Papa Francisco: agradecidos por el testimonio de fe de Benedicto XVI

En el Te Deum de fin de año en San Pedro el pontífice rindió homenaje a su predecesor, fallecido esta mañana. El jueves 5 de enero se celebrará el funeral en el atrio de la basílica del Vaticano. Señaló a Ratzinger como ejemplo de esa amabilidad “que es el estilo con el que Dios entra en la historia y la condición indispensable para vivir en paz como hermanos”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - “Sólo Dios conoce el valor y la fuerza de la intercesión del Papa emérito Benedicto XVI, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia”, dijo esta tarde el Papa Francisco durante la liturgia de vísperas con el canto del Te Deum de fin de año en la basílica vaticana, en referencia a su predecesor fallecido esta mañana a los 95 años.

El pontífice -que presidirá el funeral de Benedicto XVI el jueves 5 de enero a las 9.30 horas en el atrio de la basílica de San Pedro- lo citó como ejemplo de esa "amabilidad" que fue el centro de la homilía que, como es tradicional el 31 de diciembre, estuvo dirigida especialmente a la ciudad de Roma. “Con emoción -comentó- recordamos su persona, tan noble, tan bondadosa. Y sentimos una enorme gratitud en el corazón: gratitud a Dios por haberlo dado a la Iglesia y al mundo; gratitud a él, por todo el bien que ha hecho, y sobre todo por su testimonio de fe y de oración, especialmente en estos últimos años de vida retirada".

En cuanto a la amabilidad, explicó que era el estilo de Dios para entrar en la historia, “naciendo de mujer”, confiando en el “sí” gratuito de María. "La amabilidad -explicó- es un factor importante en la cultura del diálogo, y el diálogo es indispensable para vivir en paz, como hermanos, que no siempre están de acuerdo -eso es normal- pero que sin embargo se hablan, se escuchan y tratan de comprenderse y de salir al encuentro unos de otros".

La amabilidad -explicó- “no es sólo una cuestión de formas gentiles”. Es más bien "una actitud de benevolencia, que sostiene y consuela a los demás, evitando cualquier aspereza y rigidez". El individualismo consumista, en efecto, nos lleva a mirar a los demás "como obstáculos para nuestra tranquilidad". “Los otros nos 'incomodan', nos molestan, nos quitan tiempo y recursos para hacer lo que nos gusta. Y sin embargo -añadió- dentro de estas sociedades nuestras, e incluso en las situaciones más difíciles, hay personas que demuestran que 'todavía es posible elegir la amabilidad' y de esa manera, con su estilo de vida, 'se convierten en estrellas en medio de la oscuridad'”.

“Queridos hermanos y hermanas – concluyó Francesco – creo que recuperar la amabilidad como virtud personal y cívica puede ayudar mucho a mejorar la vida en las familias, en las comunidades y en las ciudades. Por eso, mirando al nuevo año de la ciudad de Roma, quisiera desear a todos los que vivimos en ella que crezcamos en esta virtud: la amabilidad. La experiencia enseña que, si se convierte en un estilo de vida, puede crear una convivencia sana y puede humanizar las relaciones sociales diluyendo la agresividad y la indiferencia”.