordinaria de 2015, a las cuales "es difícil, a veces imposible, dar una respuesta". Estas preocupaciones fueron abordadas por la exhortación apostólica "Amoris laetitia", que ofrece "indicaciones claras para que nadie, especialmente los pequeños y los que sufren, sea dejado solo o tratado como un instrumento de chantaje entre padres divididos".
Se trata de "ejercer vuestra misión de jueces como un servicio cargado de sentido pastoral, que nunca puede faltar en la delicada decisión sobre la nulidad o no de la unión conyugal". A menudo se piensa en la declaración de nulidad del matrimonio como un acto frío de mera "decisión jurídica". Pero no es ni puede ser así. Las sentencias del juez eclesiástico no pueden prescindir de la memoria, hecha de luces y sombras, que han marcado una vida, no sólo de los dos cónyuges sino también de los hijos. Cónyuges e hijos constituyen una comunidad de personas, que se identifica siempre y ciertamente con el bien de la familia, incluso cuando ésta se ha desmoronado. No debemos cansarnos de prestar toda la atención y cuidado a la familia y al matrimonio cristiano: en ello invierten ustedes gran parte de su solicitud por el bien de las Iglesias particulares”.
Francisco amplió luego el discurso exhortando a cada obispo, que es “padre, pastor y juez en su propia Iglesia, a estar cada vez más abierto al desafío relacionado con este tema. Se trata de continuar con tenacidad y llevar a su cumplimiento un necesario camino eclesiológico y pastoral, destinado a no dejar a los fieles que sufren por juicios no aceptados y padecidos en manos de la intervención de las autoridades civiles solamente. La creatividad de la caridad favorecerá la sensibilidad evangélica ante las tragedias familiares cuyos protagonistas no pueden quedar olvidados. Es muy urgente que los colaboradores del obispo, particularmente el Vicario Judicial, los agentes de pastoral familiar y sobre todo los párrocos, se esfuercen por ejercer esa diaconía de protección, cuidado y acompañamiento del cónyuge abandonado y, eventualmente, de los hijos que sufren las decisiones, por justas y legítimas que sean, de nulidad matrimonial".
Al finalizar el discurso "oficial", Francisco expresó un largo agradecimiento al decano de la Rota Monseñor Pio Vito Pinto - quien dentro de pocos meses cumple 80 años y dejará el cargo - "por la tenacidad que tuvo para llevar adelante la reforma de los juicios matrimoniales: una sola sentencia y después el juicio abreviado”. “Además - concluyó - también agradezco a Mons. Pinto por su entusiasmo para hacer catequesis sobre este tema. Viaja por el mundo enseñando esto: es un hombre entusiasta, pero entusiasta en todos los tonos, ¡porque él también tiene un carácter fuerte! Es una forma negativa, por así decirlo, de entusiasmo. Pero tendrá tiempo para corregirse… ¡todos lo tenemos! ¡Me gustaría agradecerle! Interpreto el aplauso como un aplauso al mal genio [risas] ¡Muchas gracias, Mons. Pinto! ¡Gracias!". (FP)
12/03/2016 13:30